La Opinión de Murcia

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Sedales y aparejos de pesca en las profundidades de Cabo de Palos

La organización Oceana denuncia el impacto de los plásticos en arrecifes y bosques submarinos

Arrecife de algas rojas calcáreas, especie presente en los fondos de Cabo de Palos. OCEANA / JUAN CUETOS

Arrecifes, jardines de corales, bosques de algas y praderas marinas. La diversidad biológica asociada a los hábitats que sirven de hogar y refugio a otras especies marinas están continuamente sometidas al impacto de los plásticos que acaban en los fondos marinos de mares como el Mediterráneo. La organización global Oceana ha puesto de relieve esta contaminación en un reciente informe donde se denuncia el daño de estos residuos a espacios protegidos bajo el mar que se ven expuestos a la llegada de plásticos procedentes de entornos urbanos, agrícolas, vertederos, tráfico marítimo, turismo, pesca, acuicultura, emisarios o plataformas petrolíferas.

En un repaso por la costa Mediterránea, Oceana pone el foco sobre Cabo de Palos al reflejar en su investigación la presencia de sedales y aparejos de plástico «fruto de la pesca de grandes peces que tiene lugar en la zona». En concreto, estos residuos fueron hallados en la elevación submarina de Seco de Palos, situada al este de Cabo de Palos. «Estos aparejos afectaban de forma directa a las colonias de gorgonias Callogorgia verticillata, las cuales mostraban claras roturas o laceraciones por esta causa». Estos impactos pueden provocar la desaparición local de estos bosques submarinos y comprometer la existencia de algunas especies que residen en la zona.

Oceana asegura que cuando estas especies entran en contacto con la contaminación por plásticos acaban por ser más vulnerables al parasitismo o las infecciones, además de otros efectos negativos como la sofocación y abrasión del tejido, lo que provoca la mortalidad parcial o total de individuos y colonias.

Entre otras especies que habitan las profundidades de este enclave, que está a la espera de que el Ministerio para la Transición Ecológica lo declare espacio marino protegido y se incluya en la Red Natura 2000, son los arrecifes de algas rojas, una especie frágil sobre la que ejerce un gran impacto los macroplásticos. «Las algas crean bioconstrucciones de carbonato cálcico conocidas como formaciones arrecifales, que desempeñan un papel en el ecosistema semejante al de los corales».

Respecto a las praderas de fanerógamas marinas, y en concreto de especies como la posidonia o la cymodocea presentes en la costa regional y el Mar Menor, son susceptibles de acumular grandes trozos de plásticos y también microplásticos que pueden terminar en la cadena trófica a través de las especies herbívoras que se alimentan de las hojas.

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