El Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (Scrats) ha lanzado la campaña ‘Agricultores de usar y tirar’, que busca «visibilizar las diferentes trabas que el sector agrícola español sufre para realizar su trabajo con dignidad». En este sentido, el Sindicato ha puesto en valor que este sector «ha demostrado ser esencial durante décadas en nuestro país y con más importancia si cabe durante la pandemia». «Pero los profesionales del campo español ahora han sido abandonados ante la ingente cantidad de problemas que les impide producir alimentos saludables con seguridad y dignidad. Tras pasar esos momentos de absoluta esencialidad, se han convertido en agricultores de usar y tirar», tal y como manifiesta el presidente del Scrats, Lucas Jiménez.

Unos problemas que todo el campo español sufre derivados de la subida de costes de materias primas y suministros. «Son situaciones que se producen a lo largo y ancho del país, cada zona con sus propias situaciones, pero todas ellas con problemas comunes», según el Scrats. «Porque el sentir común del sector agrícola español es el de ser ignorados, ninguneados, siendo los profesionales del ‘si te he visto no me acuerdo’», ha aseverado.

Falta de agua

Además, a estos problemas generales, al Levante español, se le suma el «sufrimiento de la escasez de agua», según el Scrats, que ha remarcado que Almería, Murcia y Alicante «son zonas de rica producción agrícola, donde se emplea a cerca de 107.000 personas».

Así, ha recordado que, desde hace 43 años, el Trasvase Tajo-Segura «proporciona los recursos hídricos necesarios para esta labor, una infraestructura que está siendo objeto, paulatinamente y sin criterio objetivo alguno, de reducción en sus envíos de agua por decisión del Ministerio para la Transición Ecológica».

«Una medida que se verá agravada caso de que prospere el aumento de caudales ecológicos en algunos tramos del río Tajo», según el Sindicato, que ha advertido que esta decisión no está, a su modo de ver, «circunscrita a estrictos criterios técnicos y que no solucionará los problemas medioambientales del río Tajo, que requieren de un conjunto de medidas entre las sobresale una correcta depuración de las aguas procedentes de las poblaciones de su entorno».

«De confirmarse esta decisión del Gobierno de España se estaría finiquitando la agricultura levantina. Un sector para el que el agua desalada -de escasa mineralización, cuya producción requiere una ingente cantidad de energía lo que la hace excesivamente cara- no es la solución alternativa al Trasvase«, apuntan desde el Scrats.