Llegó para sustituir a Arancha González Laya, que cayó del Gobierno de España tras la crisis con Marruecos (permitió la entrada a España del líder del Frente Polisario, Brahim Gali, para tratarse de covid), y se ha vuelto un indispensable para Pedro Sánchez. 

Cabría pensar que poco tiene que decir la Región de Murcia del reelegido ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, sin embargo, en tiempos de ampliación de la UE, estarán en sus manos las negociaciones comerciales con los nuevos países miembros. 

Montenegro, Serbia, Macedonia del Norte, Georgia, Bosnia y Herzegovina, Moldavia, Ucrania... «El acuerdo de Granada no fue rotundo sobre la ampliación, pero avanzó bastante en esta cuestión, que va a ser capital los próximos años», manifiesta el único eurodiputado murciano en el Parlamento Europeo, el socialista Marcos Ros Sempere. 

«Estas negociaciones son una oportunidad para la Región de Murcia por la política de intercambios de bienes y servicios que se pueda obtener», explica. Se abre un abanico de posibilidades ante los nuevos acuerdos comerciales de los que se podrá beneficiar la Región. 

Cierto es que Albares no negocia cómo afectará a Murcia la política de cohesión comunitaria, pero sí que tendrá mucho que decir sobre los términos y condiciones de las nuevas adhesiones. 

Por otra parte, a Albares le toca ahora consumar la política de acercamiento a Marruecos (la apertura de aduanas en Ceuta y Melilla que prometió aún está por materializarse) y terminar de arreglar las cosas con Argelia. 

Por otra parte, aunque España es un actor secundario en el conflicto entre Israel y Palestina, debe fijar su posición como miembro de la UE. Está por ver que pueda conseguirlo con un socio de Gobierno con un postura tan clara y contundente.

Elecciones europeas

Se prevé un auge de los partidos de ultraderecha, y hay preocupación en las cancillerías sobre la posibilidad de que el Partido Popular Europeo decida romper con décadas de pacto tácito con los socialdemócratas y acercarse a los ultras de partidos como el de Meloni. Albares se jactó de que, gracias a la investidura de Sánchez, España ha evitado el ascenso de la ultraderecha en nuestro país y garantiza así «cuatro años de Gobierno europeísta».