Hay símbolos y personajes que parece que se resisten a desaparecer de los callejeros de las ciudades de la Región y de los libros de historia de los municipios. Ni siquiera el empuje inicial de la Ley de Memoria Histórica del 2007, la recién estrenada Memoria Democrática y las reivindicaciones de las asociaciones que luchan por borrar de la esfera pública los nombres de aquellos que escribieron negras páginas en España, han podido acabar con todos ellos.

Hasta la fecha se han realizado distintas acciones para ir eliminando de las calles los nombres franquistas. El máximo exponente era Francisco Franco, que daba nombre a distintas vías en diversos municipios y cuya última chapa se encontraba en la pedanía murciana de Lobosillo, un pueblo que tenía su callejero plagado de referencias a personajes vinculados con la dictadura (once calles).

La retirada de esta placa se realizó por parte del Ayuntamiento de Murcia el pasado viernes y en su lugar se colocó otra con una nueva inscripción: calle catedrática Francisca Moya del Baño, que fue la primera en ostentar ese cargo en la Universidad de Murcia (UMU). La acción municipal de limpieza del callejero se lleva a cabo por acuerdo plenario y en las próximas semanas se quitarán otras placas de calles franquistas en Llano de Brujas, Santo Ángel, Alquerías y Lobosillo, según explicó la concejala de Salud y Transformación Digital, Esther Nevado.

El alcalde de Murcia y la asociación de Memoria Histórica piden que se quite la inscripción falangista de la Catedral

«Con esta actuación simplemente estamos cumpliendo la ley de Memoria Democrática. La España franquista fue colaboradora del Tercer Reich de Hitler. En Alemania hace años que desaparecieron los símbolos nazis de las calles. No se entiende que en nuestro país aún permanezcan», detalló la concejala, quien añadió que «la sociedad española sigue teniendo una deuda con las víctimas que sufrieron la represión, detenciones, violaciones y torturas del estado dictatorial franquista».

Para las asociaciones de Memoria Histórica aún queda trabajo por hacer. La representante en la capital, Mercedes Nicolás, afirma que hay calles y símbolos muy necesarios de hacerlos desaparecer. Cita entre ellos la calle 29 de marzo (efeméride que recuerda la entrada de la Cuarta División de Navarra en Murcia), en Zeneta, o la inscripción falangista de la Catedral con el lema ‘José Antonio Primo de Rivera ¡Presente!’, cuya retirada han pedido en varias ocasiones. También lo ha hecho el alcalde capitalino, José Antonio Serrano, con el mismo resultado. «Nos dicen los responsables de la Diócesis que la Catedral es un BIC y no se puede tocar», indica Nicolás, a quien no convence este argumento.

Además, aseguran que en San Javier aún existe en el callejero la calle Francisco Franco -rebautizada como Academia General del Aire- y que "el dictador da nombre a una parada de autobús".

En Cartagena, critican que la Cofradía California saque en procesión un "estandarte de Franco" y lo sigan teniendo como Hermano Mayor

La asociación en Murcia además ha solicitado que se le retire la medalla de oro de la ciudad a Francisco Franco. También en Cartagena están pendientes de que se le retire a Franco la medalla de oro de esta ciudad, un honor que le fue otorgado en el pasado al igual que el reconocimiento dado a Serrano Suñer -cartagenero y cuñado de Franco- a quien se nombró hijo predilecto, una distinción a la que él mismo renunció. Otra de las medallas que deben ser eliminadas, según la asociación de Memoria Histórica de Cartagena, es la de plata otorgada a la Sección Femenina, explica Bernardo Sánchez, presidente de esta entidad en la ciudad portuaria.

Precisamente, esta asociación le ha vuelto a enviar un escrito por registro a la Alcaldía de Cartagena hace unos días en el que vuelve a insistir en los elementos franquistas que aún quedan en ese territorio y al Obispado en el que le conminan a que exhorte a la Cofradía California a prescindir del «estandarte de Franco» con el que procesionan y a que el dictador deje de ser Hermano Mayor de la cofradía.

«La asociación se lo ha pedido a los californios y al obispo de la Diócesis y no contestan», indica Sánchez, quien lanza una advertencia: la ley de Memoria Histórica de 2007 también recoge que a las instituciones que reciben una subvención de dinero público se les puede quitar esa ayuda en el caso de que no cumplan con esta norma. «Y ya sabemos que los ayuntamientos aportan dinero a las cofradías para la Semana Santa», resalta.

El callejero de Cartagena tampoco está limpio del todo de nombres que hacen alusión al periodo de dictadura. Aquí, el Ayuntamiento sometió hace unas semanas a información pública el inicio del expediente para el cambio de nombre de la calle Millán Astray en la localidad de Santa Ana por el de calle Alegría.

Aún existen dos calles con el nombre de José Antonio. Una en La Aljorra y otra en Los Dolores. «Hay algún vecino que ha llegado a decir que ese José Antonio no hace referencia a ese periodo de la historia», indica el presidente de la Memoria Histórica. En Alumbres queda una referencia a Primo de Rivera y otra al Cardenal Plá y Deniel, muy activo durante la Guerra Civil y la dictadura franquista.

Las asociaciones harán un nuevo catálogo de lo que queda por eliminar en los distintos municipios.