El pasado 28 de agosto los agentes medioambientales de la Comunidad encontraron muerto a Tejo, uno de los linces ibéricos reintroducidos meses antes en los cercos de aclimatación de Lorca. Su localización fue posible gracias al collar que llevaba el animal. El aparato GPS indicaba anomalías en los datos que registra en relación a la temperatura. Su cuerpo estaba en un terreno acotado del término municipal y presentaba una herida en la cabeza causada por una bala que le provocó la muerte, según determinó el informe de la necropsia.
La colaboración entre los agentes medioambientales y los del SEPRONA de la Guardia Civil ha permitido, tras una investigación, dar con el presunto responsable de la muerte del lince ibérico. El hombre, que fue identificado como sospechoso, se puso en contacto con las autoridades y prestó declaración como autor del disparo. Las diligencias serán puestas a disposición judicial.
Las palabras de los cazadores
Tras conocer la noticia, la Federación de Caza de la Región de Murcia (FCRM) ha mostrado "su más absoluta repulsa y condena de tales hechos", han declarado. De hecho, han insistido en que "desde un principio la FCRM apoyó y sigue apoyando la reintroducción de esta especie en la Región", por lo que se compromete a mostrarse "inflexible para ejercer cualquier acción legal que resulte oportuna para esclarecer estos hechos y procurar la condena de cualquier autor que dañe o menoscabe el medio natural, la biodiversidad y, en especial, la puesta en peligro intencional de las especies de fauna protegida".
Desde el organismo no solo condenan la acción, sino que expresan su "rechazo absoluto, incomprensión y vergüenza" por la muerte de este animal que, aseguran, no hace más que "dañar la imagen de cientos de miles de cazadores y decenas de miles en la Región que son merecedores de ese nombre y se han caracterizado siempre por ejercer esta actividad con absoluto respeto al medio ambiente y a la legalidad".
Asimismo, la FCRM ha determinado que, junto a la Fundación ARTEMISAN, iniciará acciones legales en las que pretenden ejercer la acusación popular para "depurar todas las acciones civiles o penales de estos hechos", a falta de que "se esclarezcan las circunstancias en las que se produjo este lamentable suceso".
"La perdida de un lince es un lamentable suceso que nos daña a todos y nos empobrece como seres humanos, y esta Federación va a seguir luchando cada día por defender el nombre de los cazadores y su encendida defensa que cada día realiza, de la biodiversidad y del medio ambiente. Reiteramos nuestro más profundo malestar en que actos como este empañen un proyecto tan ilusionante y ambicioso como es la reintroducción del lince en la Región de Murcia, proyecto del que somos participes junto al Gobierno Regional de Murcia, Fundación ARTEMISAN entre otras instituciones y organismos", han sentenciado.
Tova, otro lince muerto
Tras la reintroducción de la especie en la Región, también hubo que lamentar la muerte de otro de los linces ibéricos, en este caso el de una hembra, Tova. Murió en agosto y, en base a la necropsia, fue a consecuencia de las heridas causadas por una pelea con el lince con el que compartía el cercado de aclimatación.
En lo que respecta a la mortalidad de la especie, las principales causas son atropellos (32%), furtivismo (24%), enfermedades (14%), causas desconocidas (18%), peleas (7%) y otras causas (5%).
Los ocho ejemplares que se reintrodujeron en la Región este 2023 llegaron en dos remesas (marzo y junio). De ellos, uno fue capturado por escaparse y acercarse a núcleos urbanos (Tiko), y murió por una úlcera tras una ingesta de plástico; dos se encuentran en libertad y geolocalizados por el collar GPS (Tahúlla y Tilo), otros dos están en los cercados de aclimatación (Turma y Tinajero) y uno se encuentra en paradero desconocido (Torrealvilla), por lo que el dispositivo de fototrampeo sigue desplegado para encontrarlo. Los tres restantes, por desgracia, están muertos.