Entrevista | María Dolores García Mascarell Presidenta de la UCAM
"Mi labor es dar continuidad al espíritu fundacional de la UCAM"
"Siempre querremos titulaciones nuevas y continuar con la expansión internacional de la Universidad Católica", cuyos pilares seguirán siendo "la docencia, la investigación, la evangelización, el deporte o los idiomas"

María Dolores García Mascarell, presidenta de la UCAM. / Juan Carlos Caval
Numerosos cuadros, premios, reconocimientos, distintas fotografías de los encuentros con los papas Juan Pablo II, Benedicto XVI o Francisco, así como imaginería religiosa decoran su despacho. En la mesa que se sitúa en el centro de la gran sala hay posada una Biblia, un crucifijo y un portafotos con la imagen de su esposo, José Luis Mendoza. María Dolores García Mascarell (Albatera, 1957) cumple a finales de este mes un año al frente de la UCAM como presidenta. El próximo 18 de enero tendrá lugar el primer aniversario del fallecimiento de Mendoza. «No ha sido fácil. José Luis ha dejado un hueco enorme en nuestras vidas», reconoce.
Tiene claro que, un año después, su objetivo va a seguir siendo el de «dar continuidad al espíritu fundacional» de la institución que impulsó su esposo hace más de veinticinco años hasta ser reconocida a día de hoy ya no solo a nivel regional, sino también nacional e internacional por su labor docente, investigadora, social o deportiva.

Detalle de las manos de García Mascarell, con las alianzas. / Juan Carlos Caval
¿Qué balance hace de este año al frente de la institución?
No ha sido un año fácil. José Luis ha dejado un hueco enorme en nuestras vidas, en la familia, como es lógico, pero también en la institución. Sé que la gente lo echa de menos y lo añora porque él era pura pasión y a todo le ponía una energía tremenda. Siempre lo digo: la gente que creía que venía a traerle una idea se iba con tres para trabajar. Como tenía esas ganas de hacer siempre cosas, había muchos proyectos en los que estamos trabajando ahora. No nos hemos quedado lamiéndonos las heridas porque no nos ha dado tiempo.
Que usted fuese la presidenta fue una decisión del propio José Luis Mendoza. ¿Tenía claro que tenía que aceptarlo?
El que lo tenía claro era él. Mi labor es dar continuidad al espíritu fundacional de la UCAM porque, evidentemente, para la gestión y para el día a día están mis hijos, que ya llevan muchos años, y los equipos de personas que trabajan en diferentes responsabilidades y que conocen perfectamente todo lo que toca hacer en cada momento. Es gente muy fiel y trabajadora. El equipo humano que a lo largo de los años se ha ido conformando es para mí un don de Dios con el que cuento. Estoy muy tranquila: me siento como que descanso sobre los hombros de toda la gente que ha ido entrando en la universidad a lo largo de los años.
"El papa Francisco nos animó a seguir con nuestra labor evangelizadora"
¿Cómo era su esposo? ¿Qué destacaría de él?
Ha sido valiente y decidido. No ha tenido miedo cuando ha valorado que algo era la verdad. Él siempre ha sido un luchador incansable y le ponía mucha pasión y una gran creatividad a todos los proyectos. Era un hombre bueno, algo aplicable tanto al ámbito profesional como al personal. Con su familia estaba encantado y yo le decía: ‘Anda que no te gusta ponerte las medallas de los hijos que tienes’. Le encantaba que nos juntáramos todos, que vinieran los hijos, los nietos y que comiésemos todos juntos.
Su labor ha sido reconocida en los últimos meses con diversos galardones: Medalla de Oro de la Región, Antena de Plata, el premio ‘Serge Lazareff’ de la OTAN recientemente...
A lo largo de este año han sido muchos los reconocimientos que ha habido por parte de la sociedad civil, política e incluso militar. José Luis tenía grabado que esta obra, la de la UCAM, era de Dios y que la bendición de Dios la teníamos que pedir en el día a día para que nuestro trabajo no fuera algo sin sentido. Ahora, como he dicho, mi labor es seguir enraizando todos esos valores que él quería para la universidad.

