Situada en el centro de Murcia, La Gatera cuenta con todo un mobiliario adaptado para que Batman, Robin, Boletus, Mowgli y Bella, los cinco gatos que actualmente habitan en el local, puedan desenvolverse con total comodidad en esta cafetería. Esta iniciativa viene de la mano de Isabel López, que junto a su madre y tras un duro proceso, han conseguido abrir el primer Cat Café de toda la Región. Aunque su apertura fue el pasado 21 de julio, llevan trabajando en este proyecto desde antes de octubre de 2021.

Cada gato es diferente pero entre ellos congenian a la perfección. Isabel los define así: «Batman y Robin son hermanos, uno de ellos es negro con manchas blancas y el otro es blanco y negro; luego está Boletus, que es un gato atigrado muy sociable que está siempre saltando por todos lados. Mowgli es un gato bengalí negro que todavía está aprendiendo a subirse a las maderas que tenemos colocadas en las paredes para que puedan jugar, como todavía no lo ha conseguido maúlla todo el rato; por último tenemos a Bella, una gatita blanca que está totalmente ciega pero se adapta muy bien».

El local está decorado pensando principalmente en estos felinos. Las paredes se encuentran repletas de tablas de madera para que puedan subirse, las patas de las mesas están forradas con rascadores, también hay objetos que pueden utilizar los clientes para jugar con los gatos, y además cuentan con una sala apartada donde tienen sus areneros y comederos.

Normas de convivencia en  La Gatera

No se pueden cargar los gatos, son seres vivos no juguetes, hay que mantener su bienestar animal.

No está permitido darles de comer, ellos tienen su propia comida.

No se pueden hacer fotos con flash. Está permitido realizar fotografías a los gatos, siempre que estas no les resulten molestas.

No es obligatorio reservar, pero sí es aconsejable si quieres evitar momentos de espera.

Pasárselo bien y disfrutar de la compañía de los gatos haciendo que ellos también disfruten de la tuya.

El principal objetivo que persiguen estas cafeterías es acoger temporalmente a gatos que se encuentran en proceso de adopción, y darles visibilidad para que aquellos que quieran convertirse en sus futuros dueños puedan hacerlo. En el caso de que se quiera realizar una adopción, pueden contactar a través de la cafetería con la protectora Ayuda Animal, que es el lugar de donde provienen estos gatos.

La sociedad humanitaria Ayuda Animal, además de ser la entidad que gestiona los trámites de adopción, proporciona a La Gatera la comida de los gatos, la arena y todos los servicios de veterinaria que requieren.

Bella, la gata ciega, paseando por La Gatera. | ISRAEL SÁNCHEZ

En cuanto a la convivencia entre estos cinco felinos, Isabel cuenta que antes de venir aquí ya habían estado conviviendo juntos. «Los gatos son animales que no son tan sociables como pueden ser los perros, les cuesta y tienen que pasar unas etapas de socialización; ellos por ejemplo han estado viviendo juntos en un piso un mes antes de entrar aquí, para adaptarse entre ellos y ver que realmente son compatibles, por ello tampoco dejamos que la gente se traiga a sus propias mascotas».

Para entrar a La Gatera hay que pagar una entrada de 3 euros que incluye una bebida y no existe límite de tiempo

En Murcia este tipo de cafeterías suponen una novedad, pero son lugares con historia. Los inicios de los Cat Cafés se remontan al año 1998 en Taiwán, y surgieron a raíz de la prohibición de tener mascotas en las casas. En un principio estos locales se denominaban Cat Flower Garden, y eran espacios donde a cambio de una tarifa por hora, los clientes podían pasar un rato con los gatos. Pronto se expandieron por Japón, donde adquirieron una gran fama, y comenzaron a llamarse Cat Cafés. Hasta 2012 no llegaron a Europa. El primero en abrir fue el Café Neko, en Viena, y el segundo fue Le Café Des Chats en París; poco a poco estos lugares han ido haciéndose más comunes. Actualmente ya se pueden visitar otros Cat Cafés en España. Además de Murcia, ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia ya cuentan con su espacio dedicado a la fusión de gatos y café.

Para acudir a este local no es necesario hacer una reserva, pero sí es recomendable si quieres evitar colas. El acceso requiere comprar una entrada de tres euros que incluye una bebida. Al contrario que en otros Cat Cafés, no existe un límite de tiempo para estar disfrutando de la compañía de estos animales.

Desde que La Gatera abrió sus puertas ha agotado el cupo de reservas durante varios días seguidos, y a pesar de las altas temperaturas de agosto, hay clientes que esperan en la calle a que se desaloje una mesa.