Dinosaurios en Murcia

Cuando los dinosaurios dominaron la Región

Desde el primer descubrimiento fósil de un dinosaurio en 2001, el suelo murciano ha provisto al mundo de la paleontología de gigantescos vertebrados y cientos de huellas fosilizadas. Pisada a pisada, Murcia ha ido desenterrando sus tesoros y abriéndose camino en la escena nacional

Recreación de varios saurópodos junto a un pantano.

Recreación de varios saurópodos junto a un pantano. / Travis R. Tíschler

Juanjo Raja

Juanjo Raja

La Región de Murcia ha sido el hogar de criaturas extraordinarias. Especies que habitaron la Tierra hace 65 millones de años y que, sólo a través de sus huellas y fósiles, se puede confirmar su existencia. Hasta el año 2001, en el territorio murciano no había aparecido ni rastro de estos enormes reptiles. Es entonces cuando un equipo de investigadores, liderado por el geólogo de la Universidad de Murcia Francisco Guillén Mondéjar, halla el primer resto óseo de dinosaurio, colocando a la Comunidad en la escena paleontológica.

Lo que encontraron en el paraje de la Fuente del Pinar (Yecla) fue el fragmento de un metacarpo primero izquierdo (hueso incompleto de la pata delantera) de un saurópodo: una especie de dinosaurio herbívoro con un característico cuello largo, cabeza pequeña, patas gruesas, cola robusta y un peso estimado de diez toneladas. Algunos investigadores se lo atribuyen al Brachiosaurus, Camarasaurus o Diplodocus. En cualquier caso, su alimentación se basaba en vegetación bastante dura y, según explican los científicos, solían vivir en bosques abiertos y cerca del mar.

Estos grandes vertebrados desplazaron sus pesados cuerpos por las zonas del Altiplano y el Noroeste, cuando estas áreas eran la costa de la Murcia cretácica, hace más de 80 millones de años.

Limpieza y caracterización de las huellas ubicadas en la Sierra de los Gavilanes (Yecla-Jumilla).

Limpieza y caracterización de las huellas ubicadas en la Sierra de los Gavilanes (Yecla-Jumilla). / Cayetano Herrero

No obstante, este vestigio no fue lo único que se descubrió en esa cantera. A raíz del hallazgo, también se detectaron icnitas de dinosaurio (pisadas fósiles) que, tras su estudio en colaboración con la Universidad de La Rioja, fueron relacionadas con el inmenso animal yeclano. 

En prospecciones posteriores aparecieron otros dos yacimientos y, con ellos, la confirmación de que aquellas extensas superficies fueron alteradas por la actividad de numerosos saurópodos.

La Sierra de los Gavilanes

El segundo gran entorno paleontológico fue descubierto por Cayetano Herrero, director del Museo de Ciencias Naturales de Jumilla, y su hijo Emiliano Herrero. Su hallazgo se produjo en el año 2007, en la ladera norte de la Sierra de los Gavilanes, entre Yecla y Jumilla, y sacaron a la luz hasta 234 huellas de saurópodos y ornitópodos. De estos últimos se consiguió especificar que pertenecían a la familia de los hadrosaurios: herbívoros de hasta 6 metros, bípedos, con patas de tres dedos y un distintivo morro en forma de pico de pato. Se estima que algunos tipos de esta especie albergaban en su cabeza una cresta para su exhibición ante otros miembros de la manada o rivales, aunque es algo que aún sigue en debate.

Un ornitópodo bebe en un río.

Un ornitópodo bebe en un río. / L.O.

Los hadrosaurios son los grandes protagonistas de estos yacimientos, pues sus pisadas abundan en ellos. Asimismo, su relevancia científica no radica en la cantidad o en la calidad de las icnitas, que muchas presumen de una conservación envidiable, sino en ser uno de los pocos emplazamientos europeos que conservan pisadas de dinosaurios. La importancia de estos hallazgos ha llevado a esta sierra a ser declarada Bien de Interés Cultural, con categoría de Zona Paleontológica.

Asimismo, en la Región existen cuatro municipios en los que sus formaciones geológicas, de terrenos calizos y canteras de arcilla, son consideradas más favorables para que surjan nuevos hallazgos. Los paisajes que poseen Yecla, Jumilla, Calasparra o Moratalla son un gran ejemplo de ello.

