Un clima laboral adecuado influye de manera positiva en el rendimiento de los trabajadores y, por ende, en los resultados de la empresa; eso es algo que se ha quedado demostrado en numerosos estudios. Pero alcanzar ese clima de trabajo agradable no es tarea sencilla.

Los investigadores de la Universidad de Murcia (UMU), Ángel Olaz y Pilar Ortiz, han publicado recientemente el libro Cómo lograr un buen clima laboral. Diagnóstico, medición y gestión para organizaciones. En este monográfico se hace un análisis sobre cómo diagnosticar el clima laboral y el desarrollo de medidas para su mantenimiento y mejora de un modo intuitivo y sencillo, dirigido especialmente a investigadores, docentes, profesionales de la consultoría y gestores.

«Desde hace cerca de 15 años venimos investigando de qué modo impacta la cultura de una organización en el clima laboral de las personas que forma parte de ella», señala Ángel Olaz, doctor en Sociología de la UMU. La «atmósfera» que se respira en una empresa viene determinada en muy buena medida por el peso de la cultura organizativa, es por ello por lo que los autores, a lo largo de su investigación, han analizado diferentes empresas e instituciones, constatando los efectos beneficiosos que un buen clima genera no solo en materia productiva o consecución de resultados, sino también en el propio bienestar de las personas, de sus equipos de trabajo y, por ende, en la propia organización.

«Si entendemos por cultura las creencias y valores que se materializan en la forma de actuar de las personas que componen una organización, comprenderemos fácilmente la estrecha relación existente entre unos valores y creencias compartidas y un clima laboral amable», destaca Pilar Ortiz, doctora en Economía en la UMU.

Sin duda, la conexión entre cultura y clima ha mostrado evidencias probadas para poder afirmar que son variables interdependientes. De ahí que la identificación de la cultura sea fundamental para el diagnóstico del clima. Los investigadores, a través de este libro, muestran algunas claves para realizar esta tarea, por lo que puede resultar de utilidad para analistas de la organización, ya se trate de docentes o profesionales de la materia.

Detectar si hay toxicidad

Si una organización puede considerarse un «organismo vivo», parece lógico pensar que su estado de salud puede pasar por diferentes momentos. Pilar Ortiz indica que «cuando ésta presenta síntomas de deterioro, la función del gestor y, en especial, la del profesional de recursos humanos, pasa por el diagnóstico, tratamiento y seguimiento del desarrollo que el ‘paciente’ vaya experimentando en el desarrollo de su actividad».

Los autores también tratan de explicar un modelo que permita identificar las causas que propician un clima laboral tóxico, ofrecer un diagnóstico y proporcionar un conjunto de técnicas y herramientas que permitan moderar y hasta resolver el impacto que un mal clima tiene sobre las personas. «Hace 2 o 3 años la justicia gala sentó en el banquillo a los directivos de una conocida compañía del sector de las telecomunicaciones con objeto de determinar hasta qué punto la treintena de suicidios registrados eran consecuencia de malas prácticas laborales. Evidentemente estos son casos extremos, pero no por ello menos ciertos», apunta el doctor en Sociología.

Este tipo de escenarios en los que se observa un mal clima laboral, no siempre afecta del mismo modo y la misma intensidad a las personas, pero sí de forma evidente y/o latente al conjunto de ellas. «Es lo que denominamos, por comparación con la ciencia médica, patologías organizativas, como la ansiedad, estrés, burn- out o el mobbing», evidencia Ortiz.

No siempre es posible eliminar a la primera un clima laboral tóxico, «pero no por ello es menos factible detener su curso y actuar sobre aquellos espacios que pueden aminorar, atenuar y paliar los efectos no deseados».