Si algo positivo trajo la pandemia de coronavirus es que el consumo de tabaco descendió drásticamente. Menos reuniones sociales, la prohibición de fumar en terrazas, el miedo a enfermar... Todo contribuyó a que los fumadores dejaran el hábito y a que muy pocas personas se engancharan a él.
Sin embargo, con la vuelta a la normalidad tras la pandemia, lamentablemente también se están recuperando las cifras de consumo de tabaco.
En los cuatro primeros meses del año los murcianos han comprado 22,9 millones de cajetillas de tabaco, según los datos del Ministerio de Hacienda. Esto supone un aumento respecto a las ventas que se registraron de enero a abril de 2021, cuando se contabilizaron 22,4 millones de cajetillas vendidas. Pero frente al aumento en la demanda de cajetillas se ha registrado un descenso en la venta de tabaco de liar, al pasarse de 55.340 kilos en los cuatro primeros meses del año 2021 a 54.347 kilos de enero a abril de 2022, lo que supone casi mil kilos menos.
El consumo de tabaco se redujo de forma espectacular el año de la pandemia y el confinamiento y frente a los 76,4 millones de cajetillas que se vendieron en la Región de Murcia en todo el ejercicio 2019, en el año 2020 se pasó a un total de 72,3 millones, lo que representa un descenso de casi un 7 por ciento.
El consumo de tabaco se redujo un 15,4 por ciento durante los primeros meses de covid, según el SMS
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tabaco es la principal causa evitable de enfermedad, invalidez y muerte prematura en el mundo. En España cada año mueren más de 50.000 personas debido al consumo de tabaco, más que por accidentes de tráfico y el consumo de drogas ilegales juntos.
El último informe sobre el consumo de tabaco en la Región de Murcia, publicado esta semana por la Consejería de Salud con motivo de la celebración del Día contra el Tabaco, señala que la prevalencia de consumo de tabaco diario en la Región de Murcia en población mayor de 15 años se sitúa en un 23,6 por ciento, por encima de la media nacional, que es del 19,8 por ciento.
La Región de Murcia participó en el estudio ‘Tabaco, otras formas de consumo y confinamiento’ junto al Gobierno de La Rioja, el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) y el Ministerio de Sanidad, que se llevó a cabo entre el 4 y el 22 de mayo de 2020 para analizar el impacto del confinamiento en el consumo de tabaco.
Los resultados muestran que un 6,9 por ciento de las personas que participaron indicaron haber reducido su consumo de tabaco y un 8,5 por ciento confirmaron que dejaron de fumar, de manera que el consumo se redujo en un 15,4 por ciento de los participantes. Estos datos son similares a los identificados a nivel nacional (15,7 por ciento), donde el 10,2 por ciento dejó de fumar y un 5,4 por ciento redujo el consumo.
CIFRAS
23,6 %
De los ciudadanos de la Región es fumador
La prevalencia del consumo de tabaco diario en la Región en mayores de 15 años se sitúa en un 23,6 por ciento, superando la media nacional del 19,8 por ciento.
22,9 Mill
Cajetillas de tabaco vendidas en la Región entre enero y abril de 2022
En los cuatro primeros meses del año los ciudadanos de la Región han comprado 22,9 millones de cajetillas de tabaco, frente a las 22,4 millones del mismo periodo de 2021.
66,4 %
Reducción de la exposición al humo entre no fumadores
Un 66,4 por ciento de la población no fumadora que previamente al confinamiento estaba expuesta al humo, indicó que en este periodo no había estado expuesta.
Además, un 66,4 por ciento de la población no fumadora que previamente al confinamiento estaba expuesta al humo de tabaco, indicó que en este periodo no había estado expuesta, dato ligeramente superior al identificado a nivel nacional (60,7 por ciento).
El doctor Juan Carlos Vera, neumólogo del Hospital Morales Meseguer de Murcia y encargado de la sección de Tabaco en Somupar (Sociedad Murciana de Patología Respiratoria), confirma que «durante el confinamiento hubo muchos intentos de abandono, empujados también por el miedo a que se complicaran enfermedades o el propio coronavirus». Pero pasado un tiempo muchos no lo han conseguido y otros tantos han tenido recaídas que les han llevado a consumir incluso más que antes de la pandemia.
En el Morales Meseguer cuentan con una consulta de Deshabituación Tabáquica desde 2006, consulta que está atendida por los doctores Vera y Luisa María Paz y la enfermera Encarna Pardo. Para que el equipo fuera completo necesitarían un psicólogo, pero «los recursos que hay no nos lo permiten, por lo que intentamos suplirlo formándonos nosotros mismos», reconoce el especialista.
Los pacientes que llegan a Deshabituación Tabáquica son derivados de Neumología porque tienen enfermedades previas y una predisposición a dejar el tabaco. Principalmente, se trata de usuarios con enfermedades coronarias o EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica).
El especialista del Morales Meseguer insiste en la importancia de dejar de fumar, ya que este hábito aumenta el riesgo de sufrir cáncer de pulmón, EPOC o cardiopatía isquémica, que son las enfermedades más prevalentes asociadas al consumo de tabaco.
Sin Champix
El tratamiento Champix para dejar de fumar fue retirado del mercado el pasado año al detectarse altos niveles de sustancias cancerígenas y hasta que el fabricante cambie la fórmula. Por ello, los especialistas vienen utilizando desde final de 2021 la Citisina. «Lo estamos usando en la unidad desde el pasado año, pero al no estar financiado no todos los pacientes se lo pueden permitir, ya que tiene un coste de 180 euros mensuales», explica el doctor Vera, de ahí que los especialistas pidan su financiación.
Perjudicial para la salud y también para el medio ambiente
Tan perjudicial para la salud como para el medio ambiente. Así lo recuerda el Grupo de Trabajo sobre Tabaquismo de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) con respecto al tabaco, cuyos efectos nocivos amenazan gravemente al planeta. Ese es, precisamente, el lema del Día Mundial sin Tabaco de este año ‘El tabaco, una amenaza para nuestro medio ambiente’.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las emisiones de gases de efecto invernadero de la industria tabaquera equivalen a 84 millones de toneladas anuales de dióxido de carbono. Además, para fabricar 300 cigarrillos se necesita aproximadamente un árbol entero, por lo que se estima que cada año 600 millones de árboles son talados en todo el mundo para fabricar cigarrillos.
En el cultivo, la fabricación, la distribución, el consumo y la eliminación de un solo cigarrillo se utilizan 3,7 litros de agua, lo que supone a nivel mundial alrededor de 22.000 millones de litros de agua al año. Esto significa que si un fumador de un paquete diario abandonara el hábito, se podrían ahorrar hasta 74 litros de agua al día.
Otro problema asociado al consumo de tabaco es la deforestación, ya que cada año se destruyen unos 3,5 millones de hectáreas de tierras en todo el mundo para cultivar tabaco, lo que deteriora los suelos y merma el rendimiento del terreno.
Asimismo, las colillas de cigarrillos constituyen entre el 25 y el 50 por ciento de toda la basura en el mundo y contienen sustancias cancerígenas y tóxicas que contaminan el suelo, el agua y dañan la biota. Ante este panorama, la SEE insta a los poderes públicos a establecer recursos de apoyo para ayudar a los fumadores a dejarlo. La SEE también plantea aumentar el precio del tabaco y el empaquetado neutro de las cajetillas.
