Como era de esperar, la Proposición de Ley de Residencias de Podemos no salió ayer adelante en la Asamblea Regional. No obstante, para la portavoz del partido morado, María Marín, sí sirvió para que todos los diputados se retratasen votando en contra. «Con una moción, hubieran votado a favor para luego guardarla en un cajón». Tras el debate, el Partido Popular, Vox y expulsados rechazaron la proposición, que sí contó con el visto bueno del Partido Socialista (24 votos en contra, 19 a favor y una abstención).

Más allá del resultado, lo más llamativo de la sesión plenaria fue el rifirrafe entre la vicepresidenta del Gobierno regional y consejera de Mujer, Igualdad, LGTBI, Familias y Política Social, Isabel Franco, con María Marín, justo después de que la Ley de Residencias de Podemos fuera tumbada por la cámara murciana.

Franco pidió el uso de la palabra para decir que le «resulta doloroso» que Podemos haya traído a la Asamblea un debate sobre las residencias «solo pensando en sacar beneficio político», añadiendo que había echado de menos de la diputada de Podemos no se haya puesto un Equipo de Protección Individual (EPI) durante su turno en el atril «para hacer su espectáculo habitual» —en otras ocasiones se ha visto a la dirigente morada llevando al atril un caso de bomberos, una bandera arcoíris o, incluso, un bote con peces muertos del Mar Menor—.

Además, Franco señaló que «el kilo de sandía está hoy a tres euros», exigiendo así al PSOE y Podemos que «si quieren apoyar a los mayores, bajen la inflación, la luz y el combustible».

Marín no se quedó callada y pidió también el uso de la palabra por alusiones: «Lo que resulta doloroso para esta Región y su ciudadanía es tener una consejera de Política Social tránsfuga e indigna de esta cámara a la que le importa tan poco la gente que ni acude a escuchar los debates de leyes tan importantes como la que traíamos hoy a la tribuna».

Mientras Marín respondía a Franco, el presidente de Asamblea, Alberto Castillo, recriminaba a la dirigente de Podemos que lanzara «ataques directos» contra su compañera de Grupo Parlamentario.

Para el PP, «no tiene sentido» legislar la misma materia que está negociando el Estado con las comunidades

La propuesta

Con la propuesta de Podemos, según explicó Marín, se hubiese reducido «inmediatamente» el número de pacientes por especialista en las residencias de mayores, introduciendo por primera vez ratios específicas para cada categoría profesional.

Además, garantizaba la atención sanitaria las 24 horas al día, de forma que siempre hubiese habido en las residencias «al menos un médico y 2 enfermeras por cada 100 ancianos. La propuesta también incluía la democratización de las residencias a través de la creación de Consejos de Representantes «en los que residentes y familiares también tendrían voz propia en la gestión de estos centros».

El último de los ejes de esta ley era la construcción paulatina de nuevas residencias, preferiblemente públicas, hasta alcanzar la ratio recomendada por la Organización Mundial de la Salud de cinco plazas por cada cien personas mayores.

La diputada socialista Toñi Abenza recordó que el PSOE de la Región «lleva mucho tiempo defendiendo la necesidad de poner en marcha una transición hacia un nuevo modelo basado en microresidencias o pequeñas unidades de convivencia, en el que las personas reciban una atención personalizada».

"Informe demoledor"

El diputado del PP Miguel Ángel Miralles esgrimió el «informe demoledor» de los Servicios Jurídicos de la Asamblea sobre esta proposición de ley para explicar que «no tiene sentido» legislar en la Región la misma materia que está negociando el Estado con las comunidades, precisamente a iniciativa de la ministra de Podemos.