Universidades

Patricio Ballester: "Si volviera a nacer elegiría el mismo camino, no concibo mi vida sin la Universidad de Murcia

El funcionario de la UMU se jubiló tras 43 años de trabajo en el centro, donde también cursó estudios científicos

Patricio Ballester Almela, funcionario durante 43 años de la Universidad de Murcia.

Patricio Ballester Almela, funcionario durante 43 años de la Universidad de Murcia. / Inma G. Pardo

Pascual Vera

Pascual Vera

Casi medio siglo de relación laboral con la Universidad de Murcia dan para mucho. Divertidos y nostálgicos recuerdos. Compañeros y rectores que iban y venían en una institución que evolucionó ante sus ojos, al tiempo que él mismo se convertía en quien es a día de hoy

Podríamos decir que Patricio Ballester Almela trabajó para la Universidad de Murcia antes de conocerla. Y casi sería verdad.

Pero habría que remontarse algún año: su relación con la UMU comienza en los lejanos tiempos del franquismo. Cuando un joven Patricio empezaba sus estudios de química en la Facultad de Ciencias, un centro entonces apelmazado de todo tipo de estudiantes en los primeros años de carrera. Allí se daban cita un montón de titulaciones que aún no se habían separado en sus primeros años de comunes.

Aquel era un Campus tan reducido que pronto se le conoció como Huertus, y los estudiantes y profesores se reunían en gloriosa algarabía en asambleas que se celebraban en las escalinatas de Letras y en aquella cantina situada debajo de ella. Y también en aquellas fiestas multitudinarias de ciencias en las que se mezclaban aspirantes a titulados de todas las carreras.

Cuando aún no había pasado por el ecuador de sus estudios, el joven Patricio los abandona para ir a cumplir con la patria -eso se decía entonces-.

Alguien le informó entonces de unas oposiciones -las primeras que se realizaban en nuestro centro-, y aprueba administrativo. Son un buen número de plazas las convocadas, ya que se trata de la mayor oferta hasta entonces. Aquella diminuta Universidad comienza a tomar copero, murcianamente hablando, y a crecer en el número de alumnos y estudios.

Su primer destino fue Albacete, que todavía pertenecía al distrito universitario de Murcia, como acreditaba el escudo universitario alfonsino de aquel momento.

«La universidad en 1974 era bien diferente a la actual, mucho más cerrada y muy lejos de la relación tan estrecha que tiene ahora con la sociedad»

Durante dos años trabajó allí Patricio, hasta septiembre de 1982, que es enviado ya a Murcia, concretamente a la Facultad de Ciencias, la misma que le había recibido como estudiante. Allí se cursaba entonces Química, Biología, Matemáticas y primer curso de escuelas técnicas superiores.

Recuerda Patricio que el decano de aquel entonces era alguien que llegaría a las más altas cotas académicas: Antonio Soler, que tres años después sería elegido rector. Y a Agustín Miñana, secretario general con el rector Lozano, predecesor de Soler.

Rememora Patricio, como uno de los hitos de aquella facultad, la creación del Servicio de Instrumentación Científica, ahora conocido como Área Científica y Técnica de investigación.

En 1986 se trasladó al campus de Espinardo, pasando a llamarse Facultad de Químicas y Matemáticas, y allí estuvo hasta 1992, fecha en que se crea la Facultad de Matemáticas. Allí marcha Patricio como jefe de Secretaría de la facultad. Y en ella permanecerá entre 1992 y 1996, y luego dos años en la Facultad de Derecho. Posteriormente, en 1998, recién entrado el rector Ballesta, marcha a la Convalecencia, sede del Rectorado. Recuerda Patricio que poco después se aprobaría la Ley Orgánica de Universidades, que suponía cambios en la elección de rector. En las nuevas elecciones, organizadas con el nuevo sistema, volvió a salir elegido nuevamente Ballesta, y posteriormente Cobacho. Con ambos trabajó Patricio en Secretaría General.

Recuerda Patricio especialmente, además de los rectores, a los secretarios generales de ambos, con los que trabajó más estrechamente: con Ballesta ocuparon la Secretaría general Isabel Saura y Natalia Egea, y con Cobacho Fulgencio Angosto y Joaquín Lomba. También el periodo del rector Orihuela, en el que trabajó con Santiago Álvarez Carreño. Y el actual, con Luján: Francisco Antonio González Díaz, que según asegura Patricio es el primer secretario general que repite en el cargo, al menos en la Universidad murciana democrática.

El recuerdo que conserva Patricio de la universidad que conoció en aquel lejano 1974, y que permanece en su recuerdo de forma nítida, es el de una universidad bien diferente a la actual, mucho más cerrada y muy lejos de la relación tan estrecha que tiene actualmente con la sociedad.

Cuenta Patricio que la UMU de aquel tiempo estaba muy escorada hacia los extremos: «o se era muy de derechas o muy de izquierdas». Rememora que, entre 1974 y 1976, se produjeron los grandes movimientos estudiantiles.

Su primer rector, al que conoció ya como funcionario, fue Francisco Sabater, pero ya había acabado su periodo rectoral y era presidente de la comisión de convalidaciones. «Tenía una coherencia absoluta», comenta, y asegura que inició en la Universidad de Murcia un periodo de mayor apertura».

Rememora también cuando aún entraba la policía al recinto universitario -los grises se les llamaba entonces- siendo él estudiante.

Recuerda Patricio, entre divertido y nostálgico, las carencias de aquella época respecto a los adelantos que hemos disfrutado con posterioridad: «teníamos reprografía y multicopista, y eso nos parecía un mundo», -asegura-. «Nos llenábamos de tinta continuamente en el trabajo. Teníamos la famosa Léxicon de Olivetti, aquel papel de calco en el que las últimas copias casi no se veían… Una universidad bien distinta a la actual». Recuerda también los folios y los sobres de papel timbrado, y aquellas pólizas en las que se rellenaban todas las solicitudes, que afortunadamente acabaron desapareciendo.

Y a algunos de los primeros compañeros, como Diego Agudo o Casiano Gil.

Hoy todos son recuerdos del casi medio siglo que ha pasado entre las paredes de la Universidad de Murcia. «He trabajado 43 años en la Universidad de Murcia», y apostilla: «Si volviera a nacer elegiría el mismo camino, es mi vida, no concibo mi vida sin la Universidad de Murcia».