José María Vera llegó a la Dirección Ejecutiva de Unicef España a finales de noviembre de 2021 y ayer estuvo en Murcia para visitar al equipo técnico y al voluntariado del comité de esta organización internacional tiene en la capital. La agenda de su jornada fue apretada e incluyó contactos con los medios de comunicación, un encuentro con varias directoras generales de la Consejería de Familias y Política Social y con la Federación de Municipios, entre otras reuniones.
Llegó a la Dirección de Unicef a finales de noviembre y ahora está visitando las distintos comités que tienen España.
Sí, para conocer a los equipos, a las personas, al voluntariado, todos ellos, debo decir, con una calidad humana extraordinaria y con fuertes compromisos. Unicef tiene una combinación que es especialmente rica, porque es una organización global, que tiene presencia en todos los países y en todas las crisis humanitarias, incluido aquellos países que viven una situación límite, donde las cámaras están y donde no están. Y al mismo tiempo en España tiene un enraizamiento profundo en cada una de las autonomías y en muchas ciudades.
¿Cómo valora su reunión en la Consejería de Familia?
Lo que yo detecto es un compromiso genuino, intenso, que se tiene un conocimiento cercano de lo que ocurre a nivel internacional, y por supuesto a nivel local, pero claro, hay también unos desafíos que hay que cumplir, y creo que esa voluntad política todavía tiene por delante un largo recorrido para que realmente se puedan afrontar con garantías esos retos que la infancia tiene, en Murcia y en el mundo, tanto en el ámbito legislativo como en el presupuestario.
Los últimos datos sobre niveles de pobreza infantil en España y en la Región no son muy halagüeños.
Se acaba de publicar la nueva Encuesta de Condiciones de Vida del INE. Los datos en toda España, y Murcia no es una excepción, son muy malos. Somos el cuarto o quinto país con la peor tasa AROPE (riesgo de pobreza, personas con carencias material y social severa, o con baja intensidad en el empleo). Creo que nadie en Murcia debería aceptar esa situación. Somos conscientes, pero todavía no vemos esa determinación de urgencia de hacer cambios legislativos y presupuestarios.
La salud mental y los riesgos digitales aparecen como nuevos desafíos en el horizonte.
Sin duda, son las nuevas prioridades que hemos asumido. Con respecto a los medios digitales hicimos un informe a partir de una encuesta a 50.000 niños y niñas y adolescentes (entre ellos, 5.000 murcianos) y extrajimos datos sobrecogedores sobre lo que ocurre y sobre lo que perciben sobre el riesgo, al discriminación, el acoso, la falta de protección, de los contactos que puedan tener con gente que no conocen. Aquí trabajamos en un triple ángulo: la brecha digital (es esencial que todos tengan un acceso equitativo y con calidad a los dispositivos), la protección de datos, la privacidad, y por último el trabajo que se hace con las madres y los padres, la importancia de conocer e interactuar con estos dispositivos.
¿Y la salud mental?
Aquí también tenemos nuestro informes y percibimos que aumentan los casos de trastornos de salud mental, y una fragilidad en la detección, la prevención y la atención y es probablemente la mayor brecha que existe entre lo que se necesitaría y lo que el sistema de salud, el educativo y la sociedad está preparada para poder aportar.
