35º Aniversario La Opinión

Y que cumpla muchos más

El diario La Opinión celebró en Promenade el pasado miércoles en un ambiente inmejorable la gala de celebración por su 35 aniversario, a la que acudieron aproximadamente 600 asistentes

Foto de familia sobre el escenario del salón de Promenade de los responsables de Prensa Ibérica y del diario La Opinión, junto a autoridades políticas invitadas a la gala de celebración del 35 aniversario.

Foto de familia sobre el escenario del salón de Promenade de los responsables de Prensa Ibérica y del diario La Opinión, junto a autoridades políticas invitadas a la gala de celebración del 35 aniversario. / Javier Vera

Javier Vera

Javier Vera

No es nada fácil resumir en apenas unos párrafos lo vivido en una noche tan especial, pero lo voy a intentar. Porque va mucho más allá de las tres o cuatro horas en las que el diario La Opinión celebró su 35 aniversario. La noche del miércoles fue un homenaje maravilloso a la nostalgia y a los recuerdos, presentes en cada uno de los saludos y reencuentros entre amigos y compañeros de trabajo. Pero también un aviso a navegantes de lo que aún está por llegar, porque los objetivos alcanzados hasta ahora y el esfuerzo puesto en su consecución se antoja poco con lo que en un futuro se puede celebrar en el periódico murciano.

Las puertas de Promenade, el lugar elegido en la capital murciana para congregar a los aproximadamente 600 asistentes al evento, habrían sus puertas a las 20.00 horas para recibir a quienes los rayos de sol aún les iluminaban tímidamente la cara mientras accedían al lugar.

El presidente de Prensa Ibérica, Javier Moll, llegaba acompañado de la vicepresidenta, Arantxa Sarasola; la gerente de La Opinión, Sonia Martínez; y el director de La Opinión, José Alberto Pardo, para, como buenos anfitriones, dar la bienvenida a los primeros invitados. Un recibimiento precedido por un ‘pasillo’ de portadas a tamaño gigante que reflejaban los hechos más destacados de la Región de Murcia en los últimos años.

La primera toma de contacto con esta especial gala debía quedar inmortalizada, y qué mejor para ello que un elegante y colorido photocall por el que todos y cada uno de los invitados fue desfilando (algunos con más soltura que otros, pues entre mis dones no destaca la fotogenia) para que las más que decentes cámaras de los fotógrafos capturasen posados, abrazos, miradas cómplices y, sobre todo, muchas sonrisas.

Porque la cita no hacía nada más que empezar, y el ambiente ya reflejaba una alegría que perduraría hasta más allá de la medianoche. Las llegadas se sucedían y a los profesionales del diario La Opinión se les iban sumando autoridades políticas, personalidades del tejido socioeconómico de la Región y demás invitados.

El cóctel de recibimiento fue el predecesor perfecto, para ir soltando un poco los nervios que una celebración así conlleva inherentemente, de la entrada de todos los invitados al salón del recinto, que poco a poco fue llenándose para que nadie se perdiese los momentos más institucionales (aunque no por ello aburridos, pues el cariño de quienes hablaron se notaba en cada una de las palabras) de esta celebración del 35 aniversario del medio de comunicación murciano.

La periodista Carmen Conesa fue la encargada de conducir la gala y presentar en primer lugar al presidente de Prensa Ibérica, Javier Moll, que desde el atril dedicó un emotivo discurso a los asistentes. ««La Opinión de Murcia fue el primer diario de nueva creación de Prensa Ibérica. Después el grupo se decidió a crear otras Opiniones», recordó el fundador del grupo editorial.

Asimismo, el presidente de Prensa Ibérica recordó que «la irrupción de La Opinión de Murcia, que siempre ha hecho bandera de su independencia y ha defendido los preceptos de la democracia, rompió el monopolio informativo y trajo a esta tierra una nueva forma de hacer periodismo junto a nuevos aires de libertad».

En estos 35 años La Opinión ha mantenido inmutable su rigor informativo, profesionalidad y honestidad. A lo largo de este tiempo se han ido sumando voces al proyecto y el periódico ha demostrando su capacidad de influencia, marcando en numerosos temas la agenda informativa gracias a un trabajo en red de periodistas repartidos por toda la Comunidad.

Este trabajo ha sido recompensado y La Opinión de Murcia, que alcanza los 4,3 millones de usuarios únicos y 14,5 millones de páginas vistas, se ha consolidado como líder de los medios de comunicación regionales en web.

Tras Javier Moll llegó el turno de José Alberto Pardo, que recordó la celebración de los 30 años de La Opinión en el Aeropuerto Internacional de la Región de Murcia, antes de que abriera al público. «Han cambiado muchas cosas. Sin ir más lejos, acabamos de dejar atrás una pandemia nunca vista. Una tragedia mundial de la que irremediablemente no podíamos salir iguales», señaló. «Fue un aprendizaje continuo que todavía no ha terminado. Tampoco se olvidó de aquellos compañeros que han permanecido siete lustros en la Redacción: Ángel Montiel, María José Gil, Juan Carlos Collada y Adela Ruiz. Tampoco de aquellos que pasaron a engrosar esta familia en los últimos años: «Hay factores que pueden depender de la edad, pero hay otros inmutables que se hallan en los genes».

José Antonio Serrano y Fernando López Miras se encargaron por último de los discursos por parte del ámbito político antes de que, pasados unos pocos minutos de las 21.00 horas, comenzase el cóctel, servido durante dos horas tanto en el interior como en el exterior. No faltó la cerveza murciana Estrella de Levante y los vinos de las Bodegas Juan Gil, de Jumilla, para brindar por 35 años más de La Opinión.

Si me preguntan, a mí se me hizo muy corta la noche para todo lo que había por celebrar. Porque 35 años no se cumplen todos los días, y si estos siete lustros han ido acompañados de tantas emociones, trabajo y anécdotas, podrán imaginar que me hubiera gustado que se alargase un par de horas más, porque si algo sobró aquella noche, fue gente interesante de la que aprender.

Pero se podrán hacer una idea, de que el periodismo raramente descansa, y quienes esa noche andaban celebrando, bien temprano a la mañana siguiente debían volver al trabajo.