Más de una veintena de activistas de la ONG​ ambientalista internacional Greenpeace han irrumpido este martes, sobre las siete de la mañana, en la sede central que El Pozo tiene en Alhama de Murcia para denunciar "la contaminación de sus macrogranjas" y exigir que la empresa "apoye públicamente una moratoria a la ganadería industrial".

Ataviados con un mono rojo, activistas y escaladores de la organización han 'tomado' distintas zonas de las instalaciones de la compañía murciana desplegando varias pancartas con mensajes como "#MacrogranjasNO", o "Moratoria ¡YA!". Han llegado incluso a bloquear el acceso al recinto empresarial y han pintado el mural principal del edificio, donde se leía “El Pozo por el medio ambiente”, y lo han cambiado por “El Pozo mata el medioambiente”.

Los activistas han modficado el cartel principal de la empresa cárnica. Greenpeace

En un comunicado, Greenpeace explica que esta acción viene motivada porque, según ellos, "ElPozo es la empresa cárnica con las macrogranjas más contaminantes de España".

Sostienen que "los nitratos de sus macrogranjas están contaminando los acuíferos" y esto provoca que algunos pueblos acaben consumiendo "agua de mierda".

La semana pasada, Greenpeace lanzó un informe recopilando las mediciones voluntarias de nitratos en guas elaboradas por entidades de todo el país. Los datos arrojaban contaminación por nitratos en el agua del Altiplano y Cieza. "Más de la mitad de las aguas subterráneas analizadas por la Red Ciudadana de Vigilancia están contaminadas por nitratos. Hacen falta medidas valientes, contundentes y que se adopten con carácter de urgencia”, reclaman.

Asimismo, dede la ONG han solicitado una reunión para pedir a El Pozo "que no abra nuevas macrogranjas – ni amplíe las existentes- y que desarrolle un plan de reducción del número de animales explotados, como única forma eficaz de reducir el brutal impacto ambiental de la marca".

“Antes de venir, hemos pedido información a la empresa sobre sus medidas de protección ambiental y su respuesta es irrisoria", informan desde Greenpeace.

"No podemos permitir que empresarios como el Sr. Fuertes, que factura más de mil millones de euros al año, se hagan multimillonarios a costa de envenenar el agua y comprometer la salud del planeta”, explica Luís Ferreirim, responsable de la campaña de agricultura y ganadería de Greenpeace España. “Entendemos que esta instalación da trabajo, y respetamos a la plantilla, pero la única verdad es que cada vez hay menos ganaderos en el país, porque todo queda en manos de menos familias que crían ingentes cantidades de animales para alimentar el negocio de unos pocos”. 

Greenpeace recoge que, "según la propia empresa manifestaba en 2018, sus líneas de producción procesan un millón y medio de kilos de carne al día, lo que supone un daño ambiental insostenible". 

"Solo esta compañía facturó 1.278.781.337€ en 2020, siendo la empresa cárnica que más facturó este año. Según aseguraba la familia Fuertes en 2018, se encuentran entre las 40 empresas más ricas de España y entre los 25 principales productores cárnicos del mundo", exponen.

Activistas de Greenpeace, bloqueando el acceso a El Pozo. Greenpeace

Desde esta redacción nos hemos puesto en contacto con la empresa El Pozo, que prefiere no hacer declaracione sobre lo ocurrido.

La propuesta de Greenpeace

En el comunicado, la ONG plasma que, según los últimos datos del MITERD, "el sector agrícola fue el único que incrementó sus emisiones en 2020 y es ya el tercero que más contribuye a la crisis climática, en gran medida debido al incremento de las emisiones del sector ganadero" y destacan que "el sector agrícola es el responsable del 63% de las emisiones totales de metano y la ganadería del 98% de estas".

Como soluciones, Greenpeace propone a las administraciones "establecer de inmediato una moratoria a la ganadería industrial de, al menos, cinco años; desarrollar un plan para la reducción progresiva de la cabaña ganadera en intensivo hasta alcanzar un 50% menos en 2030 y fomentar y adoptar la dieta de salud planetaria que lleve a una reducción drástica del consumo de carne".