La unión deportiva entre el entrenador ciezano José Antonio Carrillo y Miguel Ángel López cumple 20 años. Siempre han ido de la mano desde que el atleta de Llano de Brujas, como no era el mejor de su colegio ni corriendo ni saltando, decidió probar la marcha. En su estreno en una competición escolar, sin haber entrenado previamente, acabó segundo. Poco después, tras la llamada de un profesor a Carrillo, decidió irse a Cieza a entrenar casi a diario. Unas veces iba su madre a llevarlo y otras tenía que coger el autobús. Solo necesitó un año de entrenamientos con el ciezano para convertirse en campeón de España cadete y tres después fue sexto en el Campeonato del Mundo juvenil. «Es un segundo padre para mí», dice orgulloso Miguel Ángel, un hombre que siempre ha sido agradecido.