Una jornada de doce horas de pesca, frente al mar, a ver si picaba algo. El pasado lunes, Álvaro Tornel, un pescador vecino de Sangonera la Verde (Murcia), buscó su sitio en La Manga para comenzar un día de pesca con amigos esperando sacar del agua algún pez de gran tamaño que hiciera merecer la pena tanto tiempo invertido.

A las siete de la mañana, con las primeras luces del sol, la pesca comenzó con varias cañas apuntando al mar. Los primeros premios fueron dos peces manta que capturaron y que fueron devueltos al mar. Uno de ellos llegaba a pesar unos 15 kilogramos.

"El sol comenzó a caer y decidimos probar otro tipo de pesca usando unos cañas más pequeñas en busca de algún calamar", señala Álvaro, que todavía no da crédito a lo que le sucedió. "Gastamos la broma de que acabaríamos sacando un tiburón con unas cañas con las que no habíamos tenido éxito hasta ese momento".

Dicho y hecho. Una de las cañas comenzó a doblarse de tal manera que "tuve que emplear todas mis fuerzas, pero no podía porque se resistía cada vez que subía a la superficie". Este pescador, acostumbrado a batallar con los peces en la costa murciana y almeriense, sacó de repente del agua un tiburón de 30 kilos.

El animal pesaba 30 kilos L.O.

"Nos hicimos unas fotos con él y lo devolvimos al mar para que viva muchos años más", un premio que Álvaro recordará siempre. "Ojalá todos los amantes de la pesca puedan vivir la misma experiencia que nosotros".