Cada 15 de octubre celebramos el Día Internacional de la Mujer Rural, que este año ha llevado por lema ‘La mujer rural, productora de alimentos sanos para todos’. Un lema, a mi juicio, muy acertado porque el papel de las agricultoras y ganaderas es producir alimentos sanos y seguros con los que abastecer las necesidades de la sociedad.

El trabajo del agricultor y el ganadero es duro y no cesa ni un solo día al año. Tiene que enfrentarse a muchas adversidades, como las climatológicas, la falta de agua, los seguros insuficientes, así como otros factores esenciales para que el mercado funcione. En ello se incluyen los enfrentamientos políticos y bélicos internacionales, que alteran las circunstancias naturales y aumentan unas dificultades que afectan gravemente al sector.

En este escenario, el movimiento cooperativo da seguridad a la renta familiar y a la renta en general, algo de suma importancia porque concentra la oferta, dando seguridad a los profesionales del sector, quienes confían a la cooperativa la labor comercial.

El agricultor y el ganadero saben dónde tiene que llevar su producto cuando lo tiene terminado y eso es importantísimo.

Además, el cooperativismo, enmarcado en la Economía Social, sigue creciendo y haciéndose más fuerte, tanto a nivel regional como europeo, y supone un movimiento social que no deslocaliza los empleos y la producción en tiempos de crisis; las raíces de anclaje las tenemos aquí y no solemos, por muchos problemas que tengamos, irnos de nuestro territorio.

Por todo ello, el cooperativismo es una forma de hacer empresa diferente, comprometida con el entorno, los recursos naturales y el medioambiente y con la creación de empleo de calidad.

Y de la unión de esas cooperativas nació hace casi 40 años la Federación de Cooperativas Agrarias de Murcia. Los inicios de Fecoam no fueron fáciles, pero sabíamos que teníamos que ayudar a las cooperativas para que cada agricultor y ganadero no fuera a negociar por su lado: para ser más fuertes y competitivos.

Era necesario conformar una Federación de Cooperativas capaz de representar los intereses de sus asociados frente a instituciones y entidades, tanto financieras como políticas. Exactamente igual que ocurrió a nivel nacional con la Confederación de Cooperativas.

Cuando se creó Fecoam contábamos con cerca de diez cooperativas, sumándose después más, fusionando, agrupando, para llegar en la actualidad hasta las 79, mucho más fuertes. Todo ello, hace que el éxito de la Federación resida en la representatividad de Fecoam ante sus asociados y la confianza depositada en la organización.

En su labor diaria, Fecoam lleva a cabo actividades de todo tipo para ayudar a las cooperativas a seguir creciendo. Sobre todo, con formación para el futuro, ya que es muy importante que cuando un agricultor o un ganadero inicie su actividad tenga la información exacta para no cometer errores y crecer de forma sostenible y rentable.

Asimismo, es importante su tarea en la representación ante las instituciones y el asesoramiento a los socios en esa agricultura que se va modernizando cada año, informando y encaminando en la dirección que los mercados lo requieren.

Además, consideramos y seguiremos reclamando que no es justo que se nos utilice como moneda de pago o cuando haya que negociar con otros países, como en el caso de Marruecos o los aranceles del continente americano, porque la agricultura y la ganadería son actividades esenciales que dan la talla y responden incluso en los peores momentos.

Y aun así nos levantamos todas las mañanas con ilusión, sabiendo que nos espera una jornada dura, pero como lo llevamos inyectado en vena, nos encanta.

Si no existiese el cooperativismo agrario en la Región de Murcia, igual que en España, estaríamos todos por ahí repartidos, luchando cada cual por nuestro lado y no sería posible conseguir la rentabilidad que obtiene el agricultor y el ganadero en la actualidad.

Además, las cooperativas crean y mantienen empleos de calidad, impulsan la innovación y la investigación y han fijado a la población ayudando al desarrollo rural. La agricultura es un sector esencial y el movimiento cooperativo agrario ha asentado también la disciplina en los agricultores, para que tengan confianza y sigan abasteciendo a la sociedad de alimentos de calidad y con toda la seguridad alimentaria.

Y puedo afirmar que las cooperativas son el futuro de la agricultura y la ganadería en la Región de Murcia.