Uno de cada cuatro embarazos termina en pérdida y el 80% de estos abortos espontáneos se registran en el primer trimestre del embarazo. Pero hay otra parte de ellos que tienen lugar en fases avanzadas de la gestación, lo que se denominan muertes fetales tardías, y que se registran entre las semana 28 y 36 del embarazo.

En este caso, la Región de Murcia se sitúa entre las comunidades autónomas con una mayor tasa de estos fallecimientos, con una tasa de mortalidad fetal tardía de 3,4 por cada 1.000 nacimientos, sólo superada por La Rioja (7,72); Navarra (5,45) y Asturias (3,54). Por detrás de Murcia están País Vasco (3,21) y Comunidad Valenciana (2,85), según las cifras del INE (Instituto Nacional de Estadística).

Las matronas han detectado un aumento de abortos espontáneos y ponen el acento en que cada vez se retrasa más la maternidad. El riesgo de complicaciones obstétricas aumenta a partir de los 30 años y desde los 40 exponencialmente aunque la mujer esté sana, se cuide o haga ejercicio.

La edad materna avanzada es un factor de riesgo importante para tener abortos o problemas en el embarazo. Aparecen con más frecuencia enfermedades como diabetes gestacional, hipertensión o infecciones intrauterinas, complicaciones con la placenta o fallos de implantación del embrión, lo que aumenta la tasa de abortos espontáneos. También existe un mayor riesgo de anomalías cromosómicas.

De ahí que los profesionales recomienden un control más exhaustivo de la gestación y más pruebas prenatales.

La matrona María José Caravaca, presidenta de la Asociación de Matronas de la Región de Murcia, lo tiene claro: «La edad de la mujer influye en la evolución del embarazo» y la edad media a la que las mujeres tienen su primer embarazo va en continuo aumento.

Por etapas, la que va de los 24 a los 32 años está considerada como el periodo más fértil de una mujer, pero a partir de ahí y, sobre todo, de los 38 años en adelante, comienza un descenso más acusado de la fertilidad.

«El acceso a la formación, las responsabilidades laborales y el lograr una independencia económica están haciendo que retrasemos la maternidad, cuando biológicamente esta etapa debería producirse antes, ya que a partir de los 40 años la fertilidad de una mujer disminuye muy rápidamente», afirma la especialista.

El único problema que conlleva el retrasar la maternidad no es la caída de la fertilidad sino también las complicaciones que suponen para esos embarazos si finalmente se consiguen, ya sean de forma natural o mediante técnicas de fecundación.

Más ciclos de reproducción

La presidenta de las matronas murcianas insiste en que a edades más avanzadas la calidad de los ovocitos tampoco es la misma, ya que con el paso de los años esas células pierden calidad, e incluso con las técnicas de reproducción asistida se necesitan más ciclos para lograr el embarazo.

Este es precisamente uno de los motivos por los que la reproducción asistida esté limitada en la Sanidad pública a mujeres de hasta 40 años, edad que se amplía hasta los 50 años en las clínicas privadas.

30% más de riesgo en 10 años

El mayor riesgo de aborto se da en el primer trimestre del embarazo, un riesgo que se dispara a partir de los 40 años. Las cifras que maneja la SEGO (Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia) muestran que el riesgo de perder al feto es del 10% en mujeres por debajo de 30 años, pero este riesgo llega al 40% en las embarazadas mayores de 40 años, por lo que se dispara en sólo un periodo de diez años.

Los abortos espontáneos antes de la semana 12 de embarazo suelen estar relacionados con anomalías cromosómicas debido a la edad de la mujer por tener unos ovocitos envejecidos, afirma María José Caravaca.

Las mujeres mayores también suelen tener más partos prematuros, precisamente ocasionados por esas complicaciones de mayor hipertensión o diabetes gestacional, a la vez que se registra una mayor frecuencia de síndrome de down. Si en embarazadas de menos de 25 años la tasa de síndrome de down es de un niño por 1.250 nacimientos; en madres de 35 años aumenta a uno por cada 400 nacimientos; y en mujeres de más de 45 años pasa a ser de uno por cada 30 nacimientos.

Así, la presidenta de la Asociación de Matronas de la Región recomienda a las mujeres de más edad que quieran buscar un embarazo someterse a una revisión previa, planificarlo bien para tomar antes suplementos como el ácido fólico para prevenir los casos de espina bífida y evitar hábitos nocivos como el consumo de alcohol o tabacom, «ya que todo esto influye».

Nace en Yecla el grupo Mariposas, de atención al duelo perinatal

Un grupo de madres de la zona de Yecla ha impulsado la puesta en marcha de la Asociación de Duelo Perinatal Mariposas, un grupo que pretende dar apoyo a padres que han pasado por la experiencia de perder a un hijo durante el embarazo o en el momento del parto.

El nuevo grupo fue presentado en esta localidad del Altiplano el pasado 14 de octubre y además de los padres implicados cuenta también con la colaboración de matronas y personal sanitario del Hospital de Yecla.

«El grupo se encuentra liderado por 3-4 madres que han tenido pérdidas y que nos invitaron a las matronas para explicar en qué consiste nuestro trabajo y el proyecto que hemos emprendido en el propio hospital», explica la matrona Paqui Sánchez.

La atención a las parejas que pierden un hijo ha cambiado mucho en los últimos años, afirma esta profesional, que recuerda que «no hace tanto tiempo se aislaba a la madre y no se la dejaba ver al bebé fallecido para evitarle ese dolor, cuando lo que se debe hacer es todo lo contrario. La madre tiene derecho a poder ver la cara de su hijo, aunque sea un momento muy duro, para poder así iniciar la fase de duelo».

En Yecla se ha constituido un grupo de trabajo formado por un pediatra, un ginecólogo y dos matronas para elaborar un nuevo protocolo de atención porque «aunque en la práctica las cosas van cambiando, no lo tenemos por escrito y no existe un documento sobre cómo se deben atender estas situaciones», protocolo que ya existe en centros como la Arrixaca o el Santa Lucía.

Ritual para los padres con cajas de recuerdos

La matrona del Hospital de Yecla Paqui Sánchez afirma que «la visibilización de ese momento, del fallecimiento del bebé, el no esconderlo, era algo necesario, ya que privar a los padres de ver a su hijo no va a disminuir el dolor que sienten en ese momento tan duro ni les ayuda en el inicio del duelo por ese niño al que ni tan siquiera han visto».

Esta profesional considera que la muerte es el gran tabú del siglo XXI y «nosotros como profesionales debemos aprender a gestionarla», ya que esos padres «esperaban vivir el mejor momento de sus vidas y se tienen que enfrentar al peor», por lo que siempre que estén preparados y así lo consideren se les da la oportunidad de ver a su hijo y despedirse de él.

Para ayudar en este momento, las matronas de Yecla han creado la caja de recuerdos, un ritual que se hace con las madres para que tengan varios objetos del bebé. En ella se introduce el primer gorro que ha llevado, la pinza del cordón, la pulsera identificativa del hospital, su mantita o gasa y una huella del pie en arcilla.

«No se puede pedir a las madres que estén preparadas para algo tan duro en sólo 24 horas. Estas madres salen del hospital con los brazos vacíos, por lo que la caja es una forma de tener un recuerdo de ese niño que ha nacido», explica Sánchez. No obstante, hay padres que tienen tanto dolor que no se pueden llevar ni la caja y cuando pasa un tiempo pasan a recogerla y agradecen tener algo de su hijo.