El día de San Agustín marca el fin del ciclo del estudio de las cabañuelas, un periodo que abarca todo el mes de agosto y que, a través de los distintos fenómenos meteorológicos que acontecen, determinan el pronóstico del tiempo para todos los meses del año.

La fórmula para calcular las cabañuelas consiste en anotar los fenómenos ocurridos entre el 1 y el 24 de agosto. Así, las anotaciones del 1 y el 24 indicarán el tiempo previsto para agosto; el 2 y el 23, para septiembre; el 3 y el 22, para octubre; el 4 y el 21, para noviembre; el 5 y el 20 de agosto, para diciembre.

Para conocer, según este antiguo método, la previsión del tiempo de enero, habría que fijarse en los días 6 y 19 de agosto; en el 7 y el 18 para conocer febrero; el 8 y el 17 para marzo; el 9 y el 16 para abril; el 10 y el 15 para mayo; el 11 y el 14 para junio; y el 12 y el 12 de agosto se corresponderán con julio.

Así fue la previsión de las cabañuelas para el 2021/2022. ¿Ha acertado?

El 'cabañuelo de Mula', José Buitrago, estudió el verano pasado los fenómenos ocurridos entre el 1 y el 24 de agosto y vaticinó que el año 2021-2022 tendría "más de todo. Más lluvia, más nieve, viento y tormentas".

Según su pronóstico, se esperaban lluvias cada vez más intensas a lo largo del pasado septiembre. Para octubre previó viento y en su segunda semana tormentas para continuar con lluvias generosas.

De cara al mes de noviembre vaticinó lluvias, dispersas y débiles al principio para continuar a mediados de mes aumentando en cantidad y prolongación en el tiempo. Esperaba que fueran progresivas y generosas por el Noroeste y en la Vega Media.

En diciembre auguró que entrarían el frío y la nieve por encima de los 900 meros. Lluvias con tormentas a mediados y temperaturas muy bajas con heladas hacia final de año.

En enero esperaba que llegaran las nevadas incluso zonas muy bajas; mientras que en febrero preveía viento muy fuerte del norte, frío y severo. Algunas lloviznas de poca importancia al principio para ser más generosas en la segunda quincena.

Las cabañuelas del verano pasado presagiaban una primavera distinta, con lluvias muy fuertes con tormentas "que hace mucho tiempo no se veían, incluido el tamaño del granizo”, explicaba Buitrago.

De cara al verano, las cabañuelas predecían un verano normal con no más de dos olas de calor, con tormentas varias y con lluvias puntualmente fuertes o muy fuertes que podrían alcanzar de lleno a los municipios de Molina, Totana, Jumilla, Yecla, Caravaca, Calasparra y Cieza.

Para José Buitrago, “está escrito en el cielo todo lo que pasará en el suelo”. Afirma que los datos están ahí y que sólo hay que saber interpretarlos, “no todo el mundo estará de acuerdo y muchos piensen que esto no es más que aventurarse en algo que ha servido a nuestros antepasados que salvaguardaban sus cosechas con el estudio de las cabañuelas”.

En cualquier caso, el 'cabañuelo de Mula' ya está manos a la obra tomando buena nota de lo que ocurre a nivel climatológico para interpretar la previsión del tiempo según las cabañuelas.