La prestigiosa revista Science ha recogido un estudio del investigador Francisco José Roca de la Universidad de Murcia (UMU) y del Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria (IMIB) que junto a investigadores de la Universidad de Cambridge ha identificado un proceso mitocondrial que agrava la tuberculosis. 

«Mi sueño era descubrir los mecanismos moleculares de estos efectos beneficiosos, sin embargo, he dedicado los últimos doce años de mi vida a estudiar cómo el mismo Factor de Necrosis Tumoral, cuando es producido en exceso, se convierte en perjudicial y aumenta la severidad de la tuberculosis», confiesa el investigador.

El Factor de Necrosis Tumoral (TNF) es una proteína inflamatoria producida por glóbulos blancos y beneficiosa para el control de muchas infecciones, pero puede pasar de ser protectora a ser perjudicial en la tuberculosis. El exceso de TNF mata de forma prematura a los macrófagos, los glóbulos blancos que actúan como soldados eliminando microorganismos patógenos que protegen de las infecciones, lo que produce un descontrol en el crecimiento de las bacterias e implica un aumento de la severidad de la infección y del riesgo para el paciente.

La investigación se basa en el papel nocivo que tiene en la tuberculosis el TNF y en la búsqueda de tratamientos alternativos para el paciente. Estos se combinarán con antibióticos que ataquen procesos en la bacteria con el objetivo de acortar el tiempo de tratamiento, cuya duración en la actualidad es de mínimo seis meses.

En el pez cebra

Los trabajos de investigación se han desarrollado en larvas de pez cebra infectadas con Mycobacterium marinum, una bacteria que genéticamente está relacionada con la bacteria causante de la tuberculosis humana. Esto permite tener un modelo de estudio de la tuberculosis en el que el huésped, el pez cebra, pueda ser manipulado genética y farmacológicamente en el laboratorio. Al ser larvas transparentes «permiten observar procesos biológicos que están ocurriendo en tiempo real y en animales vivos bajo diversas condiciones experimentales, y estudiar cómo estas manipulaciones impactan en la infección», detalla el investigador. 

Los resultados de este estudio determinan procesos nocivos en el huésped, que podrían ser eliminados con fármacos que ya han sido usados en clínica para tratar otras enfermedades, y que podrían incrementar la batería de fármacos para combatir la tuberculosis. Roca, que ha sido investigador senior en el laboratorio liderado por Lalita Ramakrishnan, un laboratorio de referencia a nivel mundial en el campo de la tuberculosis, asegura que este estudio «abre las puertas a otros campos clínicos, ya que el TNF está relacionado con otras enfermedades inflamatorias que podrían compartir aspectos comunes con su papel nocivo descubierto en tuberculosis».