Una de las grandes víctimas de las elecciones andaluzas es Cs. La formación naranja, que fue parte del gobierno de la Junta en la última legislatura, perdió ayer los 21 diputados que les llevaron a gestionar cinco consejerías y a su líder, Juan Marín, a ser vicepresidente de Andalucía. Así, Cs se llevó el 3,29% de los votos, lo que supone 540.000 votos menos que en 2018.

Ante esta situación, María José Ros, coordinadora de la formación en la Región de Murcia, considera que "gestionar con éxito las consejerías más complicadas en plena pandemia y crisis económica no ha sido suficiente para convencer al electorado andaluz". "Esto no es justo -continúa-, pues no se premia a quién ha hecho bien los deberes y ha cumplido sus compromisos, pero hay que aceptar los resultados en Andalucía porque el pueblo no se equivoca, realizar una reflexión interna, tranquila y profunda, hacer autocrítica y tomar decisiones al respecto. Hemos gobernado bien en Madrid, Castilla y León y Andalucía, pero no ha sido suficiente".

Ros llama a realizar un análisis profundo: "Seguiremos trabajando día a día para hacer ver que en la Región de Murcia se necesita también un cambio, nuestro objetivo es llevar las políticas liberales al gobierno de la Región de Murcia, porque sabemos que funcionan, que mejoran la vida de los ciudadanos y así se ve en los municipios en los que gobernamos, y con esfuerzo, tesón, escuchando a la afiliación y afrontando los cambios necesarios con valentía podemos conseguirlo".

"Tomar decisiones"

En términos parecidos, aunque más tajante, se ha expresado esta mañana la diputada regional Ana Martínez Vidal: "Considero que la refundación es necesaria para que la opción de centro, liberal y regeneracionista que es Ciudadanos sobreviva y vuelva a contar con la confianza de los ciudadanos. Debemos hacer autocrítica, aunque resulte doloroso. Es la única opción que nos queda como partido. Yo creo en este proyecto. Si Ciudadanos desaparece completamente del panorama político, será negativo para el conjunto de la sociedad".