Medio ambiente

El Ministerio empezará por Beniel para radiografiar el cauce del río Segura

La CHS estudiará los tramos del encauzamiento que más problemas dieron tras las últimas DANA y que podrían tener anomalías en las motas

Cauce del río Segura a su paso por Beniel

Cauce del río Segura a su paso por Beniel / L.O.

Alberto Sánchez

Alberto Sánchez

El río Segura será sometido a una radiografía para conocer sus puntos débiles. El Ministerio para la Transición Ecológica ha encargado un estudio para conocer el estado de conservación y la seguridad que ofrecen tanto el encauzamiento como los meandros naturales del río desde el azud de la Contraparada hasta su desembocadura en Guardamar del Segura. «Las últimas construcciones de los encauzamientos del río Segura datan de finales del siglo XX, por lo que en la actualidad se ha observado la necesidad de actuar en algunos de sus tramos para estudiar su seguridad estructural», explica la Confederación Hidrográfica del Segura.

La seguridad del cauce a su paso por el último tramo de la Vega Media y toda la Vega Baja se vio «seriamente» afectada por las DANA de los últimos años, unos episodios que provocaron la rotura de la mota del río en varios puntos y que obligó a realizar importantes reparaciones para garantizar la estructura de las misma. «El estudio permitirá al organismo de cuenca realizar un análisis detallado del estado de conservación y de mantenimiento de los distintos tramos encauzados en dicho tramo para articular qué medidas o necesidades presenta el curso fluvial analizado».

Fuentes de la CHS han señalado que los primeros análisis se realizarán en el meandro de Beniel, junto con los ubicados en las poblaciones alicantinas de Formentera y Almoradí. La zona de estudio abarca un recorrido de 66,50 kilómetros lineales. «El análisis requiere la necesidad de actualizar geométricamente el encauzamiento, sus elementos de protección y puntos débiles e instalaciones auxiliares».

Detección de anomalías

Un informe previo, encargado por Tragsa, sobre este tramo del Segura concluyó que «se sospecha que puede haber zonas en el río Segura en las que la estructura interna de la mota esté dañada aunque no se ha llegado a producir la rotura, por lo que constituirían zonas debilitadas de cara a ejercer correctamente su función de protección frente a futuras avenidas».

En ese análisis, que se llevó a cabo como una fase piloto, se puso el foco sobre el meandro de Beniel, donde se bifurca el río entre su trazado natural y el encauzamiento que se realizó el pasado siglo. En concreto, se realizó «una campaña de prospección mediante métodos geofísicos para realizar una evaluación del estado de la estructura de la mota del río», con el objetivo de detectar «anomalías» del subsuelo que pudiera indicar «posibles puntos de rotura».

En este caso, Tragsa detectó «anomalías superficiales, que podrían corresponderse con posibles conducciones» que atraviesen la mota, así como «anomalías localizadas en el contacto entre la capa de relleno y el terreno natural, más irregulares, que podrían corresponderse con zonas de menor densidad». Desde la CHS insisten en que el estudio sobre los tramos más afectados por la DANA de 2019 no implica que se vayan a romper con las próximas lluvias, por lo que aclaran que esto es una radiografía sobre encauzamientos que tienen 50 años.

Plan de conservación

Dentro de este examen, se pretende redactar un plan anual de conservación y mantenimiento de aquellas infraestructuras donde se determine la necesidad de realizar medidas preventivas o correctoras a partir de un riguroso análisis de identificación de zonas con riesgo potencial frente a rotura, así como la redacción de varios proyectos con carácter de restauración, encaminados a la reparación de las deficiencias detectadas.