Ecologistas en Acción ha denunciado la tala de árboles de gran porte, destrucción de vegetación protegida y afecciones a especies amenazadas en la finca La Naveta del Puerto, junto al Parque Regional Carrascoy-El Valle y zonas Red Natura 2000, según esta organización, "para favorecer intereses urbanísticos".

En concreto, desde el 10 de junio de 2022, en esta finca se ha procedido al arranque de algarrobos de gran porte y olivos centenarios, así mismo se están eliminando extensas zonas de matorral, afectando a especies protegidas como palmitos o enebros.

Ecologistas en Acción reclama al Ayuntamiento de Murcia todas las medidas necesarias, incluyendo la anulación del Plan Parcial aprobado por el Ayuntamiento cuando gobernaba el PP, para impedir la transformación urbanística de la Naveta y los efectos negativos que tendrá en su entorno, especialmente en el Parque Regional Carrascoy-El Valle y el LIC y ZEPA asociados.

La Finca de La Naveta, en el Puerto de la cadena, de más de 100 hectáreas, alberga un secano extensivo tradicional, así como áreas de vegetación silvestre de gran valor ambiental, con algarrobos y olivos de gran porte y una vegetación natural de matorrales termófilos, con especies protegidas como lentiscos, palmitos, enebros, acebuches y olmos, entre otras.

La Naveta es también muy importante para la conservación de la fauna, dada su proximidad a la Zona Especial de Protección de las Aves (ZEPA) de El Valle y Sierras de Altaona y Escalona, que incluye numerosas rapaces como búho real, águila perdicera, águila real, águila calzada o halcón peregrino, entre otras; además es una importante zona de distribución potencial descrita en el Plan de recuperación del Águila perdicera, contando así mismo con una amplia representación de otras muchas especies de fauna.

Uno de los árboles arrancados

Ecologistas en Acción-Región Murciana reclama al Ayuntamiento de Murcia y a la Comunidad Autónoma que den marcha atrás en la destrucción de la finca La Naveta del Puerto, adoptando todas las medidas necesarias para blindar dicha finca de cualquier uso urbanístico, empezando por la anulación del Plan Parcial aprobado en 2003 y restaurando la vegetación destruida, con el fin de evitar la destrucción por transformación urbanística de este valioso paraje natural, así como la progresiva degradación del Parque Regional Carrascoy-El Valle y el LIC y ZEPA asociados, debido a los grandes impactos indirectos que los proyectos urbanísticos ocasionan en amplias zonas de su entorno.