Ocho de cada diez personas en riesgo de exclusión social ya la sufrían siendo niños, un fenómeno conocido como transmisión intergeneracional de la pobreza, que se puso de manifiesto este jueves durante las comparecencias ante la Comisión especial de la Infancia y la Adolescencia en la Asamblea Regional.

La presidenta de la Red Española de Lucha contra la Pobreza en la Región, Rosa Cano, dejó claro que «no hay niños pobres en familias que no lo son» y llamó la atención sobre el mayor impacto que la pandemia ha tenido en la Región en ese colectivo, un 33,8 % de la población murciana, más de cuatro puntos más que antes del covid, por encima de la media española, del 27%, 8 décimas más que antes de la llegada del coronavirus.

Explicó que de las 50 medidas del segundo pacto regional contra la pobreza suscrito en 2019, 44 están en marcha, pero con un grado de ejecución bajo: «Es más lo que queda por hacer que lo que se ha hecho».

Pidió a los grupos políticos que elaboren una estrategia de lucha contra la pobreza y la exclusión que recoja las medidas del pacto pero «concretando con claridad el presupuesto y los plazos».

La presidenta de la Red Española de Lucha contra la Pobreza en la Región, Rosa Cano. A.R.

En la actualidad, se considera que existe riesgo de pobreza cuando en una familia de dos adultos y dos niños menores de 14 años los ingresos mensuales son inferiores a 1.669 euros y se habla de pobreza severa cuando no llega a 1.112.

Hay riesgo de pobreza cuando en una familia de dos adultos y dos niños los ingresos son inferiores a 1.669 euros

El secretario general de Cáritas en la Región, Juan Antonio Illán, incidió en las dos brechas que ha dejado la pandemia: que hasta los 18 años el porcentaje de exclusión social es del 42%, frente 25,4 % de la media de la población de todas las edades, y que las situaciones de pobreza se multiplican por dos cuando en los hogares hay niños, en el caso murciano, en la mitad de aquellos en los que viven dos o más menores.

8 de cada 10 adultos pobres lo fueron siendo niños, lo que pone de manifiesto que «es muy difícil romper las ataduras y lograr la inclusión», comentó.

Subrayó la importancia de seguir trabajando en la situación socioeducativa, rompiendo las desventajas que tienen las familias y ayudándolas a encontrar un empleo con unos ingresos que les garanticen afrontar con suficiencia el día a día.

Otras medidas serían, según Illán, reforzar las becas de comedor, acabar con la brecha digital y destinar más recursos de apoyo a la infancia con el objetivo de «romper el fenómeno de transmisión de la pobreza intergeneracional».

El secretario general de Cáritas en la Región, Juan Antonio Illán. A.R.

La diputada socialista Toñi Abenza criticó que Murcia sea la comunidad que menos invierte en servicios sociales y defendió la necesidad de un contrato social para combatir la pobreza y exclusión, y una ley autonómica de renta básica que complemente el ingreso mínimo vital del Gobierno central.

Francisco José Carrera, diputado expulsado de Vox, reconoció su sorpresa por que el 60% de la familias en exclusión no estén recibiendo ayudas de ninguna administración y opinó que ha de considerarse «un fracaso» la elevada transmisión intergeneracional de la pobreza, así como que tener hijos sea un factor de riesgo para padecerla y que cuantos más sean, más severa será.

Desde el PP, Maruja Pelegrín recalcó que «la nueva Ley de Servicios Sociales del Gobierno regional va a crear derechos subjetivos» y destacó algunas nuevas medidas anunciadas por este, como el cheque guardería y seis nuevos comedores escolares el próximo curso.