Mal. Siempre se ha dicho que es malo legislar ‘en caliente’, cuando un hecho delictivo acaba de ocurrir. Pues aún veo peor que se hagan leyes a medida de alguien, y un espanto si se trata de leyes para favorecer a políticos. Creo que es un error total que se modifique la sedición en el Código Penal para aliviar a los independentistas catalanes, y lo mismo con la malversación para ayudar a compañeros de partido. Es inaceptable que los socialistas hagan algo así cuando están gobernando. En fin, allá ellos.
Tener chiquillos/as. Resulta que hay una aplicación de contactos en Internet, de nombre Lullamate, creo, para gente que quiera tener hijos. Por lo visto existen tres categorías a elegir, buscar compañero/a para tener un hijo y criarlo, pero sin amor, ni convivencia, es decir, como si estuvieran divorciados. La segunda opción es tenerlo, pero quedárselo solo uno de la pareja. Y la tercera, procurar enamorarse, tener el chiquillo y criarlo, es decir, como una plataforma de contactos, pero con la intención de engendrar un hijo/a. Pongo esto aquí por si a alguien le interesa, porque creo que está teniendo un cierto éxito.
Genial. Alguien explica un chiste de Forges, en la radio: «Se ve una pareja joven, están sentados en un banco. Ella lee un libro. Él pregunta: ‘¿Qué lees?’ Ella responde: ‘El Quijote’. Él dice: ‘¿De qué va?»
Una gran persona. Tuve la suerte de conocer a Forges. Vino a Cartagena a dar una conferencia, y se quedó unos días, coincidimos y nos hicimos amigos. Vino a mi casa a cenar con Máximo y Peridis. Fue una noche inolvidable. Luego, cuando yo iba a Madrid, solía llamarlo y comíamos juntos. Era como sus dibujos, inteligente y sin maldad alguna.
No formo parte del grupo. Qué pena no ser uno de los 4.454 murcianos que tiene una media de 3.600.000 euros de patrimonio, y pertenecer al grupo de los 1.496.000 restantes. Es que, si fuera de los primeros, el gobierno Regional me quitaría el impuesto de Patrimonio a partir del año que viene, según ha prometido López Miras esta semana en la Asamblea Regional. Con esta decisión, las arcas de nuestra Hacienda perderán 27.000.000 de euros, que se ve que no hacen falta, ni en la Sanidad, ni en la Educación, ni en nada. Pero, la verdad es, como les decía, que siento yo no ser uno de ellos, para ahorrarme unos euros, leñe.
No quiere más. En la mesa de al lado de un restaurante donde todos tomamos el menú del día, (tomate partido con olivas, champiñón salteado, lomo de cerdo con patatas fritas, tarta de la abuela, 10 euros) tres trabajadores de una obra cercana hablan mientras comen. Tienen entre cuarenta y cincuenta años, dos son españoles y el otro sudamericano. Uno de ellos habla continuamente de mujeres, de aventuras que ha tenido y de magníficas experiencias sexuales. En un momento dado, dice: «Tendríamos que salir los tres una noche a cenar por ahí y luego os llevaría a un sitio donde se liga mucho». El otro español se explica: «Mira, salir a cenar, a tomar unas copas y a cantar si se es necesario, sí, pero, de mujeres, nada. Bastantes complicaciones tengo yo con la mía como para liarme con otra. Calla, calla…».
La pregunta del millón. Un vecino de mi estudio me dice en el ascensor: «¿Cuándo van a dejar unos y otros de echarse la culpa del destrozo del Mar Menor y se van a dedicar a recuperarlo?».
Funciona. Por razones que no vienen al caso, estos días soy lo que se llama ‘un acompañante’ en una habitación del hospital de La Arrixaca. Una vez más compruebo lo que otras veces he comentado aquí. Cuesta trabajo llegar a los médicos especialistas, pero cuando lo consigues, todo funciona al pistón. Notas enseguida que los enfermos están en buenas manos, que los médicos saben muy bien de qué hablan y cómo actuar. Las enfermeras no paran durante horas, las auxiliares lo mismo. La comida es bastante regular, pero tampoco estás allí como gourmet. Tenemos suerte de disponer de estos medios para nuestros enfermos. Espero que los responsables políticos sean capaces de mantenerlos en perfecto estado de servicio a los ciudadanos. Lo contrario sería para matarlos, digo, para no votarlos, (perdón).
Cine y series. Esta semana no tengo nada que recomendarles de series o películas. Me he dedicado a ver cosas raras, chinas, rusas y eso, y la verdad es que hay cada bodrio moderno y ‘diferente’ que no se puede tragar. Lo que pasa es que yo soy un poco masoquista y me castigo buscando por las plataformas lo que no ve nadie. Qué le vamos a hacer.