Mundo Cooperativo

Los productores de almendra alertan de que la nueva PAC pone en peligro el futuro de la producción

Avisan de que la normativa de los eco-regímenes no se adapta a las características de la Región y llevará al abandono de muchas explotaciones

Imagen PAG 6 ecoregimenes

Imagen PAG 6 ecoregimenes

Cristina Heredia

La Federación de Cooperativas Agrarias de Murcia (Fecoam) denuncia el perjuicio que supone para los productores de frutos secos de la Región el nuevo sistema de eco-regímenes impuesto por la nueva PAC.

Así, como ya pusieron de manifiestos las organizaciones integrantes de la mesa regional de frutos secos, desde el sector reivindican que los eco-regímenes deben de adaptarse a la realidad productiva de cada región, y que todas las superficies agrícolas deben de poder optar a estos pagos voluntarios sin que su aplicación tenga efectos colaterales negativos; y que estos suponen el 25% de la asignación financiera destinada a pagos directos.

Dentro de los regímenes en favor del clima y el medio ambiente o eco regímenes, aquellos que están diseñados para las superficies de leñosos son, por un lado, la cubierta vegetal espontánea o sembrada (P6-Práctica de cubiertas vegetales espontáneas o sembradas en cultivos leñosos), y la cubierta inerte (P7- Práctica de cubiertas inertes de restos de poda en cultivos leñosos).

En ambas prácticas existe el requisito de que la cubierta no puede desaparecer en ningún momento del año, teniendo como consecuencia que no se permita la mezcla de los triturados con el suelo, ya que desaparecería.

Como expone Pedro Guerrero, representante sectorial de frutos secos de Fecoam, «no permitir que los restos de poda se mezclen con el suelo hace que la práctica sea inviable en las condiciones climáticas de nuestra Región, debido a sus inconvenientes agronómicos como son la carencia de aireación del suelo, por lo que no se favorece la descomposición de la materia orgánica en el suelo, y, por consiguiente, tampoco la disponibilidad de nutrientes para el cultivo».

Asimismo, esto supone una disminución de la capacidad de retención hídrica del suelo y un incremento de la incidencia de plagas en la parcela. Los restos vegetales que se quedan en el suelo durante un periodo de tiempo actúan como reservorio de hongos de madera y otros organismos nocivos que terminan propagándose; afectando a la salud de las plantaciones, suponiendo un riesgo fitosanitario», remarca Guerrero.

Estas circunstancias hacen que, teniendo en cuenta las limitaciones derivadas del régimen pluviométrico en esta zona y de la capacidad de reserva hídrica del suelo, toda práctica agraria sobre el suelo debe de asegurar la permeabilidad de este de forma que el agua de lluvia se infiltre lo máximo posible.

«Es por ello, por lo que es necesario realizar un mínimo de 4 pases de labor que permitan la aireación del suelo, de lo contrario sería inasumible en los cultivos leñosos de secano, lo que resulta incompatible con lo establecido en los eco regímenes».

«En la Región de Murcia en lo que llevamos de año hidrológico (octubre-enero) únicamente se han acumulado un total de 60 l/m²; siendo un año de carácter pluviométrico muy seco; de hecho; el más seco de los últimos diez años.

En nuestra región más del 80% de las plantaciones de viñedo, olivar y almendro se encuentran en secano. Estas plantaciones son especialmente vulnerables debido a que sus rendimientos productivos dependen directamente de las precipitaciones y de las prácticas agronómicas que permitan su máximo aprovechamiento. Atendiendo a esta gran limitación pluviométrica, y la capacidad de reserva hídrica del suelo, es necesario que cualquier práctica agraria sobre el suelo pueda asegurar la permeabilidad del mismo, de forma que el agua de lluvia se infiltre lo máximo posible, constituyendo una reserva de humedad para las épocas secas y evitando escorrentía».

Como consecuencia, explican las organizaciones, esta situación repercutirá de forma muy negativa en el sector, llevando consigo el abandono de muchas de las hectáreas de producción y perjudicando a las zonas rurales y al avance de la erosión y la desertización del Sureste de España.