La Opinión de Murcia

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Los Millennials tienen más riesgo de sufrir coacción sexual en las redes

Investigadores de la UMU detectan que hay mayores patrones de violencia sufrida y ejercida en este grupo que entre la Generación X, y un crecimiento exponencial de la violencia de género en internet

Los Millennials tienen más riesgo de sufrir coacción sexual en las redes

Los jóvenes del grupo Millennials muestran mayores patrones de riesgo, así como violencia sufrida y ejercida en redes sociales, que los de la Generación X. Así lo recoge el estudio ‘Relaciones sexistas en la Generación X y Millennials’ elaborado por investigadores de Enfermería de la Universidad de Murcia (UMU) y del IMIB-Arrixaca, quienes han analizado el uso de las redes, así como la violencia sufrida y ejercida en la pareja.

El trabajo, que ha sido publicado en la revista científica Atención Primaria, está firmado por los profesores del departamento de Enfermería de la UMU Juan Francisco Rubio-Laborda, Pilar Almansa-Martínez y María del Mar Pastor-Bravo, quienes han analizado las respuestas de los 1.269 participantes, todos usuarios de redes sociales pertenecientes a la generación Millennials (19-38 años) y a la Generación X (39-54 años) que tienen una relación de pareja.

Apuntan a que las redes sociales en internet son el hábitat perfecto para algunos gérmenes de cultivo social, consideradas como ‘Enfermedades de transmisión social’ y donde se encuentra la violencia de género como máximo exponente. Así se generan nuevas formas de violencia tales como flaming, sexting o cyberstalking», explican.

Pese a que este tipo de violencia se ejerce a través de móviles y redes sociales no es fácilmente identificable por la población universitaria, aunque la violencia virtual tiene las mismas consecuencias que la violencia tradicional. Y llaman la atención sobre «el crecimiento exponencial de la violencia de género en la red, sufrida por una de cada diez mujeres desde los 15 años».

Nuevas formas de violencia en la pareja a través de redes

Cyberstalking: Acoso cibernético.

Flaming: Mensajes insultantes en redes.

Sexting: Envío de fotos íntimas.

Phishing: Adquirir información y suplantar la identidad.

Doxing o sexpreading: Revelación de datos.

Sextorsion: Extorsión de índole sexual.

Outing: Sacar a alguien del armario sin consentimiento.

Otros: Ciberjustificación de la violencia de género, control de mensajes y llamadas, control de geolocalización, control del correo electrónico, manipulación de fotografías, acceso a contraseñas, grabar conversaciones, vigilar historial web, troyanos y secuestros webcam, mensajes impersonales o anónimos.


Los resultados del estudio ‘Relaciones sexistas en la Generación X y Millennials’ recoge que el grupo Millennials muestra un mayor riesgo a sufrir suplantación de identidad o phishing, chantaje con vídeos y fotos íntimas o sextorsión, insultos en redes o flaming, acoso cibernético o cyberstalking, ciberjustificación de conductas violentas, y secuestros webcam. Así, mientras que los Millennials tienen un mayor nivel de violencia sufrida por coacción sexual, la Generación X solo se relaciona con riesgo de phishing.

Alcohol y conductas de riesgo

Respecto al consumo de sustancias, existe asociación entre tomar alcohol habitualmente y las conductas de riesgo en redes relacionadas con flaming y phishing. Así como el consumo habitual de alcohol y ejercer violencia basada en el control coercitivo, aislamiento, amenazas, coacción sexual y justificación de la violencia en pareja. El consumo de alcohol no sólo afecta al agresor sino también a la víctima, ya que ésta tiende a sufrir violencia caracterizada por la minusvaloración.

Los autores del estudio indican que «el consumo de alcohol y drogas aumenta ciertas conductas de riesgo en redes y especialmente conductas de violencia ejercida y sufrida, generando así ciertos patrones de riesgo en internet que llegan a multiplicarse hasta por 416».

Dominación masculina

El trabajo de investigación también analiza las diferencias de la violencia entre hombres y mujeres. En este caso, afirma que los hombres de la muestra sufren violencia mediante insultos, mientras que ejercen predominantemente el miedo y la presión para actos sexuales. Lo que coincide con la violencia que sufren las mujeres, donde predomina el miedo y las presiones de carácter sexual.

Sin embargo, en la violencia ejercida por las mujeres del estudio predominan los insultos y agresiones físicas, así como el control por el móvil y las contraseñas.

De ahí que los autores lleguen a afirmar que «las relaciones sexuales consensuadas de los Millennials están marcadas por la dominación masculina y las interacciones tecnológicas». A lo que añaden que «nuestro estudio coincide en que las mujeres han sufrido más actos violentos de carácter sexual y es el grupo de mujeres el que presenta sentimientos de miedo hacia sus parejas».

Más comunicación con los grupos de amigos y la familia

Haciendo una diferenciación por sexo de los usuarios de las nuevas tecnologías, el estudio de los investigadores de la UMU ‘Relaciones sexistas en la Generación X y Millennials’ observa que son las mujeres las principales usuarias de las redes sociales, especialmente entre los 14 y los 34 años. Siendo éstas ademas las que comienzan más tempranamente su uso. 

Se evidencian también diferencias en las motivaciones para el uso de las redes en función de los roles de género: los hombres las usan como forma de cubrir facetas emocionales y reforzar su autoestima, mientras que en las mujeres prima una función relacional/social. 

Además, se ha detectado que los Millennials hablan más con sus amigos y familia de lo que hacen en internet que los que forman parte de la Generación X, lo que ha sido considerado un factor protector de la violencia de género.


El consumo de porno y las manadas, otros dos desencadenantes de los pinchazos o ‘spiking’

El fenómeno de los pinchazos para inducir a la sumisión química o para asustar a las víctimas se ha convertido en uno de los temas noticiables del verano y, como no podía ser de otra manera, ya tiene un nombre: spiking. No es casual que se trate de un término británico ya que las primeras noticias de estas prácticas proceden de ciudades como Bristol, Brighton o Nottingham.

Fue en estas localidades británicas donde dio comienzo lo que ahora parece una moda delictiva. Sucedió en el último trimestre de 2021 coincidiendo con una mayor flexibilidad en la apertura de los locales de ocio tras las restricciones de la pandemia. La policía de ese país ya reportaba cerca de 200 denuncias relacionadas con la sumisión química. Dichas denuncias, y a pesar de que spiking alude a la acción de clavar, incluían también el vertido de sustancias tóxicas en las bebidas. 

Ahora, y después de que el pasado mes de marzo el Ministerio de Justicia de nuestro país reconociese que el 33% de las agresiones sexuales (una de cinco, de las producidas en los últimos cinco años) podría estar relacionada con estas técnicas, se suceden las denuncias en las redes sociales. La mayoría de mujeres que dicen haber sentido pinchazos, que tienen marcas de inyectables y que refieren síntomas de confusión, parálisis e irrealidad.

Para la psicóloga Pilar Conde «nos encontramos ante una nueva manifestación de la cultura machista, en la que para someter a su voluntad a la mujer se anula por completo su capacidad de defensa y de intencionalidad». La directora de las Clínicas Origen apunta a otros dos factores que pueden incidir en el incremento de este tipo de conductas como son «el porno y la retroalimentación y el enaltecimiento que proceden de las ‘manadas’ dentro de una cultura de la violación». 

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