Universidad de Murcia

José Neptuno Rodríguez: "Nuestros hallazgos podrían integrarse en terapias del cáncer de páncreas"

"La posibilidad de inhibir o desactivar proteínas que están implicadas en mecanismos de resistencia a la quimio, la radio o la inmunoterapia podrían generar nuevas aproximaciones para el tratamiento de distintos tipos de cáncer", afirma el catedrático de Bioquímica y Biología Molecular en la UMU

José Neptuno, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular en la UMU.

José Neptuno, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular en la UMU. / Juan Carlos Caval

El investigador y catedrático de Bioquímica y Biología Molecular en la UMU José Neptuno Rodríguez se pasa por La Opinión para explicar cómo avanza su investigación sobre el cáncer de páncreas:

¿Cuáles son los mayores desafíos para trasladar los descubrimientos sobre la inhibición de la autofagia al tratamiento clínico del cáncer de páncreas?

Sin duda, el impacto más deseado de cualquier investigación oncológica es la de mejorar la calidad de vida y la supervivencia de los pacientes con cáncer y generar un impacto positivo en el bienestar de nuestra sociedad. El uso de una nueva terapia en humanos constituye la razón de ser de la investigación contra el cáncer, por lo que uno de los mayores desafíos de nuestro grupo es avanzar en el largo camino que supone el uso de un fármaco en humanos desde su descubrimiento en el laboratorio.

Su investigación se centra en el cáncer de páncreas, pero ¿cree que la inhibición de la autofagia podría ser efectiva en otros tipos de cáncer?

La autofagia desempeña un papel fundamental en la degradación de proteínas y orgánulos dañados, que luego se reciclan para su uso celular. Aunque las células normales dependen de la autofagia para combatir el estrés metabólico, sin embargo, suele estar hiperactivada en las células tumorales. Debido a que cada tipo de tumor presenta características distintas habría que estudiar, de forma individualizada, el efecto de la inhibición de la autofagia en otros tipos de cánceres.

Ha mencionado que la autofagia es clave para la supervivencia de las células cancerígenas, ¿podría afectar su inhibición a células sanas del cuerpo o existe un enfoque selectivo en su tratamiento?

Es cierto que la mayoría de las terapias contra el cáncer llevan asociados efectos secundarios no deseables. Puesto que nuestras terapias afectarían principalmente a células con altas tasas de división, algunas células, que dentro de su función normal tienen que dividirse continuamente, también podrían verse afectadas. En este sentido, los tratamientos propuestos en nuestro laboratorio podrían tener efectos secundarios parecidos a los observados con otras terapias ya existentes y aprobadas en la clínica.

La investigación del cáncer se mueve a un ritmo vertiginoso. ¿Cómo cree que se integrarán sus hallazgos sobre la autofagia en el marco de las nuevas terapias personalizadas o en combinación con inmunoterapias?

Creemos que nuestras moléculas podrían integrarse en diversas terapias combinadas. La posibilidad de inhibir o desactivar proteínas que están implicadas en varios mecanismos de resistencia a la quimio, la radio o la inmunoterapia podrían generar nuevas aproximaciones para el tratamiento de distintos tipos de cáncer.

El papel del gen KRAS en el cáncer de páncreas parece crucial en su investigación. ¿Cree que habrá avances significativos en la inhibición directa de KRAS, o la autofagia será una vía más efectiva de ataque?

Las mutaciones en KRAS son unas de las mutaciones oncogénicas más comunes en los cánceres humanos. En la actualidad se han diseñado varios inhibidores efectivos de KRAS, entre ellos el Divarasib, un fármaco oral que se une covalentemente a la oncoproteína KRAS y la bloquea de forma irreversible. Sin embargo, estudios recientes también han confirmado que la autofagia es la responsable de la resistencia de los tumores de páncreas a los inhibidores de KRAS. Por lo tanto, la inhibición simultánea de KRAS y la autofagia podría ser un enfoque terapéutico de interés.

¿Qué obstáculos técnicos o científicos ha encontrado su equipo al intentar modular la metilación de proteínas como enfoque terapéutico, y cómo los han superado?

Todos los obstáculos que nos hemos encontrado en el desarrollo de esta investigación han sido superados gracias al esfuerzo de nuestro grupo de investigación y a la colaboración con excelentes profesionales en distintos campos de la química farmacéutica y de la oncología.

¿Qué le llevó a explorar las catequinas del té como punto de partida para desarrollar terapias hipometilantes?

Trabajos realizados en nuestro laboratorio demostraron que las catequinas aisladas del té verde actuaban como potentes inhibidores de la dihidrofolato reductasa, una enzima necesaria para reciclar las formas activas del ácido fólico en nuestras células. Debido a la conexión entre el ácido fólico y la metilación celular, empezamos a diseñar terapias combinadas que bloquearan la maquinaria de metilación de las células. Aunque existen moléculas que bloquean la metilación del ADN o de las proteínas, nuestras terapias producen una desmetilación global, lo que puede ser entendido como una ventaja terapéutica.

En términos de colaboración internacional, ¿existen otros laboratorios o investigaciones afines que complementen sus hallazgos?

Sí, son muchos los datos aportados por laboratorios españoles y de otros países que indican que el bloqueo de la autofagia puede ser una estrategia adecuada para el tratamiento de este cáncer tan difícil de abordar clínicamente. En este sentido, la singularidad de las moléculas diseñadas y sintetizadas por nuestro grupo de investigación nos proporciona una ventaja competitiva para disponer de una herramienta única para atacar la maquinaria de metilación de las células del cáncer de páncreas.

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