Medio ambiente

La Comunidad suspende las obras de los biorreactores del Mar Menor

Una losa de piedra que no había aparecido en los estudios geotécnicos obliga a paralizar "temporalmente" el proyecto estrella de la Consejería de Medio Ambiente, reconocen desde el Gobierno regional - El plan debía estar funcionando el próximo verano

La obra del proyecto seencuentra totalmente abandonada. |   LOYOLA PÉREZ DE VILLEGAS.

La obra del proyecto seencuentra totalmente abandonada. | LOYOLA PÉREZ DE VILLEGAS. / Jaime FERRÁN/alberto sánchez

La Comunidad Autónoma ha decidido suspender las obras del proyecto de biorreactores que se estaban llevando a cabo en la rambla del Albujón y con el que se pretende acabar con el 70 u 80% de los nitratos que van a parar al Mar Menor.

Según ha podido saber esta Redacción, en el proceso de ejecución de las obras, los operarios se han encontrado con una losa de piedra que no había aparecido en los estudios geotécnicos realizados para la redacción del proyecto y con posterioridad en el inicio de la obra. Fuentes de la Consejería de Medio Ambiente, Mar Menor, Universidades e Investigación han explicado que ahora será necesario realizar unos «estudios complementarios» para determinar su volumen y «ver cómo se adapta el proyecto inicialmente previsto».

Ante estas circunstancias, se han suspendido las obras, pero desde el Gobierno regional destacan que se paralizan «temporalmente para que los plazos de ejecución no sigan corriendo». Una vez que se lleva a cabo ese estudio complementario para determinar las alternativas al proyecto inicial, se reanudarán las obras «cuanto antes», aseguran.

La subida de precios, un recurso en los tribunales y el nivel del acuífero también han supuesto problemas al plan

Las obras suspendidas contaban con un presupuesto de 4,06 millones de euros a cargo de la anualidad de 2023 en las cuentas regionales, después de que la tramitación de este proyecto, que arrancó en 2022, sufriera varios retrasos. Sin embargo, desde el Gobierno regional remarcan que la paralización se trata de una «decisión técnica —estrictamente achacable a la citada losa de piedra—, no económica».

En origen, el proyecto estrella de la Comunidad para recuperar el ecosistema del Mar Menor debía estar listo para este verano. Sin embargo, con este nuevo retraso, nadie se atreve a prever cuándo estará listo.

La paralización del proyecto se suma a otros baches en la Comunidad

La paralización de las obras de la planta de biorreactores en la rambla del Albujón se une a otros inconvenientes surgidos en las últimas semanas y que tienen como protagonista la laguna salada. El Plan de Ordenación Territorial de la Cuenca Vertiente del Mar Menor, un documento que debe regular en los municipios ribereños las futuras edificaciones, también suma retrasos en su elaboración. La Consejería de Fomento decidió, como publicó La Opinión, rescindir el contrato con la empresa adjudicataria del plan por «gravísimos retrasos» en los plazos de entrega y por escaso rigor técnico en la documentación presentada. Esto ha supuesto año y medio de retraso en un proyecto que mantiene en suspensión nuevos desarrollos urbanísticos en el entorno de la laguna hasta que el plan reciba la aprobación del Gobierno regional. Fomento señaló que sus propios técnicos han continuado con el trabajo de redacción.

Una piedra más en el camino

Metafóricamente, han sido muchas las piedras en el camino de este proyecto, aunque ninguna como esta última, en sentido literal, que ha llevado a su suspensión por el momento.

En un principio, el proyecto para instalar hasta quince balsas desnitrificadoras en la desembocadura de la rambla del Albujón contaba con un presupuesto de casi la mitad, 2,5 millones de euros. Sin embargo, la subida de los precios de las materias primas a comienzos del año pasado obligó a la Consejería de Medio Ambiente, entonces con Antonio Luengo al frente, a volver a licitar el proyecto. Se aprovechó el momento para cargar el coste de la obra a las cuentas del año siguiente (el actual).

«Las empresas adjudicatarias han abandonado y en estos momentos ya no queda nada», afirma Sevilla

Con un presupuesto de más de 4 millones de euros, el segundo gran problema llegaría nueve meses después: la empresa propietaria de la mayoría de los terrenos donde se planteaban construir las quince balsas cerca de la desembocadura de la rambla del Albujón amenazó con presentar un recurso contencioso-administrativo por no estar conforme con la compensación económica de la Comunidad por las expropiaciones. Las obras ya habían sido adjudicadas a una unión de empresas Osepsa y José Díaz.

Entonces, la Consejería de Medio Ambiente seguía manteniendo que el proyecto no tenía por qué sufrir retrasos porque se trataba de una «disconformidad con el dinero pagado por las expropiaciones que tendrá que determinarlo un juez». Efectivamente, pese al recurso, las obras comenzaron casi un mes después.

En febrero de este año, la zanja donde se debía instalar la tubería que captará agua del Albujón para limpiar los nitratos en las balsas se llenaba de agua. El nivel del acuífero del Campo de Cartagena está tan elevado que lo inunda. En aquel momento, la Consejería, ya con Juan María Vázquez al frente, no especificó en qué estado estaban los trabajos ni qué solución se dará a las inundaciones de las zanjas. Sin embargo, sí que afirmaron que «los técnicos estiman que no habrá ningún problema» para la ejecución de la obra ni para el funcionamiento de los biorreactores. Además, reiteraron una vez más que no habría retrasos en las obras.

Estos días, cualquiera que se aproxime a la desembocadura de la rambla del Albujón podrá comprobar que no hay ningún empleado de la empresa adjudicataria trabajando y hasta gran parte de la maquinaria y de las instalaciones que allí había ya no están. Desde el Gobierno regional aseguran que la mercantil no le ha comunicado que no vaya a continuar en el proyecto, pero, evidentemente, este último problema sí que conlleva retrasos en las obras.

Los filtros verdes, la segunda parte de los biorreactores

La planta para desnitrificar el agua del Albujón era la primera parte de un proyecto que contemplaba dos fases. El Gobierno regional tenía previsto este mismo año comenzar a construir unos filtros verdes que iban asociados a las balsas y que ayudarían a rematar la limpieza de los compuestos contaminantes que quedasen en el agua tratada con las astillas de madera. «Está pendiente la contestación a las alegaciones para la aprobación definitiva del proyecto e inicio de los trabajos este año», señaló en enero la Comunidad, aunque ahora puede sumar otro retraso.