Los alérgicos murcianos se enfrentan a una primavera leve

Los médicos alertan de que el cambio climático y la contaminación alargan la temporada de polen y los síntomas de las alergias

Las alergias serán más fuertes por la contaminación.

Las alergias serán más fuertes por la contaminación. / L. O.

Ana García

Ana García

Los alérgicos de la Región de Murcia se enfrentarán este año a una primavera "leve" en cuando a las concentraciones de pólenes de gramíneas, con cifras que estarán sobre los 1.000 granos de polen por metro cúbico, mientras que los mayores problemas se darán en zonas como las provincias de Cáceres y Badajoz (Extremadura) y Toledo, donde se llegará a más de 5.000 granos por metro cúbico.

Estas son las cifras de las previsiones para esta primavera que han dado a conocer este miércoles los responsables de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), quienes recuerdan que en España hay más de 8 millones de personas alérgicas al polen que vivirán, como cada año al llegar la primavera, esta etapa con sintomatología propia de la polinización.

El doctor Ignacio Dávila, presidente de la SEAIC, alerta de que el cambio climático y la contaminación alargan la temporada de polen y los síntomas de las alergias, lo que hace que muchos alérgicos vayan encadenando la reacciones a unos y otros pólenes durante varios meses consecutivos. "El cambio climático está repercutiendo en la polinización de las plantas, han subido las temperaturas en 1,5 grados de media y esto lleva a periodos más prolongados de polinización, con más sintomatología en el paciente durante más días, y picos que hacen que estos síntomas sean más agresivos", afirma el especialista.

Dávila pone como ejemplo la salsola, un arbusto que era tradicional de territorios áridos, y que con el cambio climático "puede extenderse de zonas como Murcia a otros territorios".

Como consecuencia de la subida de temperaturas se ha generado una mayor cantidad de polen y, por consiguiente, el adelanto de las alergias y enfermedades primaverales. A este factor se suma la falta de lluvia y las sequías a nivel nacional, que aunque suponga un retraso la temporada de polinización, provocan una acumulación de la contaminación en la atmósfera y, por tanto, del polen. De hecho, los primeros meses de 2023 han sido uno de los más secos de este siglo. En este sentido, los altos niveles de contaminación de las ciudades favorecen la retención y el transporte del polen en el aire, aumentando, por tanto, el tiempo de exposición a ellos. De hecho, la SEAIC destaca que la contaminación del aire puede incrementar un 30% los síntomas del asma en las personas alérgicas al polen y gramíneas. 

A nivel nacional se espera que la primavera de este 2023 sea moderada, con picos de mayores concentraciones de pólenes en Extremadura y la provincia de Toledo. En la zona moderada estarían Madrid, así como las provincias andaluzas de Jaén, Córdoba, Sevilla y Huelva (3.000-5.000 granos/m3).

El presidente del Comité de Aerobiología Clínica de la SEAIC, Juan José Zapata, ha insistido durante la presentación de las previsiones de este año en que la temperatura media de España se ha incrementado y este es el año más cálido desde que hay registros, unido a que la pluviosidad ha disminuido un 24%. Cuestiones que afectan directamente en la polinización de las plantas.

"Las plantas no pueden marcharse de la zona donde están, por lo que desarrollan más proteínas para defenderse, con mayor cantidad de polen", apunta. 

El alergólogo recuerda también que en estos primeros meses del año se han registrado dos borrascas, lo que ha hecho que el polen de ciprés haya tenido un pico en el mes de marzo y "esto condicionará la calidad de vida de los pacientes".

Desde la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica señalan que la red de captadores tiene una función esencial y "así podemos ver cuáles son las tendencias". A nivel nacional hay 61 estaciones de aerobiología para medir la concentración de pólenes, de los que dos corresponden a la Región y dependen de la Universidad Politécnica de Cartagena.

Las zonas de bajas emisiones son una necesidad

Sobre los cambios en las ciudades y la puesta en marcha de zonas de bajas emisiones, con las que reducir el tráfico rodado, los especialistas en alergología consideran que «son una necesidad» ante el aumento de problemas de alergias relacionadas con la contaminación.

El presidente del Comité de Aerobiología Clínica de la SEAIC, Juan José Zapata, recuerda que «el siglo XX fue el de la alegría, con cada vez más automóviles, fábricas y residuos, pero en el siglo XXI tenemos que comenzar invertir en energías más limpias y hacer que las ciudades sean más habitables».

Por ello, el especialista dice que «es importante bajar las emisiones, tanto desde el punto de vista sanitario como económico».

En cuanto a los árboles y plantas que se eligen desde los ayuntamientos para decorar jardines y zonas públicas, los profesionales de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica sostienen que «las ciudades no sólo tienen que ser bonitas, también tienen que ser saludables. Por lo que tienen que preguntarnos a nosotros» y ponen como ejemplo el caso de Almería, que se llenó de olivos y plátanos de sombra, «que no son lo más recomendable» sabiendo que cada vez hay más alérgicos.