María Dolores García Mascarell, presidenta de la UCAM. / Juan Carlos Caval
¿De qué se ha sentido más orgullosa durante este tiempo?
Siento orgullo del espíritu que José Luis ha sabido transmitir. Las personas que forman parte de la institución están muy identificadas con la misión de la universidad, con el trabajo, con los valores que emanan del humanismo cristiano, de poder transmitir a los jóvenes todos los valores y virtudes que vemos que son imprescindibles para afrontar la vida con garantía... De los valores que emanan de la fe también me siento orgullosa, porque veo que hay un equipo humano que verdaderamente considera al alumno como el centro del trabajo de cada día. Se trata de que el alumno logre lo mejor que puede, que saque lo mejor de sí mismo y logre los mejores objetivos. También estoy muy agradecida con el trabajo que aquí se lleva a cabo. Por ejemplo, me ha tocado a mí la satisfacción de ver por fin implementado el Grado de Veterinaria. José Luis pasó muchas veces por esta experiencia de luchar contra un muro para conseguir algunas titulaciones. Y muchas han sido así, con mucha dificultad. A mí me ha tocado vivir la de Veterinaria y al final ha sido una grandísima alegría poder alcanzarlo. He visto el trabajo que hay detrás de los equipos que han estado sudando la camiseta para conseguirlo.
Otro de los caballos de batalla sigue siendo la declaración por parte de la Comunidad de la institución como Bien de Interés Público para poder ampliar la universidad...
Forma parte del sentir de los murcianos. Queda fuera de toda duda que la UCAM es de interés público. Son más de 100.000 egresados desde que comenzó su andadura. Desde el punto de vista normativo, ¿cumple la normativa para que sea declarada como tal? La cumple. Solo depende de que los políticos se decidan. Bien de interés público, para mí y para la sociedad murciana, ya lo es. Así lo reconocieron también cientos de instituciones porque mandaron ese apoyo a la UCAM y lo trasladaron a la Comunidad Autónoma.
¿Hay algún otro reto que se plantee la UCAM a corto, medio o largo plazo?
La rectora siempre me dice que tiene una libreta que José Luis dejó preparada con objetivos pendientes. Nuestros pilares han sido y seguirán siendo la docencia, la investigación, la evangelización, el deporte, los idiomas... En cada una de esas áreas tenemos retos por delante y ganas de trabajar para conseguirlo. La investigación la estamos potenciando muchísimo. Somos la segunda universidad privada que más tesis doctorales ha leído en el último año. Eso ya indica el trabajo que hay en esa área. En deportes, lo mismo. En baloncesto tenemos el objetivo cumplido de jugar la Copa del Rey, algo que nos llena de alegría si tenemos en cuenta nuestro presupuesto. El trabajo de equipo que se está haciendo desde hace años es el que ha dado lugar a estos resultados.
¿Y en cuanto a docencia?
Siempre querremos titulaciones nuevas, como es lógico. Vamos a esperar antes de dar pasos porque el Gobierno regional tiene pensada ya, por fin, una nueva Ley de Universidades. Tenemos también el ojo puesto en la expansión internacional, porque, por desgracia, cada vez hay menos españoles y tenemos que ir echando redes también fuera. Por ejemplo, en Dubái somos centro acreditado del Instituto Cervantes y en Egipto hemos abierto otra sede. También estamos echando el ojo por la India, aunque por ahora es un proyecto muy incipiente...
"Me gusta cocinar, sobre todo cuando me junto con mis hijos y mis nietos"
A principios de este año estuvo en el Vaticano en una audiencia privada con el papa Francisco. ¿Cómo fue?
José Luis tenía el gran deseo de que por el 25º aniversario de la universidad fuéramos a Roma a estar con el papa Francisco, pero por su enfermedad no pudo ser. Tenía tanta ilusión que queríamos que se cumpliera ese deseo. Fuimos tanto el Consejo de Gobierno de la Universidad como también la familia, porque el arzobispo y cardenal don Antonio Cañizares siempre nos insistía en que esta universidad había nacido de una familia, y eso no había que perderlo de vista.
¿Qué mensaje les trasladó el Santo Padre?
Nos insistió en que sigamos con nuestra labor. A mí me emocionó mucho su intervención porque me daba la impresión de que había buscado algunos de los discursos de José Luis: nos repitió algunas de las palabras textuales que él más solía repetir en sus intervenciones. Nos animó a seguir siendo una universidad evangelizadora, una universidad existencial en la que seamos capaces de dar la vida por el alumno. Fue muy conmovedor, un encuentro muy entrañable que nos sirve para coger fuerza para este año.
Francisco tenía una relación muy estrecha con José Luis. Imagino que eso no se va a perder...
A Francisco le gustaba mucho escuchar y hablar con José Luis. Siempre le preguntaba y se interesaba mucho por la universidad. Hasta ahora hemos seguido teniendo mucha relación con él y siempre se ha preocupado por nosotros.
Misa por Mendoza el jueves
El próximo jueves, 18 de enero, se cumple un año del fallecimiento de José Luis Mendoza, fundador de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM). Para ello, la institución ha organizado una misa en su memoria que tendrá lugar en la parroquia de San Pablo de Murcia a partir de las 20.00 horas. A la celebración está llamada a asistir la comunidad universitaria, así como toda la sociedad murciana que desee recordar la figura y el legado que dejó Mendoza.
¿Cómo compagina el trabajo en la institución con el ámbito personal? No ha dejado de lado a sus hijos, ni a sus nietos y sigue cuidando a sus padres...
A ver, medallas ninguna, ¿eh? [Risas] Siempre me he sentido como una persona desorganizada que quiere cada día aprender a organizarse. Y, cuando ha llegado este momento, pues más todavía, ¿no? Verdaderamente a mí me ha gustado mucho vivir lo que es la familia de puertas para adentro, lo que es dedicarme a mis hijos y después a mis nietos. Y, es verdad, mis padres ahora son ancianos, pero tengo la suerte de que somos cuatro hermanos y, gracias a Dios, ellos son también magníficos y han dado un paso al frente con la situación de mis padres.
¿Cómo se definiría a sí misma?
Como una mujer a la que Dios ha llamado a una vocación. Mi principal vocación ha sido vivir la fe de todo lo que he recibido desde la familia y después en la Iglesia, en una comunidad neocatecumenal a la que pertenezco. He vivido también la llamada que Dios me hizo al matrimonio y a la maternidad.
¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre?
Me gusta cocinar, sobre todo cuando nos juntamos en días que no son de trabajo con mis hijos y mis nietos. También me gusta mucho preparar mi propia conserva de tomate para todo el año. En casa, como son muy aficionados a la comida italiana, me viene bien tener esa conserva de tomate ya hecha para, por ejemplo, las lasañas o incluso para las paellas.
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