La salud mental tras la pandemia ha empeorado y en el ámbito educativo no son solo los alumnos quienes sufren las consecuencias. El pasado año, problemas como el estrés, ansiedad o la depresión causaron más de 4.000 bajas entre el profesorado de la Región de Murcia, una cifra que ha tenido un crecimiento importante desde 2019, cuando las ausencias del profesorado se reducían a 2.699. Estas bajas fueron cursadas en 2021 para un total de 706 profesores.
En solo dos años, los problemas psiquiátricos o psicológicos han pasado de ser la segunda causa de peticiones de baja laboral a ser la primera, según datos del Servicio de Prevención de Riegos Laborales de la Consejería de Educación. Tras las enfermedades psiquiátricas, los datos reflejan que solo tres tipos de bajas por dolencias sobrepasan las mil el pasado año: reumatología (3.778), traumatología (2.044) y obstetricia (1.797).
Los problemas de salud mental generaron una baja médica con una duración media de 14,43 días. Además, esta sintomatología pesó más en el cuerpo de docentes maestros, con un número total de bajas de 2,472, seguida de los profesores de instituto con 1.289 y de Formación Profesional con 162. Los datos de la Consejería reflejan solo la situación de 15.528 profesores funcionarios, sin contar con los interinos que trabajan, por lo que el número de bajas y afectados será mayor.
¿Cómo está la salud mental de los profesores en la Región de Murcia?
Ha ocurrido lo que intuíamos. Dentro del colectivo docente ha aumentado los problemas psicológicos y muestran ansiedad, sintomatología depresiva, problemas en la alimentación, insomnio, desesperanza, anhedonia... Con la pandemia se han acentuado estos problemas pero este colectivo, por las propias características que tiene, el estrés que sufre viene de antes de la covid; después, estas fuentes de estrés se han incrementado.
¿Con qué casos concretos se encuentran? ¿Cuáles son esas fuentes de estrés?
Hay problemas en las interacciones con el alumnado, problemas en las relaciones con las propias familias... Esto no es la tónica general pero son casos que perturban mucho la salud psicológica del profesorado. Aunque es una profesión muy vocacional, precisamente por eso la conciliación de la vida familiar y laboral ha sido muy difícil. Nos comentan casos de profesores que responden a tutorías de los alumnos a las 00.00 horas de un viernes. Aunque hayamos vuelto a una relativa normalidad, no se ha terminado de ajustar todo. Los profesores han aplicado un sobreesfuerzo en el proceso de digitalización de sus clases, que supuso adaptarse de la noche a la mañana.
Los sindicatos denuncian que cada años los profesores asumen más carga y más funciones.
Tienen un gran peso sobre sus hombros. Cualquier fenómeno nuevo que haya que combatir, trabajar o intervenir se le achaca a los profesores, como por ejemplo los casos de ideación o tentativa de suicidios entre los alumnos, que ha aumentado drásticamente. El sistema educativo trata de poner remedio con los recursos y la estructura que tiene. La guía escolar que elaboró la Consejería es un paso adelante pero ha repercutido en las funciones del profesorado, más la carga que ya tenían.
¿Carecen de herramientas para afrontar estas situaciones complejas con los alumnos?
Para detectar una depresión o tentativa de suicidio hacen falta una formación previa y unas competencias profesionales que no se han desarrollado. Falta introducir psicólogos formados en los colegios para evitar que enfermedades como la depresión no se cronifiquen. Hay que invertir en aspectos preventivos en las aulas. Desde el Colegio de Psicología hemos propuesto unidades de psicología en los centros a la Consejería y están valorando la propuesta.
