La desaparición del Impuesto de Patrimonio anunciada por el presidente de la Comunidad Autónoma, Fernando López Miras, permitirá que dejen de tributar las fortunas de la Región de menos de tres millones de euros, pero no evitará que sigan pagando los ricos que superan esta cantidad, según ha explicado a La Opinión el secretario general de Gestha, José María Mollinedo. La diferencia a partir de 2023 será que el Ministerio de Hacienda se quedará toda la recaudación que obtenga con el nuevo impuesto a la riqueza, mientras que los 27,2 millones aportados por Patrimonio en Murcia van destinados íntegramente a las arcas de la Administración regional, al tratarse de un tributo cedido por el Estado.
López Miras anunció su intención de eliminar Patrimonio este miércoles durante un congreso organizado por la patronal Croem, que desde hace años venía reclamando su desaparición. El presidente regional defiende esta medida como una forma de evitar la fuga de las grandes fortunas de la Región a las comunidades que también van a suprimir el impuesto, como Andalucía. También sostiene que dar mayores facilidades a los ricos atrae a los contribuyentes y permite conseguir una mayor recaudación del IRPF.
Cerca de 4.500 contribuyentes de la Región declararon el Impuesto de Patrimonio en 2020. La pandemia no ha reducido el número de murcianos que poseen bienes con un valor superior a los 700.000 euros, ya que en el año de las mayores restricciones a la actividad económica se incorporaron unos cien nuevos declarantes a la lista de la Consejería de Hacienda.
Con la desaparición de este tributo la Comunidad dejará de ingresar 27,2 millones, de acuerdo con los últimos datos publicados por la Agencia Tributaria.
Sin embargo, el Ministerio de Hacienda ya está tramitando la creación de una nueva figura impositiva que gravará a las grandes fortunas tratando de evitar que se produzca un agravio comparativo entre los contribuyentes de las diferentes comunidades.
Para evitar que haya una doble imposición, la ministra, María Jesús Montero, ha anunciado que en las comunidades que mantengan Patrimonio se deducirá a los contribuyentes el dinero que paguen por el nuevo tributo a la riqueza, que gravará a las fortunas de más de tres millones.
En las regiones que supriman este impuesto, como Murcia, será el Estado el que se quedará toda la recaudación que aporte la nueva figura tributaria sin realizar ninguna cesión a las autonomías, dado que el llamado Impuesto de Solidaridad sobre las Grandes Fortuna no está recogido en el sistema de financiación.
El nuevo impuesto a la riqueza se está tramitando dentro de la ley que gravará a las energéticas y a la banca
Los beneficiarios de la desaparición de Patrimonio serán los contribuyentes que tienen entre 700.000 y 2.999.999 euros, que a partir del año próximo dejarán de pagar. Los que poseen más de dos millones estarán obligados a presentar la declaración, aunque no tendrán que tributar.
No obstante, José María Mollinedo precisó que la mayor parte de los 27,2 millones que recauda la Comunidad la aportan los declarantes más ricos, que son los que seguirán pagando.
Las fortunas de los cerca de 4.500 ricos murcianos suman más de 16.200 millones, por lo que tocan a una media de 3,6 millones cada uno, que sitúan a la Región el cuatro puesto entre la comunidades en patrimonio declarado.
El secretario general de Gestha precisa que esta nueva figura se está tramitando como una enmienda dentro de la ley que gravará a la banca y a las compañías energéticas con la pretensión de que se empiece a aplicar en 2023.
