A los restaurantes en los que se hallaron incumplimientos que sí podían suponer un riesgo para sus usuarios, pero este no era inmediato, se les dio un plazo para que los subsanaran. No fue necesario que echasen la persiana. Al cumplirse el plazo, los inspectores vuelven al lugar para corroborar que ya esté correcto. A algunos se les hubo de aplicar medidas cautelares para la protección de la salud de sus clientes que no implicaron su cierre, suspensión temporal de su actividad que sí hubo que imponer a los citados 13 restaurantes. Mientras a los primeros se les exigió alguna medida para mitigar el riesgo sin tener que cerrar el local pero, eso sí, reclamándoles un arreglo rápido, a los otros sí hubo que cerrarlos temporalmente.