La policía no solo va en coche patrulla, en moto o sobre un caballo. El Ejército del Aire también ejerce como tal, en este caso, por el aire, en aquellos países aliados de la OTAN que la necesiten, como es el caso de las repúblicas bálticas. Hasta Ämari (Estonia) se trasladó el comandante Miguel Ángel López García, natural de Cartagena, al mando de un destacamento de casi setenta personas. En los próximos días volverá a España con la satisfacción de haber cumplido la misión. «Hemos alcanzado varios hitos importantes», asegura. Nos los cuenta.

Destacamento Ámbar al completo. FF.AA.

¿Ha vuelto a hacer de policía aéreo para la OTAN?

No exactamente. Esta es mi quinta misión en la zona y en las cuatro anteriores sí que he sido policía aéreo. Tres de ellas se desarrollaron en el flanco norte de la OTAN, en el Báltico, mientras que en febrero estuve en el flanco sur, en Bulgaria.

¿Qué hace un policía aéreo?

La Policía Aérea del Báltico es un proyecto de la OTAN para suplir la necesidad de seguridad en el espacio aéreo de los países bálticos, ya que no tienen fuerza aérea propia. Por rotaciones cada cuatro meses, los países europeos establecen turnos de vigilancia.

«He vivido desde pequeño las largas ausencias de mi padre por las misiones y el espíritu de sacrificio»

¿Y por qué esta misión no es como las anteriores?

En principio, es solo el turno de Alemania, pero hemos venido para hacer una actividad de ejecución de una misión combinada.

¿En qué consiste?

A iniciativa de Alemania, y dentro del proyecto Eurofighter, se quiere alcanzar un punto en el que dos escuadrones distintos, como son la Luftwaffe y el Ejército del Aire, sean capaces de trabajar juntos reduciendo la huella logística, el personal necesario y todo lo que conllevan operaciones de este tipo. Llevamos cinco meses de trabajo con ellos para intentar alcanzar esos estándares de interoperabilidad tanto a nivel logístico, que viene a ser el mantenimiento de los aviones, como operativo.

«La guerra puede haber cambiado el entorno geoestratégico, pero a nivel táctico no notamos diferencias»

¿Y qué tal ha ido la operación?

Hemos alcanzado varios hitos importantes. Entre ellos, el servicio de alarma es combinado completamente. Hay un piloto alemán de servicio y un piloto español trabajando de manera coordinada, volando como una pareja de vuelo y como si pertenecieran al mismo escuadrón. Son dos naciones ejecutando una misión coordinadamente.

¿Y cuánto han reducido la huella logística?

Hemos conseguido reducir en un 50% el personal que necesita un escuadrón para despegar y en un 65% el material con el que debe contar, proporcionando el doble de capacidad al destacamento alemán. Y este resultado todavía se puede mejorar. El proyecto es a largo plazo.

¿Cuál es el objetivo final?

Que cuando se requiera la necesidad puntual de incrementar el esfuerzo en una misión, no tenga por qué venir de un mismo país. La OTAN busca aprovechar los recursos para poder desplegar más fuerza en una misión necesidad de aumentar los costes.

«La población de Europa entiende que el Ejército es un elemento más de la sociedad»

Esta misión coincide con una guerra en Europa. Y están en una de las fronteras del país invasor, Rusia. Habrá notado el ambiente enrarecido.

Una cosa es el entorno geoestratégico y, otro, el táctico. Si atendemos a los medios de comunicación o, incluso, a las declaraciones de los países de la OTAN, sí que hay diferencias con misiones anteriores, pero el ambiente táctico no ha variado. Seguimos haciendo la misión de la misma manera que la ejecutábamos hace cinco años. No han cambiado nuestros objetivos, que son garantizar el espacio aéreo de soberanía, así como las actividades comerciales que se dan en el espacio aéreo para evitar que haya accidentes.

El verano del año pasado, una alerta por dos aviones rusos interrumpió la comparecencia de Sánchez en una base de la OTAN en Lituania. ¿Suelen pasar estas violaciones del espacio aéreo?

Yo no he presenciado violaciones del espacio aéreo como tal, pero sí aviones que vuelan en espacio internacional y que no están bajo el control de la aviación civil. Lógicamente, ante una situación así, hay que identificar a esas aeronaves para garantizar la seguridad, principalmente, del resto de aeronaves.

El comandante López García, subido a un Eurofighter. FF.AA.

¿Entonces no han tenido problemas con el vecino, Rusia, durante su estancia en el Báltico?

No interactuamos, no hay relación profesional. Tenemos nuestros procedimientos estándar ante cualquier aeronave no identificada que escape al control de la aviación civil.

¿Siempre supo que quería formar parte de las Fuerzas Armadas?

La vocación me vino por mi padre, que era suboficial de submarinos en Cartagena. He vivido desde pequeño sus largas ausencias por las misiones de la Armada y su espíritu de sacrificio.

Pero cambió el mar por el cielo.

Acabé en el aire porque me gustaban los aviones y volar. Me siento muy orgulloso de pertenecer al Ejército del Aire.

Seguro que conoce el debate que hay en España sobre el aumento del presupuesto de Defensa. ¿Le duele escuchar opiniones en contra?

Yo siento el cariño de la gente allá donde vamos. Me pasa en España, donde la gente es muy consciente de la necesidad de seguridad, y en Estonia. La población de Europa entiende que el Ejército es un elemento más de la sociedad. Trabajamos por y para ella.