El único eurodiputado murciano en el Parlamento Europeo aterriza esta tarde en la Región para asistir a la Reunión Informal Ministerial (RIM) de Política de Cohesión que se celebra hasta mañana al mediodía en el Cuartel de Artillería de Murcia. Marcos Ros forma parte de la delegación por ser coordinador socialista en la Comisión de Desarrollo Regional del Parlamento de la UE.

¿Por qué es importante la política de cohesión para la Región?

Pretende equilibrar el crecimiento de todas las regiones para que exista un equilibrio en cuanto a indicadores económicos y de desarrollo. La Región de Murcia se ha beneficiado mucho de sus fondos. Tanto es así, que en treinta años ha pasado del tercer nivel, el de las regiones menos desarrolladas, al primer nivel. Por eso creo que es muy importante que esta reunión se celebre aquí.

¿A qué tipo de reunión vamos a asistir?

Se está debatiendo sobre cómo modernizar y fortalecer la política de cohesión para el próximo período, de 2028 a 2034.

¿Está obsoleta después de la pandemia y de la guerra?

Lo que ocurre es que la UE ha tenido que recurrir a fondos de cohesión, que rondan los 300.000 millones para siete años, para hacer frente a todas estas crisis imprevistas, a la que se suma la energética. Se debate si son los fondos de cohesión los que deben responder a estos situaciones sobrevenidas. También están en cuestión las trabas administrativas que existen para acceder a ellos y si la política de cohesión puede ayudar a conseguir objetivos estratégicos, como son la transición ecológica, la modernización digital y la inclusión social.

"La política de cohesión es un ‘win-win’, ganan todos porque equilibra el mercado común"

¿El Grupo Socialista llega a esta cumbre con algún objetivo?

El objetivo es que la política de cohesión salga fortalecida. Es la política que garantiza la igualdad de oportunidades. También queremos que estos fondos no se conviertan en una caja que valga para cualquier contingencia.

¿Hay países o fuerzas políticas más reacias a estos fondos?

No detecto eso, pero sí que es verdad que los países con regiones más desarrolladas reciben una parte muy pequeña de estos fondos.

España ahora recibe mucho menos que antes, claro.

Efectivamente. Pero la política de cohesión beneficia a todos. Los ciudadanos de los países más receptores aumentan su nivel de desarrollo y eso implica que consumen más productos de la UE. Al final, el desarrollo vivido en España beneficia a los españoles, pero también a la industria alemana, que vende sus productos aquí. La política de cohesión es un ‘win-win’, ganan todos porque equilibra el mercado común.

Quedan menos de un año para las elecciones europeas. ¿Se le ha hecho corto?

Ha sido una legislatura con muchas particularidades. Entré tarde y, nada más hacerlo, nos confinaron. Luego llegó un año y medio con todas las reuniones ‘online’, sin relacionarnos entre nosotros... Y llegó la guerra. Pese a todo, estoy bastante satisfecho del trabajo realizado.

"La guerra de Ucrania y el populismo son los principales peligros de la Unión Europea"

¿Qué peligros sigue teniendo la UE a la vista?

El más claro es la guerra de Ucrania, a las puertas de la Unión. Nos está generando consecuencias a todos, como es la inflación y la crisis energética, además de la acogida humanitaria. Por otra parte, otro gran peligro es el populismo de extrema derecha, que ha entrado en gobiernos de países de la Unión y está en el Parlamento Europeo. Han venido para decir que la política europea debe disolverse.

¿Está más débil la Unión?

Al contrario. El proyecto europeo está más vivo que nunca tras la pandemia. Reaccionó fuerte y lo vimos todos con las vacunas, que nos llegaron a todos y se salvaron miles de vidas. Hubo buena asistencia sanitaria, en general, ahora contamos con fondos de recuperación, hemos hecho frente a la guerra y a la crisis. La adhesión de los ciudadanos al proyecto es alta.

¿Se está mirando mucho en la UE la situación española, sin Gobierno y en plena investidura?

Estamos todos muy atentos y nos hacen mucha preguntas. Pero en el Parlamento esto forma parte del día a día. Absoluta normalidad.