La Opinión de Murcia

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Economía

La importación de cítricos y hortalizas "asfixia" a los agricultores de la Región

Limones, naranjas, patatas, pimientos y calabacines procedentes de África y Sudamérica y tomates de Turquía se comercializan a precios con los que los productores autóctonos no pueden competir

Fiesta de la Vendimia de la UPCT. LOYOLA PEREZ DE VILLEGAS MUÑIZ

La importación de productos procedentes de otros países está «asfixiando» a la agricultura de la Región de la Murcia. Los sectores que se dedican a la producción de cítricos, como el limón y la naranja, y de frutas y verduras están siendo algunos de los más golpeados.

Según datos facilitados por distintas organizaciones agrarias, ha aumentado en los mercados de la Comunidad la venta de tomate, patata, pimiento, calabacín, manzana, ciruela y cítricos procedentes del extranjero -Sudáfrica, norte de África y Sudamérica-. Unos productos que se distribuyen a precios muy inferiores a los autóctonos, lo que está abocando a los productores de la Región a la ruina.

Las oscilaciones de los precios de frutas y verduras importadas de terceros países son muy cambiantes y están sujetas a las fluctuaciones propias de la especulación bursátil, la oferta y la demanda y los costes del transporte marítimo. No obstante, por término medio, el tomate procedente de Turquía se vende a las cadenas de distribución un 235% más barato que el español y el marroquí cuesta un 204% menos. Por la cebolla de Egipto, Turquía y Senegal se paga un 1.386% más en España, con más de un euro/kilo frente a los siete céntimos del precio de mercado en sus países de origen. En la ciruela de Brasil, Chile y Sudáfrica, si bien no afecta tanto a los productores regionales, el incremento es del 808%, de 0,38 a 3,45 euros/kilos; y con el limón que viene de Sudáfrica y Argentina el precio pasa de 0,31 a 2,30 euros/kilo ofreciendo un diferencial del 642%. El precio del kilo de naranjas sudafricanas oscila entre 1,30-1,50 €/kg, lo que implica un margen con respecto al precio que pagan al productor de origen del 1.900%.

Oscilación de precios

Limón de África y Argentina

Con el limón que viene de Sudáfrica y Argentina el precio pasa de 0,31 a 2,30 euros/kilo, ofreciendo un diferencial del 642% respecto al productor de origen.

Naranjas sudafricanas

El precio del kilo de naranjas sudafricanas oscila entre 1,30-1,50 €/kg, lo que implica un diferencial respecto al productor de origen del 1.900%.

Tomate de Turquía

El tomate procedente de Turquía se vende a las cadenas de distribución un 235% más barato que el español y el marroquí cuesta un 204% menos.

Ante la llegada masiva de estos productos, las organizaciones agrarias de la Región demandan que exista un mayor control. Se trata de una reivindicación histórica de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), que considera que «existe una doble vara de medir por parte de la Unión Europea, pues a los productores nacionales, y por tanto de la Región, se les exigen unas normativas de seguridad alimentaria y salubridad que a estos otros países no», según ha explicado a este diario su presidente, José Miguel Marín.

En este sentido, la organización solicita, que se apliquen las llamadas cláusulas espejo, de modo que a cualquier producto que entre en el mercado de la Comunidad se le exijan las mismas normas. Marín también ha hecho hincapié en que «los precios de los productos importados presionan a la baja los precios de los productos de la Región». Unos precios que, según ha precisado, no se reflejan en muchos casos en los lineales de los supermercados. COAG exige, además, que estos productos importados cumplan todas las normativas necesarias en materia de sanidad vegetal, ya que estos pueden presentar residuos de principios activos prohibidos en la UE.

Las organizaciones agrarias demandan que apliquen las mismas normativas a los productos importados

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Según advierte el presidente de la Coordinadora, «la importación de estos productos también entraña el riesgo de que extiendan enfermedades de sanidad vegetal a los cultivos autóctonos, como ha ocurrido en un par de ocasiones con cargamentos de cítricos, que tuvieron que ser interceptados porque presentaban problemas fitosanitarios que en la Región están prácticamente erradicados».

Otra de las diferencias que más denuncian los agricultores en cuanto a la producción regional y la de terceros países es el de los trabajadores de las explotaciones. «Mientras nosotros trabajamos con una mano de obra profesional, los países de los que proceden estos productos importados trabajan con una mano de obra en régimen de semiesclavitud e incluso esclavitud, de modo que no tienen que pagar la Seguridad Social y demás prestaciones, algo contra lo que no podemos luchar», ha lamentado el vocal del sindicato agrario Asaja Juan de Dios Hernández.

Los productores denuncian que no pueden luchar contra la mano de obra barata que hay en otros países

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Aumento de los costes

El valor de la renta de la producción agraria está manteniendo el tipo en la Región, sin embargo está habiendo una tendencia a la baja. Según advierten las organizaciones agrarias, los costes de producción llevan dos años disparados en el sector. Unos costes que han aumentado exponencialmente en este periodo y que ha llegado a cifras preocupantes durante estos últimos meses debido al aumento del precio de los combustibles y de la electricidad, de los fitosanitarios, de las semillas y de cualquier input que tiene ahora mismo el sector agrario, como consecuencia de la guerra de Ucrania y de la crisis energética. «Es uno de los grandes handicaps del sector primario y uno de los problemas que está presionando la viabilidad de las explotaciones agrarias», ha precisado el presidente de COAG.

La Coordinadora también ha denunciado que «no pueden existir la diferencia abismal que hay hoy en día entre el precio del barril de petróleo y el del litro de gasoil agrícola». Marín considera que «existe una especulación en todos los inputs que tiene el sector agrario a causa de la inestabilidad que presenta el mercado». En este sentido, COAG exige que «se modere o se erradique esta especulación y que se establezcan una serie de precios objetivos para no echar por tierra la rentabilidad del sector y que no se cierren más explotaciones, como se está haciendo a día de hoy».

La rentabilidad de los productores se está viniendo abajo a causa de la presión de estos costes, a la que se suma el problema de la disponibilidad de los recursos hídricos, según advierten los productores, sobre todo en aquellas que se riegan gracias al Trasvase Tajo-Segura, que están padeciendo los últimos recortes anunciados. El coste del agua es elevado, sumado a la sequía que está atravesando la Cuenca del Segura, «que no está todo lo mal que podríamos esperar gracias a las lluvias de primavera, pero estamos en situación de prealerta, de modo que si no llueve en los próximos meses la situación se va a complicar mucho para los productores», ha advertido el presidente de COAG.

El tamaño de las cosechas aún no se ha visto mermado pese a todas estas trabas, «sin embargo, si la sequía se sigue agravando en la zona de la Cuenca del Segura sí que podría darse el caso», ha apuntado Marín.

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