La Opinión de Murcia

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Agricultura

El cítrico turco inunda el mercado europeo por la guerra y amenaza la oferta de la Región de Murcia

La fruta de Marruecos, Egipto o Sudamérica dejará sin terreno comercial al producto murciano a partir de septiembre, con las nuevas campañas

Limoneros en plena producción en la huerta de Murcia. L.O.

Las futuras exportaciones de limones de la Región de Murcia tienen ahora una amenaza que se expande por los mercados europeos. La comercialización de estos cítricos locales se ha visto amenazada como consecuencia de la guerra de Ucrania. La situación internacional y el sistema de bloqueos comerciales, y la inseguridad de la zona del Mar Negro (principal vía de llegada de mercancías a Rusia procedentes de países ribereños del Mediterráneo oriental) puede tener un efecto directo para futuras campañas, como por ejemplo la del limón de la variedad ‘primofiori’ que comienza en septiembre.

Sin entrada al comercio ruso, tradicionalmente gran consumidor de fruta, miles de toneladas de cítricos de Marruecos, Egipto o Turquía han inundado los mercados europeos dejando a un lado naranjas y limones de origen España que han de repercutir en sus precios mayores costes de producción. «A medio-corto plazo estamos viendo cómo perdemos la posición en los mercados europeos», advierte Juan de Dios Hernández, miembro de la Junta Directiva de Asaja Murcia y director gerente de Export-Import Diali, «a estos países les dejan las puertas abiertas».

"No podemos competir en precios con estos países. Nuestra producción chocará con la de ellos", advierte Asaja

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La cosecha de limón verna se da prácticamente por terminada en la comunidad y su venta no ha ido mal. «Los precios han sido aceptables; los agricultores han podido obtener una rentabilidad pero también porque la producción ha sido escasa. Ahora, todo esto se ha dado en un contexto en el que no habían llegado todavía los cítricos de estos países». La variedad verna se ha comprado en origen a más de 0,50 euros por kilo, un precio bueno que podría verse afectado para futuras campañas.

«No podemos competir en precios con estos países», subraya el exportador, «nuestra producción chocará con la de ellos, por lo que hundirá la oferta». El problema está en que el mercado europeo no es capaz de asumir tanto tonelaje de cítricos, por lo que acaba perdiendo quienes van a vender con un coste de producción superior al de terceros países.

El ruso es un mercado más pequeño que el europeo pero es un gran consumidor de fruta

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Antes de la invasión rusa de Ucrania, Rusia se abastecía de la producción de Marruecos, Egipto y Turquía. Este país respondió a las sanciones de la Unión Europea con el veto a las importaciones de prácticamente todo tipo de frutas. Los tres países habían acaparado ya el mercado tras la ocupación de Rusia de Crimea en 2014. En ese momento España, que llegó a ser el principal exportador de mandarina a Rusia, lo perdió por completo. El ruso es un mercado más pequeño que el Europeo pero es un gran consumidor de fruta, sobre todo para zumo en invierno. Hernández apunta que la Región ha perdido con los sucesivos bloqueos y el conflicto bélico un mercado de 300 millones de personas entre Rusia, Bielorrusia y Ucrania.

«Nos preocupa el mes de septiembre. Cuando comencemos con la campaña de nuevo tendremos los mercados europeos llenos de limón de Argentina, Turquía, Sudáfrica e incluso en los puertos hay contenedores de otros países que también producen». Asaja ve en la situación política y la influencia norteamericana sobre esos tres países como determinante para que se le haya abierto el mercado de importaciones de cítricos a estos países.

Asaja denuncia la falta de controles en las exportaciones de terceros países

La batalla de los controles fitosanitarios en el mercado europeo es una de las guerras más importantes que libran las organizaciones agrarias. El buen posicionamiento con el que cuentan los productos del sur de América o de África en Europa viene motivado por el bajo coste de producción, que enlaza con la falta de controles de calidad. Asaja viene denunciando esta situación y señalan que el Consejo Europeo no termina de actuar con contundencia. La presión de países comunitarios del norte del continente para que no se apliquen barreras a estos productos llegados de terceros países termina por hacer fracasar cualquier intento de ser más estrictos. La última victoria llegó a finales de mayo con la obligación de tratar en frío cualquier alimento exportado de estos territorios a Europa para evitar la entrada de plagas como la ‘mancha negra’.

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