Las conexiones de las desaladoras del Levante con la práctica totalidad de las zonas regables con el agua del Trasvase Tajo-Segura ya están dibujadas sobre el papel y tiene una estimación del coste que supondrán estas obras. El presupuesto para licitar estas futuras interconexiones entre embalses que guardan estos recursos hídricos desalados y las redes de distribución en las distintas comunidades de regantes asciende hasta los 285 millones de euros.

Este proyecto, sumado a la ampliación de las desaladoras de Torrevieja, Águilas y Valedelentisco, son la apuesta del Ministerio para la Transición Ecológica para suplir los aportes del acueducto desde Entrepeñas y Buendía, que se verán recortados poco a poco hasta 2027. Las obras pretenden movilizar el caudal de agua desde el embalse de la Pedrera (Alicante), que almacena los recursos llegados de Torrevieja y del Trasvase, hasta el azud de Ojós y hasta el embalse de Algeciras, en Librilla.

Por otro lado, el Ministerio también quiere cerrar la conducción de agua asociada a la planta de Águilas y la balsa de Cerro Colorado, con un tramo pendiente de construir en Totana del que sacarán rédito tanto la comunidad de regantes de este municipio como de Alhama de Murcia. Todo el anteproyecto de la interconexión ha salido a consulta pública para poder presentar alegaciones, también a las expropiaciones planteadas.

La capacidad de producción de agua desalada es de 332 hm3 al año, una cifra que espera llegar hasta los 402 hm3

En el tercer Plan Hidrológico de la Demarcación del Segura se refleja la previsión de ejecutar nuevas infraestructuras para conectar la actual red de distribución de la desaladora de Torrevieja (la más importante), con la práctica totalidad de las zonas regables del Trasvase, lo que se pretende conseguir mediante la conducción de estas aguas a las cabeceras de los canales de la margen izquierda y derecha del postrasvase, hasta cubrir el 100% del abastecimiento y el 94,6% del regadío.

La Comisaría de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Segura prevé que se movilicen, de un total de 80 hectómetros cúbicos que produce para regadío la planta de Torrevieja, 18 hm3 para el canal de la margen izquierda del postrasvase, otros 13,6 para la margen derecha o las comunidades de regantes que se sitúen aguas abajo del embalse de Algeciras y, por último 48,2 para los regantes aguas arriba del azud de Ojós y, la gran mayoría, para los del Campo de Cartagena.

Adicionalmente, en este tercer ciclo se ha previsto incrementar la capacidad actual de las desaladoras hasta el máximo que permite la obra civil de estas plantas: Torrevieja (120 hectómetros cúbicos/año), Valdelentisco (70 hm3/año) y Águilas (70 hm3/año). Se busca con estos proyectos que el incremento del uso de aguas desalinizadas para regadío no comprometa la destinada al abastecimiento y la posibilidad de atender las nuevas demandas urbanas e industriales.

El plan de las desaladoras pretende comenzar muy pronto, empujado por la ejecución de los fondos europeos de recuperación

Esta ampliación de las plantas se realizará a la vez que se aumentan sus redes de distribución y su capacidad de regulación. A esto se suma la construcción de plantas fotovoltaicas en las desaladoras que permitan abaratar el precio de producción y, también, la tarifa final que paga el regante.

El plan de interconectar las desaladoras pretende comenzar muy pronto, empujado por la ejecución de los fondos europeos de recuperación. El Ministerio se comprometió a que todo el proyecto que llevaría a una mayor producción de agua desalada en el Levante estaría terminado antes de 2025.

Conexión por Ojós y el embalse de Algeciras

Las obras pendientes consistirán en la toma y bombeo desde el embalse de La Pedrera, tanto hacia el azud de Ojós como hacia el embalse de la Rambla de Algeciras. Por otro lado, construir una conducción desde la estación de bombeo hacia el embalse de Algeciras. Las obras pretenden completar el tramo pendiente, en Totana, de la conducción desde la balsa de Cerro Colorado en el tramo comprendido entre una toma de la comunidad de regantes de Totana y la futura toma de la comunidad de Alhama.

Estas obras contarán con una declaración de impacto ambiental ordinaria, ya que varias de las conducciones discurren por espacios de la Red Natura 2000, como los Saladares del Guadalentín o la lagunas de Campotéjaren Molina de Segura. 


La capacidad actual de producción de agua desalada en la cuenca del Segura es de 332 hectómetros cúbicos al año, una cifra que espera llegar hasta los 402 hm3 para el horizonte de 2027 en adelante, al estar previsto incrementar la capacidad de la desalinizadora de Águilas en 10 hm3 para el año 2023, a lo que se añadirán 20 hm3 en Valdelentisco y 40 hm3 en Torrevieja para 2024.

La Confederación también pone en duda la actual capacidad de desalación: «No es esperable que su producción real alcance dicho valor, ya que la elevada tarifa del recurso desalinizado excede la capacidad de pago de gran parte de los usuarios agrarios».

El organismo de cuenca incluyó en su plan hidrológico hasta 2027 las causas del recorte de caudal previsto en el Tajo-Segura: «efectos del cambio climático, la modificación de las reglas de explotación de la infraestructura del Trasvase, el aumento de las transferencias que se realizan hacia la Llanura Manchega o de las necesidades propias de la cuenca del Tajo, bien por un incremento de los caudales circulantes o de su demanda propia». Con todo, el recorte llegaría a los 105 hm3 al año.