La pérdida de los canales y redes de drenaje para encauzar el agua en la cuenca del Mar Menor, así como la eliminación de la cubierta vegetal en la comarca, son dos problemas que tienen como consecuencia la agresividad de las escorrentías que se producen en la comarca del Campo de Cartagena. La Comunidad impulsó el Plan de Ordenación Hidrológico-Forestal en 2020, una medida a la que obliga la Ley regional del Mar Menor, para plantear la reforestación de grandes superficies de la cuenca y restaurar los terrenos hidráulicos.
La impulsión de estas medidas iba aparejada a la colaboración del Gobierno estatal y a un presupuesto de 392 millones de euros que pretende obtenerse de fondos autonómicos, estatales y europeos. Los técnicos de Medio Ambiente planteron durante la elaboración del documento incrementar las zonas forestales en la cuenta, los espacios verdes, la restauración de las ramblas más alteradas o revivir las vías pecuarias. Medio Ambiente dividió la cuenca en seis zonas de actuación en función de las características del terreno.
Sin embargo, en el documento que hace de antesala a la evaluación ambiental del proyecto, la Subdirección General de Patrimonio Natural y Cambio Climático de la Consejería reconoce que la superficie de restauración prevista para la zona con más regadíos de la cuenca «no parece que alcance la mínima necesaria» para que exista «una mejoría en la calidad del agua de la laguna». En esta zona, la planicie de la cuenca que abarca Torre Pacheco, parte de Cartagena, San Javier, San Pedro del Pinatar, Murcia o Fuente Álamo, la superficie que tendría que ser restaurada según el plan de ordenación es del 4,92%, muy poco para los técnicos.
Este departamento de la Consejería reconoce en el informe, publicado ayer en el Boletín Oficial de la Región de Murcia, ser consciente de la «dificultad» que supone la restauración de terrenos privados, «dedicados mayoritariamente a la agricultura», por lo que propone actuar en estas fincas con medidas que fomenten una mayor superficie vegetal natural (suelo forestal) de particulares como «ayudas, adhesión a certificados de calidad o incentivar la generación de créditos de CO2 mediante la transformación de superficie agrícola en superficie de vegetación natural».
Principales contaminantes
Los técnicos añaden una de las conclusiones de las investigaciones que ha llevado a cabo el Comité Científico del Mar Menor: «El desarrollo urbano-turístico, las actividades mineras y la gran expansión de la actividad agraria en la cuenca del Mar Menor, con un aumento del regadío entre 1988 y 2009 de más de un 140%, han supuesto un considerable incremento de las presiones sobre la laguna, específicamente de los flujos de contaminación por vía superficial, subsuperficial y subterránea».
A esto se suma la propuesta de conectar a nivel ecológico (corredores verdes) las distintas zonas en las que ha delimitado el plan forestal la cuenca. Esto implicaría apostar por una medida en la lucha contra las temidas escorrentías. «Junto a la contaminación por residuos mineros, que generan arrastres de metales pesados, los principales flujos de contaminación proceden actualmente de la actividad agraria intensiva de la cuenca, que da lugar a la entrada de plaguicidas, de materiales de suelos fácilmente erosionables procedentes de suelos desnudos y zonas de cultivo», recuerdan los técnicos de Medio Ambiente.
La UMU pide ampliar el ámbito de actuación y usar los terrenos de regadío ilegal
La Universidad de Murcia ha alegado que el Plan Hidrológico Forestal de la cuenca del Mar Menor debería ser diseñado para «un ámbito de aplicación mucho más generoso y no restringido, como parece, al dominio forestal e hidráulico». La institución, que valoró el proyecto a consultas de la Consejería, cree que se debe apostar por la recuperación del espacio público mediante el deslinde del dominio público hidráulico y la red de vías pecuarias, así como ampliar el ámbito de actuació hacia el «espacio agrícola, siempre que sea posible, a través de incentivos para la renaturalización». Para ello, la UMU centraría su objetivo en reforestar antiguos terrenos de regadío ilegal desmantelado, un plan que contempla el Ministerio.