La Capa Negra: la huella visible de la extinción de los dinosaurios

Hace aproximadamente 66 millones de años, el meteorito que acabó con los dinosaurios impactó contra la Tierra. Hoy, en el barranco del Gredero de Caravaca, se pueden ver los restos que dejó el gigantesco asteroide. Declarada como Monumento Natural de la Región, la Capa Negra de Caravaca es uno de los lugares que mejor pueden demostrar la teoría de la extinción masiva de las especies al final del Cretácico. Su singularidad y rareza han convertido a la zona en uno de los espacios de mayor interés geológico del mundo dentro del proyecto Global Geosites de la UNESCO. 

Cehegín y un reptil en su huerto

Hasta el 2017, la gloria paleontológica se la había llevado el Altiplano. No obstante, un vecino de Cehegín que paseaba a su perro cambiaría eso para siempre, redistribuyendo el patrimonio paleontológico murciano. Se percató de que, en una roca que formaba parte de una tapia del Huerto de la Orden (al norte del casco urbano), descansaba el fósil de vertebrado más antiguo que se ha encontrado en la Región de Murcia. 

Fue un ceheginero, al pasear el perro, el que descubrió el fósil de dinosaurio más antiguo de la Región

Su nombre es Nothosaurus y se trata de un reptil marino de unos tres metros de largo, perteneciente al Triásico y con más de 230 millones de años. El fósil mide aproximadamente 30 centímetros y se halla en buen estado de conservación. La parte observable de los restos muestra las vértebras y costillas del animal, al mismo tiempo que una buena impresión de su alargado cuerpo. Lo único no preservado ha sido el cráneo.

De este imponente reptil acuático se pueden destacar sus pies palmeados perfectamente adaptados al medio. Otra característica anatómica son sus dientes afilados como dagas: su poderosa mordida era una trampa perfecta para capturar peces en la costa murciana.

Se sospecha que parte de su vida la podía pasar en tierra firme sobre arena o rocas para descansar, como los actuales leones marinos.

Una recreación de un nothosaurus.

Una recreación de un nothosaurus. / Carm

Moratalla y una "roca extraña"

La última gran aparición de un fósil en la Región tuvo lugar en la pedanía moratallera de Benizar. Concretamente, en el paraje conocido como Cortijo de los Prados. Su descubridor fue el paleontólogo Miguel Tórtola que, en principio, salió en busca de fósiles de moluscos hasta dar accidentalmente con «una roca extraña», afirmó. Después de realizar un análisis detallado, los jóvenes investigadores comprobaron que se trataba de un fragmento de hueso. En análisis posteriores, se aclararía que se trata de una diáfisis (parte central de un hueso largo) de fémur de unos 25 centímetros de largo y dividida en varios pedazos. Lo realmente llamativo de estos fragmentos es que pertenecieron al dinosaurio de mayor tamaño que se ha encontrado en la Región hasta la fecha.

De nuevo, se trata de un saurópodo. Un espécimen que pudo ser devorado por un carnívoro en la parte alta del delta. Posiblemente, sus restos viajaran por el cauce del río hasta posarse en una superficie arenosa que facilitara su fosilización.

El Museo Paleontológico de Torre Pacheco, un fósil del siglo XXI

Lo que pudo ser y no fue. E l Museo Regional de Paleontología y la Evolución Humana de Torre Pacheco comenzó a construirse en 2010 y dos años después se paralizaron las obras. El Ayuntamiento renunció definitivamente a terminar el faraónico proyecto ante unos sobrecostes previstos que superarían los 15,9 millones de euros en 12 años. El equipamiento cultural fue propuesto con ambición, pero acabó siendo inasumible en aquel momento para el Consistorio. Al inicio, la Consejería de Cultura subvencionó la obra con ocho millones de euros. Años después, una combinación de dificultades técnicas y discrepancias entre el Ayuntamiento y la empresa adjudicataria interrumpirían los trabajos. El concejal de Hacienda, Carlos López, señaló que «la continuación de las obras sumiría a la hacienda municipal en un escenario de total incertidumbre».

Con el edificio aún en su esqueleto, el Ayuntamiento ahora se enfrenta al Tribunal de Cuentas, que abrió en 2021 diligencias para investigar si hubo responsabilidad contable en la gestión de fondos del proyecto. 

Museo Paleontológico de Torre Pacheco, abandonado.

Museo Paleontológico de Torre Pacheco, abandonado. / Iván Urquízar