Social

Las personas sin hogar con enfermedades tienen 30 años menos de esperanza de vida

Las viviendas de la ONG en Murcia se mantienen con ayudas particulares y el 0,7% del IRPF

La cocinera prepara los menús para los usuarios.

La cocinera prepara los menús para los usuarios. / Juan Carlos Caval

Ana García

Ana García

Las dos viviendas de las que dispone Hogar Sí en Murcia están funcionando desde el año 2016 y al frente de este proyecto se encuentra Rafael Fernández, coordinador del Espacio Salud en la Región.

Dentro de la labor que desarrollan cuentan con varios programas: empleabilidad, vivienda y el Espacio Salud. Este último se financia con donaciones y ayudas de particulares, así como con la parte que llega del 0,7% del IRPF del Estado y de la Comunidad Autónoma, pero Fernández reconoce que «esto no es suficiente».

Aunque disponen de dos pisos, uno con capacidad para seis usuarios y otro con capacidad para doce, no todas están cubiertas porque no disponen de medios económicos para mantenerlas. «Ahora mismo sólo tenemos financiadas once y estamos buscando recursos para cubrir el resto».

Rafael Fernández explica las ventajas de este proyecto y la necesidad de que siga funcionando.

"Solo tenemos financiadas 11 de las 18 plazas y buscamos recursos para el resto"

Desde Hogar Sí afirman que el 30% de las personas sin hogar sufre enfermedades graves y que este colectivo tiene 30 años menos de esperanza de vida que la media.

Además, el 44% de las personas sin hogar manifiestan tener una percepción negativa de su salud, frente a un 25% de la población general. A la vez, el 20% de ellas tiene alguna discapacidad, frente a un 9% de la población general.

También alertan de que entre 2012 y 2022, en la última década, ha aumentado en un 70,68% el número de personas en situación de sinhogarismo con alguna discapacidad, siendo actualmente al menos 5.776 personas las que se encuentran en esta situación.

Destacan a su vez que el 50,37% de las personas mayores de 45 años que vive en la calle tiene diagnosticada alguna enfermedad grave o crónica, de ahí que necesiten de estos recursos.

El 44% de quienes se encuentran en situación calle tiene una percepción negativa de su salud

La primera evaluación que se ha hecho ofrece importantes resultados sobre las mejoras en las personas en situación de sinhogarismo que han accedido al programa para pasar su proceso de convalecencia.

De forma general, la evaluación indica que las personas que viven sus procesos en estas viviendas muestran unos resultados positivos. Las personas que completan con éxito su estancia en el proyecto permanecen en éste una media de 8 meses, mostrando mejoras en áreas como la reducción de su dependencia para las actividades básicas de la vida diaria (descendiendo del 60% la dependencia que mostraban a la entrada, al 25% a la salida) o la gestión de su medicación (pasando de un 55,2% de personas que eran autónomas con su medicación a la entrada, a un 72,2% a la salida). 

«Buscamos que sean lo más autónomos posible, que conozcan su enfermedad, que sepan tomar su medicación, ya que el objetivo final es que se recuperen, dispongan de una vivienda y puedan construir una nueva vida fuera de aquí», indica.

Mejoras cognitivas

La evaluación también muestra mejoras en el deterioro cognitivo de las personas y los indicadores de salud mental de los participantes. Uno de los factores aparejados a esto, es la percepción de seguridad que tienen las personas participantes en el programa, alcanzando una puntuación de 4,6 sobre 5, así como la disminución de las cifras de victimización que presentan las personas participantes a la salida del programa respecto a su comienzo, pasando de 66,7% que presentaban algún tipo de victimización a un 37,5%.

Uno de cada tres beneficiarios de este programa sale de él con una vivienda normalizada

Respecto a la situación residencial de las personas, se observa que el 46,4% al entrar al programa no contaba con un techo reduciéndose al 8,9% al salir de su convalecencia. Paralelamente, una de cada tres personas sale del programa a una vivienda normalizada. Desde las organizaciones hacen hincapié en que este puede ser uno de los resultados más importantes, ya que no se trata solo de dar respuesta a la situación coyuntural sino de producir cambios en sus vidas.

Atención psicológica, de enfermería y trabajador social

El coordinador del Espacio de Salud de Hogar Sí en Murcia, Rafael Fernández, explica que en las dos viviendas de las que disponen en la capital de la Región se cubren todas las necesidades de los usuarios.

Además de Rafael, el equipo lo conforman también un psicólogo, una enfermera para hacer el seguimiento o las curas que necesiten los beneficiarios, un equipo de auxiliares sociosanitarios que trabajan cubriendo turnos durante las 24 horas, así como la trabajadora social.

Pero también en las viviendas tienen una persona que va diariamente a encargarse de la limpieza, ya que muchos de los usuarios por sus problemas de salud no pueden desenvolverse bien por sí mismos, a lo que se suma también la responsable de cocina, que se encarga de preparar diariamente los menús para todas las personas sin hogar que hay alojadas.