La sequía prolongada que sufre la cabecera del Tajo y, por extensión, la menor llegada de agua por el Trasvase hasta la cuenca levantina suponen el principal reto al que se enfrentará la demarcación hidrográfica del Segura el próximo año hidrológico, que comenzará el 1 de octubre. La decisión del Ministerio para la Transición Ecológica de no enviar agua para regadío este mes a Murcia, Alicante y Almería ha enfadado y mucho a los regantes. Esta situación abre la puerta a que, si las reservas de agua en los embalses de Entrepeñas y Buendía se mantienen en nivel 3 los próximos meses como prevén los técnicos, la ministra Teresa Ribera pueda seguir tomando la misma decisión hasta final de año.
La falta de lluvias ha hecho mella en la cabecera del Tajo. Esta escasez de precipitaciones ha provocado la disminución de las existencias en los dos embalses (suman 509 hectómetros cúbicos), que han reducido en 114 hm3 el volumen con respecto a las mismas fechas del año pasado. La Confederación Hidrográfica del Segura señala que "esa disminución de aportaciones y de existencias en la cabecera del Tajo dificulta la transferencia de recursos", lo que provoca una situación de "emergencia" que se observa a día de hoy en el subsistema del Trasvase, que mide el nivel de sequía en el que se encuentran los recursos que proceden del Tajo y que están almacenados en la cuenca del Segura.
El organismo estatal reconoce que esa pérdida de recursos llegados del Tajo es el "principal reto" al que se enfrenta la cuenca a partir de octubre. Junto a esto, añade la CHS, hay que tener en cuenta que, si bien las previsiones que facilita la Agencia Estatal de Meteorología y el Observatorio Europeo para la Sequía dan para las cuencas mediterráneas una situación de normalidad pluviométrica para septiembre, octubre y noviembre, la situación no será la misma para las zonas centro y oeste de la península (entre ellas la cuenca del Tajo), donde exista una mayor probabilidad de que los próximos meses resulten secos.
A día de hoy, constata la Confederación, para que los índices que miden la cantidad de agua en la cuenca recuperasen la normalidad, lo que tiene que mejorar "es la situación pluviométrica de la cabecera del Tajo y las aportaciones" que están recibiendo los embalses de Entrepeñas y Buendía, "de cuyos recursos dependen unas 100.000 hectáreas del sureste de España, de las que unas 85.000 están en la cuenca del Segura".
Normalidad en el Segura
El actual año hidrológico 2021/2022 ha resultado ser, en cuanto a las lluvias registradas, un periodo "normal" y húmedo. Frente a una media anual de precipitaciones en los últimos 30 años en el Segura de unos 365 litros/m2, los pluviómetros de la CHS han recogido valores superiores a los 370 l/m2 cuando aún no ha concluido el mes de septiembre. Por tal motivo, "los índices de sequía de las distintas zonas territoriales de la demarcación se sitúan en todos los casos por encima del valor medio del 50%, peor en la cabecera y mejor en las zonas bajas de la cuenca, pero en todo caso lejos del umbral del 30%", que supone entrar en sequía prolongada.
La CHS asegura que la cuenca del Segura "no ha sufrido durante este año hidrológico un episodio de falta de lluvias que sí se han producido en otras demarcaciones españolas", especialmente en las atlánticas pero también en los afluentes de la margen izquierda del río Ebro.
La aportación interanual recibida en los principales embalses de la cuenca es de 330 hm³ este mes, frente a una media en las últimas tres décadas que se sitúa en el entorno de los 320 hm³. "Esa aportación de agua, unida al esfuerzo realizado en la gestión del recurso, ha permitido que las existencias almacenadas propias de la cuenca sean de 225 hm³, 16 más de los que habían en la misma fecha del año pasado (el 7% del total)".
Pozos de sequía
La Confederación está a la espera de cerrar la tramitación administrativa de los pozos de sequía para tener todo listo en caso de tener que recurrir a su apertura para suplir las pérdidas en las reservas de agua. "La documentación ambiental se encuentra preparada y se someterá paulatinamente a consulta pública" a partir de este mes o principios de octubre. Esto "dará amparo a las extracciones de aguas subterráneas" de los acuíferos del Sinclinal de Calasparra, Vega Media y Baja del Segura y Mingogil-Villarones.
La Confederación no descarta que se reduzca el regadío
Reducir el regadío en periodos de sequía. Este fue el planteamiento que hizo el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, el pasado mes de agosto. "Atravesamos una situación de escasez de agua como hace 15 años que no vivíamos en este país", argumentó entonces, al tiempo que pidió "acomodar" los cultivos que demandan mucha agua a los recursos disponibles. La CHS no descarta que, ante una menor disponibilidad de recursos, "se produzca una disminución de las dotaciones disponibles y en consecuencia de la superficie de riego de hortícolas". En caso de que la cuenca entre en alerta por sequía, se podría restringir un 25% de la demanda de agua y hasta un 50% en caso de que el sistema llegue a la fase de emergencia.