Ecologistas en Acción ha nombrado al consejero de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca, Medio Ambiente y Emergencias, Antonio Luengo, Premio Atila 2022 en la Región de Murcia, repitiendo así la misma distinción que el año anterior, al igual que ocurre con la industria porcina, que vuelve a tener un nuevo premio, como en 2021, el Caballo de Atila.

Con ocasión del Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra el 5 de junio, esta organización ecologista hace pública la concesión de sus Premios Atila, para distinguir a quienes a lo largo de un año hayan destacado por su contribución a la destrucción del medio ambiente de la Región de Murcia, territorio donde hay una "gran cantidad" de candidaturas "razonadas que cada año son merecedoras de este galardón".

Cientos de personas se han dirigido a esta asociación proponiendo, desgraciadamente, numerosos candidatos, entre los cuales el jurado ha elegido, "con gran dificultad dados los méritos de todas las candidaturas", a los galardonados.

En el caso de Luengo, Ecologistas en Acción le achaca su "empeño en desmantelar" las direcciones generales de Medio Ambiente y Medio Natural, al mismo tiempo que retrasa la aplicación de la legislación ambiental, manteniendo sin aprobar ni aplicar importantes planes de recuperación, protección o gestión de diferentes espacios protegidos y especies amenazadas.

Además, esta organización le endosa su "tremendo esfuerzo" en proteger el "insostenible" modelo agroindustrial del Campo de Cartagena, aún a costa de "sacrificar" el Mar Menor y "poner en jaque" la economía de la comarca al afectar gravemente al turismo y la pesca de la zona.

Mientras, la ganadería industrial porcina ha logrado el galardón por su "insaciable sed de expansión a toda costa" del "insostenible e impactante" tipo de ganadería intensiva, en el que, además, se producen "muchas irregularidades", como la captación de las aguas del río Turrilla hasta dejarlo "casi seco", o los vertidos irregulares de purines, denunciadas por vecinos y organizaciones constantemente.

Según Ecologistas en Acción, la actividad de la cría del cerdo ha convertido a la Región de Murcia en la segunda comunidad autónoma "más contaminada" por amoniaco de origen ganadero, al tiempo que denuncian el "gravísimo e inaceptable" asalto al ayuntamiento de Lorca por manifestantes que protestaban contra la aprobación de una norma que "pone límites a los abusos del sector en el municipio".

Esta organización también ha otorgado el accésit 'El Rey Midas (pero al revés)' al presidente de la comunidad, Fernando López Miras, porque, "al contrario que en el famoso cuento", convierte en "inútiles" todas las normativas ambientales que "se empeña en reformar", precisamente para eliminar "garantías" de protección del interés general de toda la ciudadanía "en favor" de los intereses privados de "un puñado" de empresas a los que pretende "contentar con esos favores".

Otro accésit, el 'Fiebre del Hierro', ha recaído en el alcalde de Cehegín, Jerónimo Moya, y el presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), Mario Urrea, por su "entusiasta" apoyo a convertir el "maravilloso" paisaje Cehegín en otra Sierra Minera "arrasada" por la minería a cielo abierto, con un negocio promovido por capital extranjero, en detrimento del interés general y poniendo "en riesgo el futuro de toda una comarca".

Ecologistas en Acción ha censurado que ambos cargos apoyan "sin fisuras ni reservas" el "disparatado" proyecto de la empresa 'Magnetitas de Cehegín', filial de la canadiense Solid Mines Resources, que pretende extraer 600.000 toneladas de magnetita al año, en más de 60 concesiones mineras asociadas a la Mina Gilico, con una minería de cielo abierto que, no sólo destruirá el paisaje de forma irreversible, sino que contaminará suelos y aguas y dejará "cientos de acúmulos" de residuos tóxicos, al estilo de lo sucedido en Cartagena y La Unión en la segunda mitad del siglo XX.

Finalmente, el accésit 'Clan del oso cavernario' ha recaído en el sector empresarial regional "más anquilosado y cacique", que viven "anclados en el pasado" en cuanto al "poco respeto" medioambiental y a los derechos laborales, basando su margen de beneficios en "no asumir" sus responsabilidades y externalizar costes e impactos.