Día Mundial del Cáncer de Mama | Carmen Espuche Ha superado tres veces un tumor
"Nunca he tenido esa sensación de que me iba a morir"
Con 35 años le dieron su primer diagnóstico. Lo superó y volvió a recaer apenas cinco años después. El proceso fue largo e incluso se sometió a un trasplante de médula ósea. Con 63 años llegó el tercer cáncer. Ahora, con 71 años, cuenta su historia

Carmen Espuche posa para La Opinión con un pañuelo rosa, este viernes por la tarde en Murcia. / Israel Sánchez
A finales de los años 80 le dijeron que tenía cáncer de mama.
Yo tenía 35 años, era muy joven y no se veía mucho. Una amiga falleció de esto y tocándome me descubrí un bulto. Era un puente de Todos los Santos, no se me olvidará. Me fui a urgencias al Hospital Virgen de la Arrixaca y cuando me vieron me pusieron mala cara.
Comenzó el proceso.
Me hicieron la punción y la biopsia, pero me aconsejaron no quitarme la mama completa, solo me quitaron una cuarta parte del pecho porque no tenía todos los ganglios afectados. El médico se confió y yo, claro, estaba encantada de la vida porque seguía con mi mama. Me dieron quimioterapia y radioterapia y como yo tengo un carácter bueno, me lo tomé como una cosa que no tenía arreglo y había que seguir para adelante.
Continuó con su vida.
Sí, y unos años después me quedé embaraza, pero tuve que abortar porque no salió bien. Me mandaron a Madrid porque en la Arrixaca no quisieron hacerlo. Y al año siguiente del aborto, me apareció la segunda vez.
Tenía 40 años.
Un niño me dio con el codo en el pecho, me salió un hematoma y volvieron a encontrar el tumor. No me fiaba de la Arrixaca y nos fuimos a Estados Unidos y allí me dijeron que era exactamente igual, el mismo tipo de tumor. Me quitaron la mama completa.
Pero no acabó ahí.
Me hicieron un trasplante de médula, ya aquí en España. Fue en Semana Santa, porque estaba en la procesión y al día siguiente empezaba. Aquello era experimental. He abierto tantos experimentos... Lo hacían porque como le iba bien a otros tipos de cánceres, pues también se probó en el de mama. Aquí el hematólogo, que no tengo palabras de agradecimiento para él, el doctor Vicente Vicente, me cogió en su despacho, me sentó y tuvo mucha paciencia conmigo. Me lo explicó de nuevo todo porque tenía dudas y lo hice. Era arriesgado porque tenías que estar completamente bien, no tenías que tener ni un síntoma de cáncer porque se morían 8 de cada 100.
Y le hicieron el trasplante de médula.
Lo hice en el hospital provincial, el hospital general que ahora es el Reina Sofía. Aquello era lo más cutre que existía en la vida. Pero todo me salió bien. Tuve el factor suerte de mi parte, porque ahora para hacer un trasplante hay unas condiciones especiales, con habitaciones protegidas, que no había en aquel momento, porque te dejan sin ninguna defensa. Aún así, salió bien. Nunca he tenido esa sensación de que me iba a morir. Salí con mi trasplante de médula hecho.
Y vuelta a la normalidad
Claro. Yo estaba haciendo quinto de pedagogía y tres meses después del trasplante me fui conduciendo con mi madre a hacer mi examen, que me hizo el profesor en una habitación para mí. No he tenido nunca esa cosa de qué malica estoy. Terminé mi carrera de pedagogía y poco a poco me fui poniendo bien. Empecé a mejorar. Estaba muy bien. Como si no hubiese pasado nada.
23 años después...
Volví a recaer. Esta vez fue en una revisión rutinaria. Tuve la gran suerte de estar con el doctor Francisco Ayala. Habrá miles, pero para mí es el mejor del mundo. Venía más quimioterapia. ¡Toma arroz, Catalina! Me toqué el pelo y dije: Ay! Otra vez no...

Espuche, en un banco del Malecón de Murcia / Israel Sánchez
Un tercer cáncer del mismo tipo, pero diferente, porque ya le habían hecho la mastectomía.
Fue en un simple análisis rutinario donde salieron las constantes tumorales un poquitín altas. «Los protocolos son los que son y hay que cumplirlos», me dijo el doctor. Empezó a mirar y a buscar hasta que me lo encontró. Tenía el mismo tumor, pero en el hueso que está entre los pulmones.
El tratamiento es distinto.
Me hicieron la biopsia, lo confirmaron, pero no me operaron. Quimioterapia por un tubo, eso sí. Inmunoterapia. Y la pastilla hormonal. Cada 21 días me tienen que poner el tratamiento, que me lo hacen por vena en las piernas. Y la otra pastilla me la tomo todas las noches. Esto es lo que más me está envejeciendo.
Un mismo cáncer tres veces.
Tres veces y del mismo tipo de cáncer. Ahora mismo está en remisión completa, pero tengo que estar en tratamiento porque ya se ha hecho metastásico.
Habla con una entereza tremenda de todo el proceso.
Bueno, en la tercera recaída he tenido un bajón fuerte. Lo que no me había pasado ni en la primera ni en la segunda. Pensaba que si todo el mundo se moría, ¿por qué yo no? Me fui a la oncopsicóloca porque me veía normal, pero estaba irascible y la oncopsicóloga me mandó una pastilla que también me tomo todos los días. Con el tiempo le pregunté para quitármela, pero como me va bien y soy yo, pues me la ha dejado.
¿Cómo de importante ha sido el apoyo familiar que ha recibido durante las tres etapas?
Yo tenía dos hijos antes del primer cáncer. Ahora tengo cinco nietos. Mi hermana ha estado perenne conmigo y también he tenido una familia en la Asociación Española Contra el Cáncer. He hecho amigas entrañables y ha sido muy importante para mí. Hemos hecho cenas, viajes y he sido voluntaria testimonial. Me he sentido muy arropada. He estado con Mª Ángeles y con Mamen, casi desde que abrió la asociación. Esto es muy importante porque he vivido la asociación desde el principio.
Su carácter ha tenido mucho que ver en las recuperaciones.
Tengo el carácter para sobrellevar la historia. Siempre digo que a un problema, una solución. No puedo tener dos problemas a la vez. He tenido mucha suerte y mucha ayuda. Y muchas ganas.
Y si lo mira con perspectiva...
Hasta hace poco no me hacía mucha gracia recordarlo. Pero lo cierto es que hay que hacer todo lo que ayude a otras mujeres.
¿Cómo de importantes son los controles preventivos de este cáncer, de otro o de cualquier posible enfermedad?
Es lo más importante. Póngalo en letras muy grandes: la prevención salva vidas. Todo tumor que pillan a tiempo... Yo tenía un ganglio afectado y mira, tres veces. Pero si te lo pillan a tiempo, te lo quitan y es como si fuera un grano.
Sigue en tratamiento y con sus controles.
Sí. Ahora tengo TAC el día 25, pero claro, mi corazón está más fuerte, tengo más capacidad pulmonar porque me voy a andar al monte y hago ejercicios de fuerza. n
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