Obituario

Mendoza, presidente de la UCAM, fallece a los 73 años

El fundador de la universidad privada no ha logrado superar el cáncer que padecía y deja atrás un legado centrado en el mecenazgo deportivo y la contribución a la Iglesia

Alberto Sánchez

Alberto Sánchez

«Me moriré cuando Él quiera». José Luis Mendoza Pérez ha tenido muy presente a la muerte en los últimos años, en sus últimos discursos en público por su enfermedad, un cáncer de estómago que ha provocado a los 73 años su fallecimiento este miércoles en su casa de Murcia. El presidente y fundador hace 26 años de la Universidad Católica San Antonio de Murcia deja 14 hijos y a su mujer, María Dolores García, de la que siempre dijo que le gustaba la vida que Dios les había regalado. El papa Francisco se despidió de él con una llamada ayer a mediodía.

Figura destacada e influyente en la Región de Murcia desde hace tres décadas, Mendoza se ha caracterizado por una personalidad férrea, decidida en sus proyectos e influenciada por la religión. Su última aparición fue durante el acto de inicio de curso en noviembre, donde habló abiertamente de su enfermedad y celebró las bodas de plata de la institución: «Una universidad católica y evangelizadora, profundamente existencial, impulsada por la fuerza del amor de Dios manifestado en Cristo».

José Luis Mendoza nació en Valencia en 1949 por el trabajo de su padre, que era policía, pero a los once meses se trasladó a Cartagena, localidad que siempre consideró como su ciudad natal.

Estudió Medicina en Murcia, carrera que nunca terminó pero que le valió para hacer las Américas de misionero sanitario en República Dominicana, donde comenzó a labrar un perfil religioso que no ha dejado nunca atrás. Su faceta de empresario se desarrolló a su vuelta con negocios de clínicas privadas y centros de enseñanza como el colegio San Pablo, la semilla de lo que hoy es la UCAM.

La creación de la Fundación Universitaria San Antonio le valió para impulsar, con el apoyo del obispo de Cartagena, Javier Azagra, y el visto bueno del papa Juan Pablo II, la universidad privada que fundó en 1996 en medio de las reformas del monasterio de Los Jerónimos de Guadalupe (Murcia). Un año mas tarde comenzarían a dar clase a 650 alumnos en diez titulaciones.

Hoy la universidad acoge a más de 22.000 estudiantes, de los cuales 7.500 son internacionales, y cuenta con una treintena de grados, más másteres, ciclos de Formación Profesional, dobles grados o doctorados. En su currículum cuenta con lograr la titulación de 100.000 estudiantes. Además, ha logrado ser la universidad española que más títulaciones imparte en inglés.

La institución ha decretado luto durante los próximos tres días, en los que no habrá actividad académica. La capilla ardiente se abrirá este jueves a la una de la tarde en el templo del monasterio, donde tendrá lugar la misa funeral mañana viernes a las 17.00 horas.

Impulso a las matriculaciones

El fundador de la UCAM, al igual que la propia universidad privada, tuvo un camino no exento de obstáculos. No lograba ser reconocida como universidad pese al aumento de las matriculaciones que tuvo en los primeros cursos y la homologación de sus títulos no llegó hasta tres años más tarde de comenzar a dar clases (Mendoza lo celebró ordenando un repique de campanas). A partir de ahí, los cambios en las leyes universitarias reconocieron a la UCAM como universidad privada.

Pese a esto, Mendoza sintió siempre que las administraciones bloquearon la ampliación de su oferta de carreras, sobre todo durante la primera década del presente siglo. Precisamente, la última crítica nace del retraso en la aprobación del grado de Veterinaria por parte del Gobierno regional.

El sueño de Mendoza

Tras lograr desbloquear el campus de Cartagena con la rehabilitación del antiguo cuartel militar de Los Dolores, Mendoza comenzó a construir el sueño de ‘la universidad del deporte’ impulsando un mecenazgo hacia los deportistas españoles que fue respaldado con su ingreso en 2017 en la Asamblea General del Comité Olímpico Español. Con becas de estudio, Mendoza ha atraído a laurelados deportistas hasta la UCAM para brindarles una carrera universitaria mientras continuaban con sus entrenamientos. Tal es así que en las olimpiadas de Tokyo su universidad fue la que más deportistas puso encima de las pistas de competición, con medallas incluidas.

El campo de la ciencia fue una de sus apuestas fuertes, donde llevó a cabo fichajes como el del del investigador Juan Carlos Izpisua, que le valió a la UCAM una posición relevante en la esfera científica mundial, así como la iniciativa para liderar proyectos internacionales como el Smartlagoon del Mar Menor. La construcción del edificio UCAM HiTech agrandó el reto investigador de la institución con una incubadora de empresas pero, sobre todo, para iniciar líneas de investigación centradas en la alimentación, deporte y salud.