La violencia intrafamiliar está experimentando un aumento exponencial desde 2020 debido al conocido como síndrome del niño emperador o hijo tirano, según el secretario general del Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia, Javier Luis Parra. Parra, quien ha comparecido este miércoles ante la Comisión Especial para la Infancia y la Adolescencia de la Asamblea Regional de Murcia, ha detallado que la violencia de hijos contra padres creció un 14 % en 2020, casi un 20 % el pasado año y en el primer semestre de 2022 un 10 % que de mantenerse podría suponer cerrar el año en un aumento del 30 %, según los datos de uno de los juzgados de menores.

Ha apuntado que este incremento de la violencia intrafamiliar en la Región de Murcia no presenta «discriminacion por razón de sexo, segmento social o económico».

Ha calificado de «experiencia de éxito» el programa de convivencia desarrollado por la Consejería de Educación, con jornadas de convivencia de padres e hijos que «están funcionando bastante bien» y ayudando al juzgado de menores a la resolución de los conflictos.

En cuanto a la violencia de género entre menores, ha comentado que su crecimiento de 2021 respecto a 2020 «no es tan llamativo como el de la intrafamiliar», pero es mayoritaria la de chico hacia chica.

Ha precisado que por las características de este tipo de violencia «no se puede eludir siempre la acción del juzgado de menores».

Respecto a la violencia en los centros educativos, ha destacado que es menor que antes de 2007, año en el que se puso en marcha el proyecto de juez de paz educativo, aunque ha alertado del «daño horrible que están haciendo los teléfonos móviles», porque «no hay una educación en el uso no ya por parte del niño, sino a veces también en la cultura del profesorado».

Asociación Libertas

Por su parte, el presidente de la Asociación Libertas, Francisco Martínez Peñaranda, se ha quejado porque la presidencia de la comisión le ha llamado la atención tres veces porque faltaba al respeto u ofendía a los diputados, y le ha pedido que se disculpara: «Ha sido muy desafortunada esta falta de libertad de expresión», ha dicho el compareciente.

Según ha relatado, su «pecado» ha sido decir que, a su parecer, las leyes de igualdad y sobre el colectivo LGTBI que se han promulgado en la Asamblea «son un mal».

«Me parece muy injusto que no pueda ir a una comisión a decir lo que pienso. ¿Eso es ofender?, ¿no se puede criticar? Esa es la tragedia del derecho positivo», ha apostillado.

Ha recordado que en EE.UU «estuvo vigente hasta mediados del siglo XX la ley de discriminación racial, que había se aprobado democráticamente. ¿Era un bien? No, era un mal, porque no emanaba del derecho natural, que dice que todos somos iguales por el hecho de ser personas. Era una ley injusta y era un mal».

Ha argumentado que como padre tiene derecho a defender a sus hijos, «porque la familia es anterior al Estado», y se ha preguntado: «¿Tengo yo derecho a educar a los hijos de los demás según mis ideas? No, ¿verdad?, pero algunos colectivos parece ser que sí tienen derecho».

También ha criticado el «adoctrinamiento a niños en colegios», donde les «fabrican problemas que no existían y ahora están dándose cuenta en muchos países y rectificando estas leyes», como en el Reino Unido o varios nórdicos, ha comentado.