El tráfico, las colas, el agobio y las gotas de sudor. Casi 7.500 estudiantes comenzaron ayer por la mañana las pruebas de acceso a la universidad (EBAU) con la fase general, unas pruebas que estuvieron repartidas en una docena de sedes de siete municipios. Son las pruebas de la vuelta a la normalidad, del fin de gran parte de las restricciones que se venían implantando en los dos últimos cursos para lograr unas pruebas lo más seguras posibles por la pandemia. No hay distancia entre alumnos en las clases pero sí ventanas abiertas.
A las puertas del Aulario Norte del campus de Espinardo, decenas de alumnos esperaban a ser recogidos para llegar hasta las aulas donde serían examinados de Lengua Castellana y Literatura. Marta y su amiga Mónica esperaban ansiosas a empezar con unas pruebas que seguirán hasta el próximo miércoles. «Este curso hemos agradecido volver a dar clases presenciales, sin la distancia que supone aprender con un ordenador», comentan ambas.
En un grupo de amigos del Instituto Floridablanca de Murcia, este debate estaba vivo: mientras unos decían no haber notado cambios, otros señalaban que la semipresencialidad en 1º de Bachiller y las sucesivas bajas covid de profesores y compañeros han mermado algo la enseñanza estos dos años.
Adrián espera también a ser llamado: «Las últimas 24 horas han sido las peores de mi vida pero ya solo estoy pensando en las vacaciones». Horas más tarde, Carlos, a la salida del examen de Historia de España en el aulario Giner de los Ríos, lloraba desconsolado tras un examen «horroroso» que rebajará su media académica y le dejará sin opciones de entrar a Telecomunicación.
Pese a este hecho, que se podía calificar de puntual, Historia fue más fácil que Lengua Castellana y Literatura. ‘La generación del 98’, ‘La poesía española a partir de 1936’ y ‘El teatro español a partir de 1036’ fueron los temas de Literatura que pudieron responder los alumnos este lunes en la primera prueba.
Para el comentario de texto de Lengua Castellana, la opción más elegida fue un artículo de opinión publicado en El País que hace referencia a Ibai Llanos, las redes sociales Twitch y Twitter y las diferencias entre las generaciones ‘boomer’ o ‘millennial’. Un texto que reflexionaba sobre cómo las nuevas tecnologías han modificado el lenguaje entre las generaciones más jóvenes y la falta de diálogo e intercambio de experiencias con las más adultas.
El segundo comentario de texto es una editorial del mismo periódico de marzo de este año sobre la crisis de refugiados a raíz de la guerra en Ucrania y los errores que debe rectificar la Unión Europea a la hora de gestionar esta debacle humanitaria con respecto a la vivida en 2015. Por la tarde era el turno para el examen de Inglés u otros idiomas con Francés, Alemán o Italiano.
«Nos ha faltado un par de minutos más para cerrar los temas de desarrollo y revisar el examen», comentan cuatro estudiantes del Licenciado Francisco Cascales de Murcia, un centro a cuyos profesores agradecen el trabajo que han relizado con ellos este último año y lo bien preparados que iban para afrontar partes complejas como la sintaxis o el análisis de texto.
A la espera de la nueva Selectividad
Esta EBAU mantiene el modelo flexible con el que se lleva examinando a los alumnos de Bachillerato los últimos dos cursos. Un abanico amplio de preguntas alejado de la estructura de solo dos opciones. Es un modelo adaptado por los inconvenientes de la enseñanza online y semipresencial. Con este tipo de exámenes se evaluarán a los alumnos hasta 2024, momento en el que el Ministerio de Educación impulse unas nuevas pruebas de acceso a la universidad en base a los nuevos currículos de Bachillerato y Secundaria por la Lomloe: nuevas metodologías de enseñanza priorizando el aprendizaje basado en los contenidos.
Por tanto, estas pruebas serán las penúltimas hasta el esperado cambio, para el que empezarán a prepararse a partir de septiembre los alumnos de 1º de Bachillerato con el nuevo currículo de contenidos. Ese futuro modelo sigue en el aire, por lo que los estudiantes comenzarán su última etapa escolar sin pistas sobre la nueva EBAU. El acuerdo se plantea difícil por los cambios que lleva a cabo cada comunidad en esas enseñanzas mínimas, ya que regiones como Murcia han modificado el currículo de asignaturas como Historia de España al estar en desacuerdo con los planteamientos del Ministerio.
El director general de Universidades, Christian de la Fe Rodríguez, ve posible llegar a un acuerdo común entre las autonomías para que al menos una parte de esos futuros exámenes tengan una estructura común, como venían demandando algunas comunidades. De la Fe espera avances en las conferencias entre comunidades y Gobierno central, para al menos establecer unas líneas de base, aunque remarca que esperará a que primero se pronuncie el Ministerio sobre sus intenciones antes de que lo haga el Gobierno regional.
Romanización
Al hilo del currículo de Bachiller, el examen de Historia preguntó ayer por la Romanización, una etapa que como tal no está mencionada en el decreto de enseñanzas mínimas de esta etapa educativa, y que la Consejería de Educación ha incluido. La otra opción en esa primera parte del examen era el Reformismo Borbónico en el Siglo XVIII con la posibilidad de completar otras cinco frases propuesta para medio punto. En los temas para desarrollar cayeron el Sexenio Revolucionario y el Estado Franquista.
Regina, Marta y María, del Colegio Jesús María, salieron contentas del examen y constataron que la prueba resultó más asequible de lo esperado, un impulso al ánimo para lograr acceder a sus carreras soñadas: Periodismo, Enfermería y Magisterio respectivamente.
La UMU espera una gran demanda
Con un pico de alumnos presentados a la EBAU este año, la vicerrectora de Estudios de la Universidad de Murcia, Sonia Madrid, destaca el aumento en los alumnos que se presentan a la parte específica para subir nota. Del total de 8.452 matriculaciones de estudiantes registradas, 7.428 concurren a la fase general y 1.024 harán solo la fase voluntaria de materias de especialidad (la mitad para mejorar su anterior calificación).
La UMU estrena el próximo curso tres grados nuevos, entre ellos el grado en Ciencia e Ingeniería de Datos que compartirá enseñanza con la Universidad Politécnica de Cartagena. Esta formación técnica tiene como base las matemáticas y la informática, cualificaciones demandas en el mercado laboral, por lo que se espera una alta demanda. También con los otros dos títulos, uno de ellos en Lorca con Terapia Ocupacional y otro bilingüe, el de Estudios de Comunicación y Medios.
La UPCT estrenó el pasado curso el grado de Ingeniería Biomédica con mucho éxito, ya que dejó la nota de corte 12,867, la más alta de todas las titulaciones de la Politécnica. Este año también esperan demanda para el grado conjunto en Ingeniería de Datos.
