La Opinión de Murcia

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Medio ambiente

Los agricultores del Mar Menor se buscan la vida fuera de la Región para subsistir

Los productores del Campo de Cartagena arriendan tierras en zonas de Alicante y de Almería para poder seguir produciendo frutas y hortalizas tras la clausura de l5.000 hectáreas junto a la laguna salada

Cultivos en la Vega Baja de Alicante.

Fuera de las fronteras de la Región de Murcia para poder seguir cultivando. Es la situación a la que se enfrentan numerosos agricultores murcianos, que han tenido que salir a las comunidades limítrofes para alquilar terrenos y poder desarrollar su actividad hortofrutícola ante la imposibilidad de hacerlo en el Campo de Cartagena. Así lo ponen de manifiesto tanto la Asociación de Jóvenes Agricultores y Ganaderos (Asaja) en Murcia como la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) de la Región.

El cierre de 5.000 hectáreas agrícolas que impuso el Gobierno central en el entorno del Mar Menor tras acusar al sector de ser uno de los culpables del deterioro de la laguna por el vertido de pesticidas ha propiciado que muchos de estos agricultores afectados hayan tenido que salir a plantar y regar en terrenos de Alicante y de Almería para poder producir.

En el caso de Alicante, desde que comenzó el año varias empresas hortofrutícolas que hasta ahora trabajaban en la Región han ido adquiriendo bajo la fórmula del arrendamiento «miles de hectáreas» tanto en la cercana Vega Baja, como en el Medio Vinalopó y el Campo de Alicante.

Una situación que reafirma también el secretario general de UPA en Murcia, Marcos Alarcón, y que señala que muchas de las empresas también han alquilado terrenos en Villena, capital de la comarca del Alto Vinalopó.

El 90% de la superficie arrendada se destina al cultivo de hortalizas y también fruta de verano como el melón y la sandía, según apunta José Vicente Andreu, empresario hortofrutícola de la Vega Baja y presidente de Asaja en Alicante.

Por su parte, Manuel Martínez, presidente de Asaja de la comarca del Campo de Cartagena, calcula que por lo menos más de la mitad de los agricultores que estaban trabajando en la zona en la que se ha prohibido producir «se han tenido que ir fuera».

Asimismo lamenta que, a pesar de esta problemática, «las empresas seguían teniendo unos clientes que servir, unos compromisos de exportación que mantener y, si no los cubren por la nefasta gestión del agua en el Campo de Cartagena por parte de la CHS, tienen que hacerlo fuera».

Pero esta situación tampoco ha sido recibida con mucho agrado en Alicante, ya que el traslado de las empresas hortofrutícolas murcianas a su tierra conllevará un aumento en la presión y demanda por el agua.

«La sequía nos empieza a preocupar mucho. Es cierto que la situación es mucho peor en las cuencas del sur y oeste de España. La del Segura no está peor que otros años, lo cual no quiere decir que no sea preocupante. Aquí la situación siempre es preocupante. Si no tenemos un otoño lluvioso, y no es lo habitual, la situación para la próxima primavera será muy complicada y habrá restricciones», subraya el presidente alicantino de Asaja.

Martínez añade que «el secano durante este verano está siendo muy seco», por lo que «ha mermado la cosecha en una cantidad muy importante: «Lo único que mantiene la producción más o menos estable es el regadío. Si nos lo cargamos, ¿qué hacemos?».

«Ante la posible sequía que podamos sufrir, se debería haber previsto algún embalse o sistema de regulación para acumular agua ante periodos lluviosos. Ahora nos quejamos de que no hay suficiente agua almacenada», explica.

«Es muy importante plantearnos cómo puede ser que hace tres meses nos ahogamos, y ahora nos secamos. Hay un gravísimo problema de infraestructuras que el Gobierno no quiere acometer. Ante el cambio climático hacen falta más embalses e infraestructuras de aprovechamiento y regulación del agua, y muy importantes, hay que reutilizar más el agua depurada en España, tal como hacemos en Alicante y Murcia», señala también el presidente de Asaja en Alicante.

Y la situación todavía puede empeorar, ya sea cultivando en Murcia, Alicante o en cualquier otro territorio del sureste: «Si se recrudece la sequía, los compromisos que tienen los exportadores murcianos con Europa no se podrán cubrir. Eso no preocupa a nuestros gobernantes. ‘Cuando menos se produzca, mejor; menos se contamina y menos se daña el medio ambiente’... Son palabras que suenan muy bien, pero al final nuestro bolsillo va en detrimento y nuestra economía también», sostiene Martínez.

El avance imparable de la sequía en España y, en concreto, en la cuenca alta del Tajo, cabecera desde la que parte el trasvase Tajo-Segura, ha encendido todas la señales de alarma en el campo alicantino, donde la situación actual es de tranquilidad porque hay agua almacenada pero con un futuro más que complicado, sobre todo a final de año y principios de 2023, cuando si no hay agua no se plantará la cosecha de hortalizas de primavera y verano. La reserva de agua en los embalses de la cuenca del Segura ha caído siete hectómetros cúbicos en la última semana y queda al 40,4% de su capacidad con 460.

Restricciones para el agua

La prolongada ausencia de lluvias y las altas temperaturas están obligando a varias comunidades autónomas y ayuntamientos de toda España a imponer restricciones en el consumo de agua, especialmente en Galicia, Cataluña y Andalucía, mientras los pantanos se encuentran al 40,4% de su capacidad. Cortes de suministro nocturnos, cierre de duchas en las playas, y prohibición de regar, llenar piscinas y lavar coches son algunas de las medidas restrictivas puestas en marcha por los gobiernos autonómicos y municipales, y con las que buscan garantizar el abastecimiento de agua para el consumo humano.

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