La contaminación del aire por partículas tan peligrosas para la salud como las PM 2.5 (las más pequeñas y que más incidencia tienen en la salud) está vinculada a una población juvenil con sobrepeso. Las comunidades de España, entre ellas la Región de Murcia, que sufren los peores episodios contaminantes del medio ambiente tienen, a su vez, las peores tasas de obesidad infantil.

Esta es la principal conclusión de un estudio liderado por el investigador archenero José Francisco López Gil, investigador postdoctoral de la Universidad de Castilla-La Mancha, en el que ha colaborado Desirée Victoria Montesinos, nutricionista y tecnóloga alimentaria de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Católica de Murcia, junto con expertos de otras universidades nacionales e internacionales.

Este tipo de partículas están asociadas a los problemas cardiovasculares y al desarrollo de trastornos metabólicos, siendo un factor importante en la obesidad antes que otros contaminantes presentes en el aire. Dado su tamaño, estas partículas microscópicas tienen la facilidad de acceder a los rincones más profundos de los pulmones y de alcanzar el torrente sanguíneo.

El estudio se ha valido de los datos publicados por la Encuesta Nacional de Salud de España del Ministerio de Sanidad, que determina la alta tasa de obesidad infantil en la Región de Murcia (40%) frente a la media nacional, que no llega al 30%. Frente a esto, el impulsor de la investigación señala que comunidades como la murciana también están a la cabeza en niveles altos de concentración de partículas nocivas PM 2.5: «A mayor nivel de estas partículas, más prevalencia de sobrepeso».

Otros trabajos del Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia ya habían vinculado la contaminación del aire en la ciudad capitalina a un aumento de los menores ingresados por patologías respiratorias.

López Gil, que ha dedicado parte de su carrera como investigador al estudio de hábitos saludables en jóvenes y adolescentes, señala que con estos resultados «no se trata de infundir miedo en la población, sino de aplicar estrategias que atajen el problema de la obesidad infantil». El investigador, que lleva a cabo una estancia en la Universidad de Harvard (EE UU) donde continúa con sus estudios, explica que los altos niveles de polución que disminuyen la calidad del aire acaba «afectando a la actividad física de los más pequeños».

Pedreño desliga las infecciones respiratorias del polvo sahariano

El consejero de Salud, Juan José Pedreño, desvinculó ayer el aumento de cuadros respiratorios agudos a los episodios de contaminación atmosférica por micropartículas PM 10 derivadas de una intrusión de polvo sahariano que afecta a las principales ciudades de la Región y ha dicho que ese incremento es propio del cambio de estación.

Durante una visita a Lorca, una de las ciudades que ha tenido que activar la primera fase del protocolo contra la contaminación atmosférica en los últimos días junto a Murcia y Cartagena, Pedreño ha confirmado que han aumentado «las infecciones respiratorias agudas, porque estamos en un período de otoño, que es cuando los virus respiratorios más actúan».

Se ha referido en concreto a la Covid, la gripe «y otros virus que están apareciendo, sobre todo en niños ,que están causando ese tipo de patologías» del tracto respiratorio, pero que el consejero autonómico considera dentro de los parámetros normales en el cambio de estación. EFE

Actividad deportiva

La contaminación, por tanto, es un factor «pero no el único». El científico de Archena trata de impulsar «cambios en la sociedad para mantener unos hábitos saludables, pero parece que hasta ahora no logramos pasar a la acción». López pone el foco en las escasas horas de actividad deportiva que hay en los currículos escolares.

«A la semana practican dos horas mientras que las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud dicen que todas las personas deberíamos hacer 60 minutos de ejercicio al día. Es decir, a los más pequeños les faltan cinco horas semanales de deportes», explica el científico, que esgrime que en otras comunidades han aumentado las clases de educación física a tres horas semanales.

El investigador remarca que el nivel socioeconómico de los padres es otro factor negativo que empuja a algunos niños a tener una peor calidad de vida. La falta de recursos económicos para pagar clubes privados deportivos o actividades físicas fuera del horario escolar puede contribuir a un empeoramiento del estado físico de los niños.

Por ello, el investigador ha impulsado en los centros escolares de Archena un programa que busca una infancia saludable para los alumnos. Sin embargo, el foco no lo pone exclusivamente en ellos sino en los padres, a quienes hay que convencer «para que exista constancia en la familia y lograr que todos consigan una vida saludable».