Medio Ambiente

1.200 granjas en la Región, bajo el foco de Europa por el control de gases tóxicos

La Comisión Europea quiere rebajar el límite de animales por explotación e incluir al sector bovino en la vigilancia de emisiones contaminantes en contra de España y los ganaderos murcianos

Una explotación ganadera de vacuno de leche en Torre Pacheco.

Una explotación ganadera de vacuno de leche en Torre Pacheco. / JUAN CABALLERO

Alberto Sánchez

Alberto Sánchez

Las explotaciones ganaderas de porcino, bovino y de aves de la Región de Murcia están llamadas a pasar por unos trámites e inversiones para adaptarse a la que sería la nueva norma de emisiones industriales que Europa quiere implantar para rebajar la cantidad de gases de efecto invernadero que producen las granjas. Una propuesta de la Comisión Europea que pretende reducir el número de animales por explotación para aplicar la norma de control de emisiones contaminantes y, además, incluir dentro de esta vigilancia a los ganaderos de vacuno, que hasta ahora estaban al margen y solo afectaba a los cerdos, pollos de engorde y gallinas. 

La iniciativa quiere colocar el umbral en 150 unidades de ganado mayor (UGM), límite «excesivamente bajo» para el Gobierno español, que ya se ha opuesto a las pretensiones de la Comisión al igual que otros países miembros. 

De prosperar la medida, en la Región de Murcia el número de explotaciones que estarían sometidas a ese control de emisiones llegaría a más de 1.200 granjas, según datos de la Consejería de Ganadería. La gran mayoría serían de cerdos, unas 1.000 (más del 80% del total), tanto de engorde como de cría, mientras que en aves serían 37 (14,9%) y de vacas unas 174 instalaciones (26,5%). La comisión de Medio Ambiente de la Unión Europea refleja que la ganadería es responsable de la mitad de las emisiones de metano y de dos tercios del amoníaco que llega a la atmósfera, pero España defiende que no se puede comparar una pequeña o mediana explotación ganadera con la industria química. 

«No tiene sentido jugar con las mismas reglas», explica Carlos Esparcia, responsable de Ganadería de UPA Murcia. «La reducción sustancial del umbral requerirá una adaptación del sistema productivo de explotaciones de tamaño medio para cumplir la normativa de emisiones». La burocracia haría «casi imposible» esa adaptación. Cuando se supera un umbral determinado de emisiones, estas granjas necesitan una autorización ambiental integrada. Un proceso de evaluación que preocupa por dos motivos: por la rebaja del límite a 150 UGM y porque se incluyen ahora a las explotaciones bovinas

«Enfoque equilibrado»

El comisario europeo de Medio Ambiente, Virginijus Sinkevicius, asegura que con la reforma de la directiva sobre las emisiones industriales «se busca un equilibrio entre la reducción de las emisiones y la proporcionalidad de la carga administrativa» a la que estarán sometidos agricultores y ganaderos con la futura directiva.

Para tener un «enfoque equilibrado», como defiende, solo las explotaciones ganaderas de mayor tamaño quedarían cubiertas por la directiva, «responsables del 43% de las emisiones de metano y del 60% de las emisiones de amoníaco» emitidas por la ganadería de la UE. Son un total de 185.000 explotaciones. «Representan menos de un quinto de las granjas ganaderas de la UE. Por tanto, la propuesta ya concentra esfuerzos en las granjas más grandes, que son las que pueden conseguir más a un menor coste», indicó esta semana.

«No vemos que esta pretensión tenga sentido. España ya tiene obligaciones con la directiva y el compromiso de reducir el nitrógeno de las granjas aplicando las mejores técnicas disponibles», subraya Esparcia. Si a las pequeñas y medianas explotaciones «les seguimos poniendo estas trabas, al final no va a quedar nadie». El sector del porcino, por ejemplo, está en pleno proceso de transformación, ya que se tiene que someter a un control exhaustivo con las nuevas normas estatales que se aprobaron en 2020.

Las explotaciones tendrían hasta 2029 para invertir en mejoras

La Comisión Europea permitiría un plazo amplio de adaptación, hasta 2029, para que las granjas puedan realizar sus inversiones con tiempo. Esta es la promesa del comisario de Medio Ambiente, Virginijus Sinkevicius, que insiste en que se reducirá la carga administrativa de las explotaciones. El ministro español de Agricultura, Luis Planas, manifestó el pasado lunes su rechazo a la propuesta de la Comisión de aplicar las normas europeas sobre emisiones industriales a las explotaciones ganaderas con 150 o más unidades de ganado mayor, al considerar que se trata de un límite «excesivamente bajo». 

Planas ha instado a Bruselas a reformular los umbrales propuestos y pide «distinguir entre especies y modelos productivos teniendo en cuenta las emisiones que generan y la utilización de las mejores técnicas disponibles bajo un análisis riguroso coste-beneficio». «No es lo mismo la ganadería intensiva que la extensiva y, evidentemente, la extensiva tiene efectos medioambientales tremendamente positivos que hay que tener en cuenta», detalla. Planas incide en que los sistemas de producción extensivos «deben quedar excluidos» del ámbito de aplicación de la directiva. Además, apuesta por crear grupos de trabajo mixto que reúnan a los responsables de Medio Ambiente y de Agricultura para tratar la revisión de la normativa.

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